Las Buenas Noticias según Marcos 1:1-45

1  El comienzo de las buenas noticias acerca de Jesucristo, el Hijo de Dios.  Pasó tal como está escrito en el libro del profeta Isaías: “(¡Mira! Voy a enviar a mi mensajero delante de ti,* y él te preparará el camino).+  La voz de alguien grita en el desierto: ‘¡Preparen el camino de Jehová! Hagan que los caminos de él queden rectos’”.+  Juan el Bautista estaba en el desierto predicando el bautismo en señal de arrepentimiento para el perdón de pecados.+  Así que todos los del territorio de Judea y todos los habitantes de Jerusalén iban a verlo. Él los bautizaba en el río Jordán y ellos confesaban sus pecados públicamente.+  Juan vestía una prenda de pelo de camello con un cinturón de cuero a la cintura+ y comía langostas+ y miel silvestre.+  Y predicaba este mensaje: “Después de mí viene alguien más poderoso que yo, y yo ni siquiera merezco agacharme a desatarle las correas de las sandalias.+  Yo los bauticé con agua, pero él los bautizará con espíritu santo”.+  En aquellos días, Jesús vino de Nazaret de Galilea y Juan lo bautizó+ en el Jordán. 10  En cuanto salió del agua, vio que los cielos se abrían y que el espíritu bajaba sobre él como una paloma.+ 11  Y de los cielos salió una voz que dijo: “Tú eres mi Hijo amado. Tú tienes mi aprobación”.+ 12  Enseguida, el espíritu lo impulsó a ir al desierto. 13  Pasó 40 días en el desierto, y fue tentado por Satanás.+ Estaba rodeado de animales salvajes, pero los ángeles lo atendían.+ 14  Ahora bien, después de que arrestaron a Juan,+ Jesús fue a Galilea+ a predicar las buenas noticias de Dios.+ 15  Decía: “El tiempo fijado se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado. Arrepiéntanse+ y tengan fe en las buenas noticias”. 16  Mientras caminaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés+ echando sus redes al mar,+ pues eran pescadores.+ 17  Jesús les dijo: “Síganme y yo los haré pescadores de hombres”.*+ 18  Enseguida ellos dejaron las redes y lo siguieron.+ 19  Yendo un poco más adelante, vio a Santiago hijo de Zebedeo y a su hermano Juan, que estaban en su barca reparando las redes,+ 20  y al instante los llamó. Así que ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con sus trabajadores y lo siguieron. 21  Y entraron en Capernaúm. En cuanto comenzó el sábado, él entró en la sinagoga y se puso a enseñar.+ 22  La gente quedó impactada con su manera de enseñar, porque les enseñaba como alguien con autoridad, y no como los escribas.+ 23  Justo en ese momento estaba en la sinagoga de ellos un hombre poseído por un espíritu maligno, que gritó: 24  “¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús el Nazareno?+ ¿Viniste a destruirnos? Sé perfectamente quién eres: ¡el Santo de Dios!”.+ 25  Pero Jesús reprendió al demonio y le dijo: “¡Cállate y sal de él!”. 26  Y el espíritu maligno, después de provocarle convulsiones al hombre y de gritar con todas sus fuerzas, salió de él.+ 27  Todos quedaron tan asombrados que empezaron a debatir el asunto entre ellos. Decían: “Pero ¿qué es esto? ¡Una nueva forma de enseñar!* Hasta a los espíritus malignos les da órdenes con autoridad, y estos lo obedecen”. 28  De modo que la fama de Jesús enseguida se extendió en todas direcciones, por toda la región de Galilea. 29  Luego salieron de la sinagoga y, junto con Santiago y Juan, fueron a la casa de Simón y Andrés.+ 30  Y resulta que la suegra de Simón+ estaba en cama con fiebre, y enseguida se lo dijeron a Jesús. 31  Él se acercó a ella y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre se le fue, y ella se puso a atenderlos. 32  Después de caer la tarde, cuando se había puesto el sol, la gente empezó a traerle a todos los enfermos y endemoniados.+ 33  Toda la ciudad estaba reunida frente a la puerta de la casa. 34  Así que curó a muchas personas que tenían diferentes enfermedades+ y expulsó muchos demonios,+ pero no dejaba hablar a los demonios porque ellos sabían que él era Cristo.+ 35  Temprano por la mañana, mientras todavía estaba oscuro, se levantó y salió; se fue a un lugar solitario y allí se puso a orar.+ 36  Pero Simón y los que estaban con él salieron a buscarlo por todos lados, 37  y, cuando lo encontraron, le dijeron: “Todos te están buscando”. 38  Pero él les dijo: “Vámonos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también predique allí, porque para eso he venido”.+ 39  Así que Jesús fue por toda Galilea predicando en las sinagogas de ellos y expulsando demonios.+ 40  Un leproso se le acercó suplicándole hasta de rodillas: “Yo sé que si tú quieres me puedes limpiar”.*+ 41  Jesús se conmovió tanto+ que extendió la mano, lo tocó y le dijo: “Yo quiero. Queda limpio”.+ 42  Enseguida la lepra desapareció y él quedó limpio. 43  Entonces Jesús le mandó que se fuera, justo después de ordenarle con firmeza: 44  “Cuidado con decirle nada a nadie. Eso sí, vete a presentarte ante el sacerdote y lleva por tu purificación las cosas que Moisés indicó,+ para que les sirva de testimonio”.+ 45  Pero, después de irse, el hombre se puso a proclamar lo que había pasado y a divulgarlo por todas partes. Así que Jesús ya no podía entrar libremente en ninguna ciudad. Se quedaba a las afueras, en lugares retirados, y aun así la gente seguía viniendo de todos lados a verlo.+

Notas

Lit. “de tu rostro”.
O “personas”.
O “nueva enseñanza (doctrina)”.
O “purificar”, “curar”.

Notas de estudio

Marcos. Viene del nombre latino Marcus. Marcos era el sobrenombre romano del “Juan” que se menciona en Hch 12:12. Su madre, que fue una de las primeras discípulas, se llamaba María y vivía en Jerusalén. Este Juan Marcos era “el primo de Bernabé” (Col 4:10) y lo acompañó en algunos de sus viajes. También viajó con Pablo y otros de los primeros misioneros cristianos (Hch 12:25; 13:5, 13; 2Ti 4:11). Aunque en ningún lugar de este Evangelio se dice quién lo escribió, algunos escritores de los siglos segundo y tercero se lo atribuyen a Marcos.

