Lucas 8:1-56
Notas
Notas de estudio
predicar. La palabra griega básicamente significa ‘proclamar como heraldo’. Destaca la manera como se hace la proclamación: por lo común, de forma abierta y pública para que todo el mundo la oiga, más bien que con un sermón a un grupo limitado de personas.
predicando. Ver la nota de estudio de Mt 3:1.
María, a quien llamaban Magdalena. La mujer que por lo común se conoce como María Magdalena se menciona por primera vez aquí en el relato del segundo año del ministerio de Jesús. Es probable que el nombre distintivo de Magdalena (que significa ‘de Magdala’ o ‘perteneciente a Magdala’) proceda del nombre de Magdala, una ciudad de la costa oeste del mar de Galilea, a medio camino entre Capernaúm y Tiberíades. Se cree que Magdala era la ciudad donde se crio María o donde vivía. A María Magdalena se la menciona en particular en relación con la muerte y resurrección de Jesús (Mt 27:55, 56, 61; Mr 15:40; Lu 24:10; Jn 19:25).
el que sirve. O “el que ministra”. Aquí se usa el verbo griego diakonéō, que está relacionado con el sustantivo diákonos (“ministro”, “siervo”, “sirviente”). Este sustantivo se refiere a alguien que presta un servicio a favor de otros con humildad y constancia. También se usa para referirse a Cristo (Ro 15:8), a los ministros o siervos de Cristo, tanto hombres como mujeres (Ro 16:1; 1Co 3:5-7; Col 1:23), y a los siervos ministeriales (Flp 1:1; 1Ti 3:8), así como a los sirvientes de una casa (Jn 2:5, 9) y a los funcionarios del gobierno (Ro 13:4).
Juana. Forma abreviada en femenino del nombre hebreo Jehohanán, que significa ‘Jehová ha mostrado favor’ o ‘Jehová ha sido benévolo’. Fue una de las mujeres a las que Jesús curó de sus dolencias, y se la menciona solo dos veces en las Escrituras Griegas Cristianas, únicamente en el Evangelio de Lucas (Lu 24:10).
Cuza. Era el encargado de la casa, o mayordomo, de Herodes Antipas, lo que posiblemente implicaba supervisar sus asuntos domésticos.
para atenderlos. O “para contribuir al sustento de ellos”. La palabra griega diakonéō puede referirse a atender el bienestar físico de otras personas obteniendo, cocinando y sirviendo alimentos, y así por el estilo. De manera parecida, en Lu 10:40; 12:37; 17:8 y Hch 6:2 se usa con el sentido de ‘preparar todo’, ‘servir’ o ‘repartir alimento’, aunque también puede referirse a otras tareas de carácter personal. En este caso se explica que las mujeres mencionadas en los versículos 2 y 3 apoyaban a Jesús y sus discípulos para que pudieran cumplir con la asignación que les había dado Dios. Así ellas glorificaron a Jehová, quien mostró cuánto agradecía su bondad y generosidad al hacer que sus acciones quedaran registradas en la Biblia para las generaciones futuras (Pr 19:17; Heb 6:10). Se usa el mismo término griego en relación con las mujeres que se mencionan en Mt 27:55; Mr 15:41. Ver la nota de estudio de Lu 22:26, donde se analiza el uso del sustantivo diákonos.
comparaciones. O “parábolas”, “ilustraciones”. La palabra griega parabolḗ significa literalmente ‘colocación al lado de’ o ‘colocación junto