Las Buenas Noticias según Marcos. Ninguno de los escritores de los Evangelios revela que es el escritor de su relato. Al parecer los títulos de los libros no formaban parte del texto original. En algunos manuscritos del Evangelio de Marcos, el título que aparece es Euagguélion katá Márkon (“Las Buenas Noticias [o “El Evangelio”] según Marcos”), mientras que en otros se usa un título más corto: Katá Márkon (“Según Marcos”). No se sabe exactamente cuándo se añadieron o se empezaron a usar esos títulos; se cree que fue en el siglo segundo de nuestra era, ya que se han encontrado ejemplos del título largo en manuscritos de los Evangelios de finales de ese siglo o de principios del siglo tercero. Según algunos expertos, tal vez las palabras iniciales del libro de Marcos (“El comienzo de las buenas noticias acerca de Jesucristo, el Hijo de Dios”) fueron la razón por la que comenzó a usarse el término evangelio (lit. “buenas noticias”) para referirse a estos relatos. Es posible que se empezaran a utilizar estos títulos que incluyen el nombre del escritor por razones prácticas, pues así es más fácil identificar los libros.

las buenas noticias. O “las buenas nuevas”. Esta es la primera vez que aparece la palabra griega euagguélion, que se traduce como “evangelio” en muchas Biblias en español. Un término griego relacionado, euagguelistḗs, traducido como “evangelizador”, significa ‘predicador de las buenas noticias’ (Hch 21:8; Ef 4:11, nota; 2Ti 4:5, nota).

las buenas noticias. La palabra griega euagguélion se deriva de las palabras eu, que significa ‘bueno’ o ‘bien’, y ágguelos, que significa ‘el que trae noticias’ o ‘el que proclama o anuncia’ (ver glosario). Algunas Biblias en español la traducen como “evangelio”. El término relacionado que se traduce “evangelizador” (en griego, euagguelistḗs) significa ‘predicador de las buenas noticias’ (Hch 21:8; Ef 4:11, nota; 2Ti 4:5, nota).

de las buenas noticias. O “de las buenas nuevas”, “del evangelio”. Ver las notas de estudio de Mt 4:23; 24:14 y el glosario.

las buenas noticias acerca de Jesucristo. Esta expresión en griego también podría traducirse como “las buenas noticias de Jesucristo”, es decir, las buenas noticias que Jesús predicó.

el Hijo de Dios. Aunque algunos manuscritos omiten esta expresión, hay más manuscritos antiguos que respaldan añadirla.

del profeta Isaías. La cita que aparece a continuación es una combinación de las profecías de Mal 3:1 e Is 40:3. Ambas se aplican a Juan el Bautista. Los paréntesis permiten diferenciar las dos profecías. La cita de Isaías empieza en el versículo 3 y se centra en el contenido del mensaje de Juan. La cita de Malaquías, que está entre paréntesis, se centra en el papel de Juan como mensajero. Es posible que toda la cita se le atribuya a Isaías porque sus palabras son la parte que se quiere resaltar.

¡Mira! Traducción del término griego idóu, que se suele usar para llamar la atención sobre lo que viene a continuación y así animar al lector a visualizar la escena o fijarse en un detalle de la narración. También se usa para dar énfasis o para introducir algo nuevo o sorprendente. En esta edición, estos términos se han traducido literalmente en algunos lugares, pero a menudo se han usado otros términos y técnicas que crean el mismo efecto. En las Escrituras Griegas Cristianas, el término aparece sobre todo en los libros de Mateo, Lucas y Apocalipsis. En las Escrituras Hebreas, también se usa con frecuencia el término hebreo equivalente.

Jehová. Aquí se cita de Is 40:3. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH (ver apén. C). Mateo relaciona esta profecía con lo que hizo Juan el Bautista al preparar el camino para el representante de Jehová, Jesús. En Jn 1:23, Juan el Bautista explica que él mismo cumple esta profecía.

Jehová. Aquí se cita de Is 40:3. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH (ver apéns. A5 y C). Los escritores de los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas le aplican esta profecía a Juan el Bautista. Pero en el Evangelio de Juan es el propio Juan el Bautista el que se la aplica a sí mismo. Juan haría que el camino de Jehová quedara recto en el sentido de que precedería a Jesús, quien representaría a su Padre y vendría en el nombre de él (Jn 5:43; 8:29).

Hagan que los caminos de él queden rectos. Quizá aluda a una antigua costumbre de los gobernantes: ordenaban quitar piedras grandes o incluso construir puentes y nivelar colinas para preparar el camino por donde iba a pasar el carruaje real.

Jehová. Aquí se cita de Is 40:3. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH (ver apén. C). Marcos aplica esta profecía a lo que hizo “Juan el Bautista” (Mr 1:4) para prepararle el camino a Jesús. Ver las notas de estudio de Mt 3:3; Jn 1:23.

Hagan que los caminos de él queden rectos. Ver la nota de estudio de Mt 3:3.

el Bautista. O “el Sumergidor”, “el Inmersor”. Por lo visto, se usaba esta expresión como un sobrenombre, lo que indica que Juan era conocido por bautizar a las personas por inmersión en agua. Por ejemplo, el historiador judío Flavio Josefo lo llamó en sus escritos “Juan, de sobrenombre Bautista” (Antigüedades judías [trad. José Vara Donado], libro XVIII, sec. 116).

desierto de Judea. Se refiere a la ladera oriental de las montañas de Judea, una región árida prácticamente deshabitada. Desciende unos 1.200 m (3.900 ft) hasta la ribera occidental del río Jordán y el mar Muerto. Juan comenzó su predicación en una parte de esta región al norte del mar Muerto.

Arrepiéntanse. La palabra griega que se utiliza aquí puede traducirse literalmente como “cambiar de mentalidad”, lo que implica un cambio de modo de pensar, actitud u objetivos. En este contexto, arrepentirse se refiere a hacer cambios en la vida para agradar a Dios y tener una amistad con él. Ver las notas de estudio de Mt 3:8, 11 y el glosario, arrepentimiento.

frutos que demuestren su arrepentimiento. Se refiere a las pruebas y acciones que demostrarían que los que escuchaban a Juan habían cambiado de modo de pensar y de actitud (Lu 3:8; Hch 26:20). Ver las notas de estudio de Mt 3:2, 11 y el glosario, arrepentimiento.

los bautizo a ustedes. O “los sumerjo a ustedes”. La palabra griega baptízō significa ‘sumergir’. Otras referencias bíblicas indican que el bautismo implica una inmersión completa. Por ejemplo, en cierta ocasión, Juan efectuó bautismos en un lugar del valle del Jordán cerca de Salim “porque allí abundaba el agua” (Jn 3:23). Y, cuando Felipe bautizó al eunuco etíope, ambos “se metieron en el agua” (Hch 8:38). En la Septuaginta se usa la misma palabra griega en 2Re 5:14 cuando se dice que Naamán “se sumergió en el Jordán siete veces”.

arrepentimiento. Lit. “cambio de mentalidad”. Ver las notas de estudio de Mt 3:2, 8 y el glosario.

el Bautista. O “el Sumergidor”, “el Inmersor”. El participio griego que aparece aquí y en Mr 6:14, 24 también se puede traducir como “el que bautiza” o “el bautizante”. Esta forma es ligeramente diferente del sustantivo griego Baptistḗs que aparece en Mr 6:25; 8:28 y en Mateo y Lucas. Aunque estos dos términos originales tienen formas diferentes, significan lo mismo. Por eso, se usan de forma indistinta en Mr 6:24, 25, y los dos se traducen como “Bautista”. Ver la nota de estudio de Mt 3:1.

el desierto. Es decir, el desierto de Judea. Ver la nota de estudio de Mt 3:1.

bautismo en señal de arrepentimiento. Lit. “bautismo de arrepentimiento”. El bautismo no borraba los pecados. Las personas que Juan bautizaba se arrepentían públicamente de sus pecados contra la Ley y demostraban que estaban resueltas a cambiar su conducta. Este arrepentimiento permitía que fueran guiadas hasta el Cristo (Gál 3:24). De este modo, Juan preparaba a la gente para ver “la salvación” que venía de Dios (Lu 3:3-6). Ver las notas de estudio de Mt 3:2, 8, 11 y el glosario, bautismo; bautizar y arrepentimiento.

los bautizo a ustedes. O “los sumerjo a ustedes”. La palabra griega baptízō significa ‘sumergir’. Otras referencias bíblicas indican que el bautismo implica una inmersión completa. Por ejemplo, en cierta ocasión, Juan efectuó bautismos en un lugar del valle del Jordán cerca de Salim “porque allí abundaba el agua” (Jn 3:23). Y, cuando Felipe bautizó al eunuco etíope, ambos “se metieron en el agua” (Hch 8:38). En la Septuaginta se usa la misma palabra griega en 2Re 5:14 cuando se dice que Naamán “se sumergió en el Jordán siete veces”.

confesaban sus pecados públicamente. Se refiere a las personas que admitían abiertamente sus pecados contra el pacto de la Ley.

todos los del territorio [...] todos los habitantes. Aquí la palabra “todos” es una hipérbole o exageración. Se usa para destacar el gran interés que despertó la predicación de Juan. No quiere decir que literalmente todos los habitantes de Judea o de Jerusalén iban a verlo.

bautizaba. O “sumergía”, “zambullía”. Ver la nota de estudio de Mt 3:11 y el glosario, bautismo; bautizar.

ellos confesaban sus pecados públicamente. Ver la nota de estudio de Mt 3:6.

vestido con ropa de pelo de camello. La ropa de Juan, hecha de pelo de camello, y su cinturón de cuero recordaban la vestimenta del profeta Elías (2Re 1:8; Jn 1:21).

langostas. La Ley clasificaba a estos insectos, ricos en proteínas, entre los animales que se podían comer (Le 11:21, 22).

miel silvestre. Es decir, la miel que se encontraba en colmenas silvestres, en el campo, no en las que cuidaban los apicultores. Era común que las personas que vivían en el desierto comieran langostas y miel silvestre.

prenda de pelo de camello. Ver la nota de estudio de Mt 3:4.

langostas. Ver la nota de estudio de Mt 3:4.

miel silvestre. Ver la nota de estudio de Mt 3:4.

es más poderoso. Significa que ‘tiene más autoridad’.

sandalias. Quitarle, llevarle o desatarle a alguien las sandalias (Mr 1:7; Lu 3:16; Jn 1:27) se consideraba una tarea humilde, por lo común a cargo de un esclavo.

más poderoso. Ver la nota de estudio de Mt 3:11.

sandalias. Ver la nota de estudio de Mt 3:11.

los bautizo a ustedes. O “los sumerjo a ustedes”. La palabra griega baptízō significa ‘sumergir’. Otras referencias bíblicas indican que el bautismo implica una inmersión completa. Por ejemplo, en cierta ocasión, Juan efectuó bautismos en un lugar del valle del Jordán cerca de Salim “porque allí abundaba el agua” (Jn 3:23). Y, cuando Felipe bautizó al eunuco etíope, ambos “se metieron en el agua” (Hch 8:38). En la Septuaginta se usa la misma palabra griega en 2Re 5:14 cuando se dice que Naamán “se sumergió en el Jordán siete veces”.

los bauticé. O “los sumergí”. Ver la nota de estudio de Mt 3:11 y el glosario, bautismo; bautizar.

los bautizará con espíritu santo. O “los sumergirá en la santa fuerza activa”. Aquí Juan el Bautista anuncia que Jesús instituirá un nuevo sistema: el bautismo con espíritu santo. Los que son bautizados con el espíritu santo se convierten en hijos de Dios engendrados por espíritu y tienen la posibilidad de vivir en el cielo y gobernar como reyes sobre la tierra (Ap 5:9, 10).

el año 15 del reinado de Tiberio César. César Augusto murió el 17 de agosto del año 14 de nuestra era (según el calendario gregoriano). El 15 de septiembre Tiberio aceptó que el Senado romano lo proclamara emperador. Si los años del reinado de Tiberio se cuentan a partir de la muerte de Augusto, el año 15 transcurriría de agosto del año 28 a agosto del año 29. Si se cuentan desde que fue proclamado emperador, el año 15 transcurriría de septiembre del año 28 a septiembre del año 29. Todo parece indicar que Juan comenzó su ministerio en la primavera (alrededor de abril) del año 29, que cae dentro del año 15 del reinado de Tiberio. En ese año, Juan tendría unos 30 años, la edad a la que los sacerdotes levitas comenzaban su servicio en el templo (Nú 4:2, 3). Y, según Lu 3:21-23, Jesús también “tenía unos 30 años” cuando fue bautizado por Juan y “comenzó su labor”. Como Jesús murió en primavera, en el mes de nisán, su ministerio de tres años y medio debió de empezar en otoño, más o menos durante el mes de etanim (septiembre-octubre). Es probable que Juan fuera seis meses mayor que Jesús y que empezara su ministerio seis meses antes que él (Lu, cap. 1). Por lo tanto, tiene sentido concluir que Juan comenzó su ministerio en la primavera del año 29 de nuestra era. Ver las notas de estudio de Lu 3:23; Jn 2:13.

aquellos días. Según Lu 3:1-3, Juan el Bautista comenzó su ministerio “en el año 15 del reinado de Tiberio César”, durante la primavera (alrededor de abril) del año 29 (ver la nota de estudio de Lu 3:1). Unos seis meses después, en el otoño (alrededor de octubre) del año 29, Jesús fue adonde estaba Juan para que lo bautizara. Ver apén. A7.

los cielos. Aquí puede referirse tanto a los cielos físicos como a los espirituales.

En cuanto. Esta es la primera de las 11 veces que aparece la palabra griega euthýs en el capítulo 1 de Marcos (Mr 1:10, 12, 18, 20, 21, 23, 28, 29, 30, 42, 43). Este término griego se traduce según el contexto con expresiones como “enseguida”, “al instante”, “justo en ese momento” o “en cuanto”. El uso frecuente de este término —Marcos lo usa más de 40 veces en su Evangelio— le añade viveza y rapidez al relato.

vio. Aquí probablemente se refiere a Jesús. Según Jn 1:32, 33, Juan el Bautista también fue testigo de este acontecimiento, pero parece que el relato de Marcos se centra en la perspectiva de Jesús.

los cielos. Ver la nota de estudio de Mt 3:16.

los cielos se abrían. Al parecer, Dios hizo que Jesús percibiera asuntos espirituales, y puede que en ese momento le hiciera recordar su vida en el cielo antes de venir a la tierra. El propio Jesús demostró por las cosas que dijo a partir de su bautismo que ya recordaba su vida anterior. Un buen ejemplo es la íntima oración que hizo la noche de la Pascua del año 33. Esta oración también demuestra que recordaba cosas que había visto hacer y oído decir a su Padre, así como la gloria que había tenido antes en el cielo (Jn 6:46; 7:28, 29; 8:26, 28, 38; 14:2; 17:5). Es posible que recuperara estos recuerdos en el momento de su bautismo, cuando fue ungido.

sobre él. O “dentro de él”, es decir, para entrar en él.

como una paloma. Las palomas tenían un uso sagrado, pues podían ofrecerse como sacrificio (Mr 11:15; Jn 2:14-16). También tenían un significado simbólico. Por ejemplo, representaban la inocencia y la pureza (Mt 10:16). Además, cuando Noé mandó una paloma fuera del arca, esta trajo de vuelta una hoja de olivo, lo que demostró que las aguas estaban bajando (Gé 8:11) y que iba a comenzar un periodo de paz y descanso (Gé 5:29). De forma parecida, en el bautismo de Jesús, Jehová usó una paloma quizá para dejar claro que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios puro y sin pecado que sacrificaría su vida por la humanidad e introduciría un periodo de paz y descanso durante su reinado. Al bajar sobre Jesús al tiempo de su bautismo, el espíritu de Dios, o su fuerza activa, quizá parecía una paloma aleteando antes de posarse.

una voz. Esta es la segunda de las tres ocasiones en las que los Evangelios mencionan que seres humanos oyeron la propia voz de Jehová. Ver las notas de estudio de Mr 1:11; Jn 12:28.

una voz. Esta es la tercera de las tres ocasiones en las que los Evangelios mencionan que seres humanos oyeron la propia voz de Jehová. La primera fue durante el bautismo de Jesús, en el año 29 de nuestra era, tal como se relata en Mt 3:16, 17, Mr 1:11 y Lu 3:22. La segunda fue cuando ocurrió la transfiguración de Jesús en el año 32, como se ve en Mt 17:5, Mr 9:7 y Lu 9:35. Y la tercera, que solo se menciona en el Evangelio de Juan, fue en el año 33, poco antes de la última Pascua que celebró Jesús. En esta ocasión, Jehová respondió a la petición que le acababa de hacer su Hijo: “Padre, glorifica tu nombre”.

él tiene mi aprobación. O “con quien estoy muy complacido”, “el que me da mucha alegría”. La misma expresión se usa en Mt 12:18, y es una cita de Is 42:1 sobre el Mesías prometido o Cristo. Al derramar su espíritu santo y pronunciar estas palabras con respecto a su Hijo, Dios dejó bien claro que Jesús era el Mesías prometido. Ver la nota de estudio de Mt 12:18.

quien tiene mi aprobación. O “con quien me siento muy complacido”. Ver la nota de estudio de Mt 3:17.

de los cielos salió una voz. Esta es la primera de las tres ocasiones en las que los Evangelios mencionan que seres humanos oyeron la propia voz de Jehová. Ver las notas de estudio de Mr 9:7; Jn 12:28.

Tú eres mi Hijo. Como criatura espiritual, Jesús era el Hijo de Dios (Jn 3:16). Por otra parte, desde el momento de su nacimiento como ser humano, Jesús fue un “hijo de Dios” como lo había sido Adán, un hombre perfecto (Lu 1:35; 3:38). Sin embargo, parece razonable creer que esta declaración de Dios no se limitó a confirmar la identidad de Jesús. Al decir estas palabras mientras derramaba su espíritu santo, parece que Dios indicó que el hombre Jesús era su Hijo engendrado por espíritu. Había nacido de nuevo, con la esperanza de volver a vivir en el cielo, y había sido ungido con espíritu para ser el Rey y Sumo Sacerdote elegido por Dios (Jn 3:3-6; 6:51; comparar con Lu 1:31-33; Heb 2:17; 5:1, 4-10; 7:1-3).

Tú tienes mi aprobación. O “Estoy muy complacido contigo”, “Tú me das mucha alegría”. La misma expresión se usa en Mt 12:18, y es una cita de Is 42:1 sobre el Mesías prometido o Cristo. Al derramar su espíritu santo y pronunciar estas palabras con respecto a su Hijo, Dios dejó bien claro que Jesús era el Mesías prometido. Ver las notas de estudio de Mt 3:17; 12:18.

el espíritu lo impulsó a ir. O “la fuerza activa lo impulsó a ir”. Aquí la palabra griega pnéuma se refiere al espíritu de Dios, el cual puede actuar como una fuerza motivadora que impulse a una persona a comportarse de acuerdo con la voluntad de Dios (Lu 4:1). Ver glosario, espíritu.

Satanás. Viene de la palabra hebrea satán, que significa ‘opositor’ o ‘enemigo’.

Satanás. Ver la nota de estudio de Mt 4:10.

animales salvajes. En los días de Jesús, en esa región había muchos más animales salvajes de los que hay hoy. En el desierto vivían jabalíes, hienas, leopardos, leones y lobos. Marcos es el único escritor de los Evangelios que menciona que había animales salvajes en esa zona. Parece que escribía sobre todo para lectores no judíos, como los romanos, que no estaban familiarizados con la geografía de Israel.

Reino. Esta es la primera vez que aparece la palabra griega basiléia, que se refiere al gobierno de un rey, así como al territorio y a los pueblos que están bajo su dominio. De las 162 veces que se usa esta palabra en las Escrituras Griegas Cristianas, 55 se hallan en el relato de Mateo, y la mayoría de ellas aluden al gobierno celestial de Dios. Mateo emplea este término con tanta frecuencia que a su libro se lo podría llamar el Evangelio del Reino. Ver glosario, Reino de Dios.

Reino de los cielos. Esta expresión aparece unas 30 veces, y solo en el Evangelio de Mateo. En los Evangelios de Marcos y Lucas se utiliza de manera equivalente la frase “el Reino de Dios”; esto ayuda a comprender que el Reino de Dios está ubicado en los cielos espirituales y gobierna desde allí (Mt 21:43; Mr 1:15; Lu 4:43; Da 2:44; 2Ti 4:18).

el Reino de los cielos se ha acercado. Este mensaje sobre un nuevo gobierno mundial era el tema de la predicación de Jesús (Mt 10:7; Mr 1:15). Juan el Bautista había comenzado a proclamar un mensaje parecido unos seis meses antes del bautismo de Jesús (Mt 3:1, 2). Sin embargo, ahora Jesús podía decir con más razón que el Reino se había “acercado”, porque él ya estaba presente y ya había sido ungido como futuro Rey. No hay ninguna indicación de que, después de su muerte, los discípulos continuaran proclamando que el Reino se había acercado o que estaba próximo.

el Reino. En la Biblia, el término reino tiene distintos significados. Puede referirse a ‘el territorio o el país gobernado por un rey’, ‘el poder de un rey’, ‘un dominio’ o ‘ser gobernados por un rey’. Aquí parece que se refiere a los beneficios o bendiciones que reciben los que son gobernados por el Reino de Dios y a la vida que disfrutan al estar bajo su dominio.

El tiempo fijado se ha cumplido. En este contexto, “el tiempo fijado” (en griego kairós) se refiere al tiempo predicho en las Escrituras para que comenzara el ministerio terrestre de Jesús y así se le diera a la gente la oportunidad de mostrar fe en las buenas noticias. Se usa la misma palabra griega para referirse al “tiempo” de inspección que comenzó con el ministerio de Jesús (Lu 12:56; 19:44) y al “tiempo fijado” para su muerte (Mt 26:18, nota).

el Reino de Dios. Esta expresión aparece 14 veces en el Evangelio de Marcos. Mateo solo usa esta expresión cuatro veces (Mt 12:28; 19:24; 21:31; 21:43), en contraste con las casi 30 veces que usa la expresión equivalente: “el Reino de los cielos” (comparar Mr 10:23 con Mt 19:23, 24). El Reino fue el tema de la predicación de Jesús (Lu 4:43). Hay más de 100 referencias al Reino en los cuatro Evangelios, la mayoría de las cuales son declaraciones de Jesús. Ver las notas de estudio de Mt 3:2; 4:17; 25:34.

mar de Galilea. Lago interior de agua dulce ubicado en el norte de Israel. La palabra griega que se traduce “mar” puede significar también ‘lago’. Se lo ha llamado mar de Kinéret (Nú 34:11), lago de Genesaret (Lu 5:1) y mar de Tiberíades (Jn 6:1). Se encuentra a una media de unos 210 m (700 ft) bajo el nivel del mar. Tiene 21 km (13 mi) de longitud, de norte a sur, y 12 km (8 mi) de ancho. Su profundidad máxima es de unos 48 m (160 ft). Ver apén. A7 (mapa 3B, “Sucesos alrededor del mar de Galilea”).

echando una red. Un pescador hábil, de pie en el agua o desde una pequeña barca, podía arrojar una red circular de tal modo que cayera extendida sobre la superficie del agua. La red, quizá de 6-8 m (20-25 ft) de diámetro, tenía pesas en el borde que hacían que se hundiera, y así los peces quedaban atrapados en ella.

pescadores. La pesca era un oficio muy común en Galilea. Pedro y su hermano Andrés no eran pescadores independientes, sino que eran socios en un negocio de pesca, al parecer con Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo (Mr 1:16-21; Lu 5:7, 10).

del mar de Galilea. Ver la nota de estudio de Mt 4:18.

echando sus redes. Ver la nota de estudio de Mt 4:18.

pescadores. Ver la nota de estudio de Mt 4:18.

pescadores de hombres. Juego de palabras que hace referencia al oficio de Simón y Andrés. Indica que estarían “pescando vivos” a hombres, o personas, para el Reino (Lu 5:10, nota). También puede dar a entender que, como la pesca, hacer discípulos sería una labor intensa y agotadora que requeriría perseverancia y a veces produciría pocos resultados.

pescadores de hombres. Ver la nota de estudio de Mt 4:19.

lo siguieron. Pedro y Andrés ya habían sido discípulos de Jesús más o menos entre seis meses y un año (Jn 1:35-42). Pero ahora Jesús los invita a dejar su negocio de pesca y seguirlo a tiempo completo (Lu 5:1-11). Ver la nota de estudio de Mt 4:22.

lo siguieron. Ver la nota de estudio de Mt 4:20.

a Santiago [...] y a su hermano Juan. Siempre se habla de Santiago junto con su hermano Juan y, en la mayoría de los casos, se le menciona primero. Esto quizá indique que era el mayor de los dos (Mt 4:21; 10:2; 17:1; Mr 1:29; 3:17; 5:37; 9:2; 10:35, 41; 13:3; 14:33; Lu 5:10; 6:14; 8:51; 9:28, 54; Hch 1:13).

Zebedeo. Es posible que estuviera casado con Salomé y que ella fuera hermana de María, la madre de Jesús. Si era así, Zebedeo era tío de Jesús, y Santiago y Juan eran sus primos. Ver la nota de estudio de Mr 15:40.

a Santiago [...] y a su hermano Juan. Ver la nota de estudio de Mt 4:21.

Zebedeo. Ver la nota de estudio de Mt 4:21.

Simón, a quien llaman Pedro. El nombre de este apóstol era Simón. Pétros —en español, Pedro— es la forma griega del nombre semítico Kéhfa’ —en español, Cefas—, que Jesús le había dado (Mr 3:16; Jn 1:42). Ver la nota de estudio de Mt 10:2.

con sus trabajadores. O “con sus asalariados”. Solo Marcos menciona que el negocio de pesca de Zebedeo y sus hijos tuviera trabajadores o asalariados. Es posible que Pedro, probablemente socio en el negocio y testigo ocular de la mayoría de los relatos de Marcos, fuera la fuente de esta información (Lu 5:5-11; ver también “Información sobre Marcos”). El hecho de que Zebedeo y sus hijos contrataran a otros hombres y, según el relato de Lucas, tuvieran más de una barca indica que les iba bien en el negocio. Ver la nota de estudio de Mt 4:18.

Capernaúm. Viene de un nombre hebreo que significa ‘aldea de Nahúm’ o ‘aldea de consolación’ (Na 1:1, nota). Muchos acontecimientos importantes del ministerio de Jesús en la tierra ocurrieron en esta ciudad. Se encontraba en la orilla noroeste del mar de Galilea, y se la llamó “su ciudad” en Mt 9:1.

entraron. Es decir, Jesús y algunos de sus discípulos.

Capernaúm. Ver la nota de estudio de Mt 4:13.

sinagoga. Ver glosario.

su manera de enseñar. Esta expresión no solo se refiere a cómo enseñaba Jesús, a sus métodos didácticos. También se refiere a qué cosas enseñaba.

no como los escribas. Los escribas tenían la costumbre de citar a rabinos importantes como autoridad. En cambio, Jesús basaba sus enseñanzas en la Palabra de Dios. Hablaba como representante de Jehová, como alguien con autoridad (Jn 7:16).

un espíritu maligno. Lit. “un espíritu impuro”. Marcos usa esta expresión como sinónimo de “demonio” (comparar Mr 1:23, 26, 27 con 1:34, 39; también Mr 3:11, 30 con 3:15, 22). La expresión “impuro” resalta la impureza moral y espiritual de los demonios y la influencia impura que ejercen sobre los seres humanos.

gritó. Cuando el hombre gritó las palabras que aparecen en el versículo 24, Jesús reprendió al espíritu maligno, porque ese demonio era el origen de las palabras del hombre (Mr 1:25; Lu 4:35).

¿Qué tenemos que ver contigo [...]? O “¿Qué tenemos en común contigo?”. Traducida literalmente, esta pregunta retórica sería “¿Qué para nosotros y para ti?”. Es una expresión idiomática semítica que se encuentra en las Escrituras Hebreas (Jos 22:24; Jue 11:12; 2Sa 16:10; 19:22; 1Re 17:18; 2Re 3:13; 2Cr 35:21; Os 14:8). En las Escrituras Griegas Cristianas se usa una expresión griega equivalente (Mt 8:29; Mr 1:24; 5:7; Lu 4:34; 8:28; Jn 2:4). Su significado exacto puede variar según el contexto. En este versículo, denota hostilidad y rechazo, y algunos han sugerido como posibles traducciones “¡No nos molestes!” o “¡Déjanos en paz!”. En otros contextos, se usa para expresar una diferencia de punto de vista u opinión, o para indicar que no se quiere participar en una acción determinada, sin ningún tono de desprecio, arrogancia u hostilidad. Ver la nota de estudio de Jn 2:4.

¿Qué tenemos que ver contigo [...]? Ver la nota de estudio de Mt 8:29.

tenemos [...] Sé. En el versículo 23, hablando del hombre poseído, solamente se menciona a un espíritu maligno. Parece que este espíritu, cuando usa el plural (“tenemos”), está hablando en general de él y otros demonios, mientras que, cuando usa el singular (“Sé”), se refiere solo a sí mismo.

Cállate. Lit. “Sé silenciado”. Aunque el espíritu maligno sabía que Jesús era el Cristo, o Mesías, y lo llamó “el Santo de Dios” (v. 24), Jesús no iba a permitir que los demonios dieran testimonio de él (Mr 1:34; 3:11, 12).

la suegra de Simón. Es decir, la suegra de Pedro, también llamado Cefas (Jn 1:42). Esta declaración concuerda con las palabras de Pablo que se encuentran en 1Co 9:5 y que dan a entender que Cefas era un hombre casado. Parece que la suegra de Pedro vivía en la casa que él compartía con su hermano Andrés (Mr 1:29-31). Ver la nota de estudio de Mt 10:2, donde se explican los distintos nombres del apóstol Pedro.

tenía una fiebre muy alta. Mateo y Marcos dicen que la suegra de Pedro “estaba en cama con fiebre” (Mt 8:14; Mr 1:30). Quizá porque era médico, solo Lucas llama la atención a la gravedad de su enfermedad al decir que tenía “una fiebre muy alta”. Ver “Información sobre Lucas”.

la suegra de Simón. Ver la nota de estudio de Lu 4:38.

con fiebre. Ver la nota de estudio de Lu 4:38.

Al caer la tarde. Es decir, una vez que había terminado el sábado, como lo indican los relatos paralelos de Mr 1:21-32 y Lu 4:31-40.

Cuando anocheció. Es decir, cuando cayó la noche que dio comienzo al 14 de nisán. Ver apéns. A7 y B12.

cuando se había puesto el sol. La puesta del sol marcaba el fin del día sábado (Le 23:32; Mr 1:21; ver las notas de estudio de Mt 8:16; 26:20). En ese momento, ya sin miedo a que los criticaran, los judíos empezaron a acercarle los enfermos a Jesús para que los curara. Comparar con Mr 2:1-5; Lu 4:31-40.

los enfermos y endemoniados. Los demonios a veces les ocasionaban problemas físicos a las personas poseídas (Mt 12:22; 17:15-18). Sin embargo, las Escrituras hacen una distinción entre las enfermedades por causas normales y el daño que provocaban los demonios. Fuera cual fuera la causa, Jesús las curaba (Mt 4:24; 8:16; Mr 1:34).

Toda la ciudad. Al igual que en el caso de “todos” en Mr 1:5, parece que aquí la palabra “toda” es una hipérbole. Así se alude de forma muy expresiva a un gran número de personas.

ellos sabían que él era Cristo. Algunos manuscritos griegos dicen “lo conocían”, que también puede traducirse como “sabían quién era él”. El relato paralelo de Lu 4:41 dice: “Ellos sabían que él era el Cristo”.

Todos. Parece que es una hipérbole para destacar que un gran número de personas estaba buscando a Jesús.

fue por toda Galilea predicando. En este momento Jesús comienza su primera gira de predicación por Galilea con los cuatro discípulos que acaba de elegir: Pedro, Andrés, Santiago y Juan (Mr 1:16-20). Ver apén. A7.

un leproso. Persona que sufre de una enfermedad grave de la piel. La lepra que se menciona en la Biblia no es solo la enfermedad que se conoce por ese nombre hoy en día. Si una persona tenía lepra, se la aislaba de la sociedad hasta que se curaba (Le 13:2, nota; 13:45, 46). Ver glosario, lepra; leproso.

Un leproso. Ver la nota de estudio de Mt 8:2 y el glosario, lepra; leproso.

de rodillas. En el antiguo Oriente Medio, arrodillarse era un gesto de respeto, que se hacía sobre todo al pedirle algo a un superior. Marcos es el único escritor de un Evangelio que dice específicamente que el leproso se arrodilló.

se conmovía profundamente. Aquí se usa el verbo griego splagkhnízomai, que está relacionado con la palabra para “intestinos” (splágkhna). Se refiere a una emoción tan intensa y profunda que se siente físicamente. En griego, es una de las palabras para hablar de la compasión que más fuerza tiene.

lo tocó. La Ley mosaica exigía poner en cuarentena a los leprosos para que no contaminaran a otras personas (Le 13:45, 46; Nú 5:1-4). Pero los líderes religiosos judíos impusieron muchas otras reglas. Por ejemplo, nadie podía estar a menos de cuatro codos de distancia de un leproso (alrededor de 1,8 m [6 ft]). Pero, si soplaba el viento, la distancia debía ser de 100 codos, o sea, unos 45 m (150 ft). Por causa de estas reglas, se terminó tratando a los leprosos de manera cruel. Por ejemplo, antiguos escritos judíos elogian a un rabino que se escondía de los leprosos y a otro que les arrojaba piedras para mantenerlos a distancia. A diferencia de ellos, a Jesús le conmovió tanto el ruego del leproso que hizo lo que a otros judíos les parecería impensable: tocó al hombre. Lo tocó aunque pudo haberlo curado con solo decirlo (Mt 8:5-13).

Yo quiero. Jesús no solo tomó en cuenta la petición, sino que expresó su profundo deseo de hacer algo al respecto. Así demostró que no lo haría solo por un sentido del deber.

se conmovió tanto. O “sintió tanta compasión” (ver la nota de estudio de Mt 9:36). Unas pocas traducciones modernas de la Biblia dicen “se encolerizó”. Sin embargo, la mayoría de los manuscritos antiguos, entre ellos los más antiguos y los más respetados, optan por la opción que aparece en el texto principal. Además, el contexto apoya la idea de que Jesús actuó motivado por compasión, y no por cólera.

lo tocó. Ver la nota de estudio de Mt 8:3.

Yo quiero. Ver la nota de estudio de Mt 8:3.

Cuidado con decirle nada a nadie. Parece que Jesús dio esta advertencia porque no quería honrar su propio nombre ni hacer nada que desviara la atención de Jehová Dios y las buenas noticias del Reino. Esta actitud humilde cumplió las palabras proféticas de Is 42:1, 2, donde se dice que el siervo de Jehová no haría “oír su voz en la calle” para causar sensación (Mt 12:15-19). Esta humildad contrasta con la hipocresía de aquellos a quienes Jesús condenaba por orar en las esquinas de las calles principales para que los demás los vieran (Mt 6:5). Al parecer, Jesús quería que la gente se convenciera de que él era el Cristo por pruebas sólidas, y no por informes sensacionalistas de sus milagros.

presentarte ante el sacerdote. La Ley mosaica establecía que un sacerdote debía confirmar que un leproso estaba curado. El leproso sanado tenía que ir al templo y llevar como ofrenda “las cosas que Moisés indicó”, tal como se registró en Le 14:2-32.

Multimedia

Video Información sobre Marcos
Video Información sobre Marcos
Evangelio de Marcos: algunos sucesos importantes
Evangelio de Marcos: algunos sucesos importantes

Los sucesos se presentan en orden cronológico cuando es posible.

En el mapa de cada Evangelio se ubica una serie diferente de sucesos.

1. Ministerio de Juan el Bautista en el desierto, cerca del río Jordán (Mt 3:1, 2; Mr 1:3-5; Lu 3:2, 3).

2. Bautismo de Jesús en el río Jordán; Jehová identifica a Jesús como su Hijo (Mt 3:13, 16, 17; Mr 1:9-11; Lu 3:21, 22).

3. Jesús comienza a predicar en Galilea (Mt 4:17; Mr 1:14, 15; Lu 4:14, 15).

4. A orillas del mar de Galilea, Jesús invita a cuatro discípulos a convertirse en pescadores de hombres (Mt 4:18-22; Mr 1:16-20).

5. Jesús enseña en la sinagoga de Capernaúm (Mr 1:21; Lu 4:31, 38).

6. Jesús sube a una montaña cerca de Capernaúm y elige a los 12 apóstoles (Mr 3:13-15; Lu 6:12, 13).

7. Mar de Galilea; Jesús calma una fuerte tempestad de viento (Mt 8:23-26; Mr 4:37-39; Lu 8:22-24).

8. Probablemente en Capernaúm, una mujer le toca el manto a Jesús y se cura (Mt 9:19-22; Mr 5:25-29; Lu 8:43, 44).

9. En la costa noreste del mar de Galilea, Jesús alimenta a unos 5.000 hombres (Mt 14:19-21; Mr 6:39-42, 44; Lu 9:14, 16, 17; Jn 6:10, 11).

10. Jesús envía a sus discípulos en barca hacia Betsaida (Mt 14:22; Mr 6:45).

11. En la región de Tiro y Sidón, Jesús cura a la hija de una mujer sirofenicia (Mt 15:21, 22, 28; Mr 7:24-26, 29).

12. Jesús pasa por la región de la Decápolis de camino al mar de Galilea (Mr 7:31).

13. Jesús cura a un ciego en Betsaida (Mr 8:22-25).

14. Jesús enseña en Perea (Mt 19:1-3; Mr 10:1, 2).

15. Jesús cura a unos ciegos cerca de Jericó (Mt 20:29, 30, 34; Mr 10:46, 47, 51, 52; Lu 18:35, 40-43).

16. Jesús limpia el templo (Mt 21:12, 13; Mr 11:15-17; Lu 19:45, 46).

17. En el templo, en el patio de las mujeres, Jesús ve a una viuda pobre echando dos moneditas en las arcas del tesoro (Mr 12:42-44; Lu 21:1-4).

18. Saliendo del templo, de camino al monte de los Olivos, Jesús predice la destrucción del templo (Mt 24:1, 2; Mr 13:1, 2; Lu 21:5, 6).

19. Los discípulos hacen los preparativos para la Pascua en la ciudad de Jerusalén (Mr 14:13-16; Lu 22:10-13).

20. Llevan a Jesús a la casa del sumo sacerdote Caifás (Mt 26:57-59; Mr 14:60-62; Lu 22:54).

21. Presentan de nuevo a Jesús ante el Sanedrín, pero esta vez en la sala del Sanedrín (Mr 15:1; Lu 22:66-69).

El desierto
El desierto

Las palabras en los idiomas originales (en hebreo, midhbár, y, en griego, érēmos) traducidas como “desierto” en la Biblia por lo general se refieren a una tierra poco poblada y sin cultivar, o a una estepa con hierbas y arbustos, y hasta pastos. Pero estas palabras también se usan para hablar de regiones sin agua que pueden considerarse verdaderos desiertos. En los Evangelios, cuando se habla del desierto, por lo general se refiere al desierto de Judea. Allí fue donde vivió y predicó Juan, y donde Jesús fue tentado por el Diablo (Mr 1:​12).

La ropa y la apariencia de Juan el Bautista
La ropa y la apariencia de Juan el Bautista

Juan usaba una ropa hecha de pelo de camello, ceñida con un cinturón o correa de cuero que podía ser usado para llevar objetos pequeños. El profeta Elías usaba una ropa parecida (2Re 1:8). La tela de pelo de camello era un tejido áspero, y comúnmente la usaban los pobres. En cambio, los ricos usaban ropa fina hecha de seda o de lino (Mt 11:​7-9). Como Juan era nazareo desde su nacimiento, es posible que nunca se hubiera cortado el cabello. Seguro que, por su ropa y su apariencia, saltaba a la vista que llevaba una vida sencilla, completamente dedicada a hacer la voluntad de Dios.

Langostas
Langostas

En la Biblia, el término langostas puede referirse a cualquier clase de saltamontes, o chapulines, de antenas cortas, en especial los que migran en grandes enjambres. Según una investigación llevada a cabo en Jerusalén, el 75 % del cuerpo de la langosta peregrina es proteína. Actualmente, las personas que las consumen en Oriente Medio les sacan la cabeza, las patas, las alas y el abdomen. Lo que queda, el tórax, se cocina o se come crudo. Se dice que estos insectos ricos en proteínas tienen un sabor parecido al del camarón o al del cangrejo.

Miel silvestre
Miel silvestre

En las fotos se pueden ver 1) una colmena hecha por abejas silvestres y 2) un panal repleto de miel. Tal vez la miel que Juan comía era la que producía una especie silvestre de abeja conocida como Apis mellifera syriaca, nativa de esa zona. Esta especie agresiva está bien adaptada a la vida en el clima caluroso y seco del desierto de Judea, pero no es la más adecuada para ser criada por el hombre. A pesar de eso, ya en el siglo noveno antes de nuestra era, los habitantes de Israel criaban abejas melíferas en cilindros de arcilla. Se encontró una gran cantidad de restos de estas colmenas en lo que era una zona urbana, hoy conocida como Tel Rehov, ubicada en el valle del Jordán. La miel que contenían era producida por una especie de abeja que aparentemente había sido importada de la actual Turquía.

Sandalias
Sandalias

En tiempos bíblicos, las sandalias se hacían con suelas de cuero, de madera o de otro material fibroso que se ataban al pie con correas de cuero. A veces se usaban como parte de un gesto simbólico en ciertas transacciones o para ejemplificar alguna idea. Así, de acuerdo con la Ley, una viuda debía quitarle una sandalia al hombre que se negara a realizar el matrimonio de cuñado, y la familia de él pasaba a ser llamada con desprecio La Casa de aquel a quien se le Quitó la Sandalia (Dt 25:9, 10). Para legalizar el traspaso de una propiedad o del derecho de recompra, uno tenía que quitarse una sandalia y dársela a la otra persona (Rut 4:7). Llevarle o desatarle las sandalias a alguien se consideraba una tarea humilde que a menudo realizaban los esclavos. Juan el Bautista se refirió a esta costumbre para indicar que era inferior al Cristo.

El río Jordán
El río Jordán

Juan bautizó a Jesús en el río Jordán. No se conoce el lugar exacto de su bautismo.

Vista panorámica del valle de Jezreel
Vista panorámica del valle de Jezreel

Esta foto fue tomada desde un peñasco cercano a Nazaret, mirando hacia el sur. Aquí se puede observar, de este a oeste, el fértil valle de Jezreel, escenario de diferentes acontecimientos bíblicos (Jos 17:16; Jue 6:33; Os 1:5). A la izquierda, a lo lejos, lo primero que salta a la vista es la colina de Moré. En una de sus laderas, se ve una aldea donde antes se encontraba la ciudad de Naín. Fue en esta ciudad donde Jesús resucitó al hijo de una viuda (Jue 7:1; Lu 7:11-15). En el horizonte, se alcanza a ver el monte Guilboa (1Sa 31:1, 8). Como Jesús se crio en la cercana Nazaret, es posible que haya estado en este punto, desde donde pueden observarse muchos lugares importantes de la historia de Israel (Lu 2:39, 40).

El desierto de Judea, al oeste del río Jordán
El desierto de Judea, al oeste del río Jordán

En esta árida región, Juan el Bautista comenzó su ministerio y Jesús fue tentado por el Diablo.

Animales salvajes del desierto
Animales salvajes del desierto

Algunos de los animales que vivían en el desierto donde Jesús pasó 40 días y 40 noches eran el león (1), el leopardo (2) y la hiena rayada (3). Hace siglos que no se ven leones en la zona. Todavía hay leopardos y hienas, aunque apenas se han visto en los últimos años.

Echar las redes de mano
Echar las redes de mano

Los pescadores del mar de Galilea usaban dos tipos de redes de mano o atarrayas: una de malla más cerrada para atrapar los peces más pequeños y otra de malla más abierta para los peces más grandes. A diferencia de las redes de arrastre, que requerían al menos una barca y el trabajo de varios hombres, las redes de mano podían ser usadas por una sola persona desde una barca, o de pie en la orilla o cerca de ella. Estas redes eran circulares y podían medir unos 6 m (18 ft) o más de diámetro. Tenían piedras o plomos en los bordes y, cuando se lanzaban bien, caían extendidas sobre el agua. Los bordes se hundían primero, de modo que los peces quedaban atrapados a medida que la red iba bajando al fondo. Entonces el pescador podía sumergirse y recuperar los peces atrapados bajo el agua, o podía arrastrar cuidadosamente la red hasta la orilla. El uso eficaz de estas redes requería mucha habilidad y esfuerzo.

Peces del mar de Galilea
Peces del mar de Galilea

En la Biblia hay muchas referencias a los peces, la pesca y los pescadores relacionados con el mar de Galilea. En este mar hay unas 18 especies de peces, de las cuales solo unas 10 son importantes para los pescadores. Estas últimas se separan en tres grandes grupos de valor comercial. Un grupo lo forman tres especies de barbos. Estas especies tienen barbas o bigotes en los dos extremos de la boca, de ahí su nombre semítico, biny, que significa ‘pelo’. Se alimentan de moluscos, caracoles y peces pequeños. El barbo del dibujo (Barbus longiceps) (1) puede alcanzar los 75 cm (30 in) de largo y pesar más de 7 kg (15 lb). El segundo grupo se conoce como musht, que significa ‘peine’ en árabe, porque las cinco especies que lo forman tienen una aleta dorsal con forma de peine. En el dibujo se ve una de estas especies: la Tilapia galilea (2). Hay un tipo de musht que puede alcanzar unos 45 cm (18 in) de largo y pesar unos 2 kg (4,5 lb). El tercer grupo es el de la sardina de Kinéret (en el dibujo se ve la Acanthobrama terrae sanctae) (3), que se parece a un arenque pequeño. Desde la antigüedad, este pez se suele conservar en vinagre.

Sinagoga en Capernaúm
Sinagoga en Capernaúm

Las paredes de piedra caliza blanca que se ven en la fotografía forman parte de una sinagoga construida en algún momento entre finales del siglo segundo y principios del siglo quinto de nuestra era. Algunos creen que las secciones de basalto negro que hay bajo la piedra caliza son lo que queda de una sinagoga del siglo primero. Si eso fuera cierto, este puede ser uno de los lugares donde Jesús predicó y donde curó al hombre poseído por un demonio que se menciona en Mr 1:​23-​27 y Lu 4:​33-​36.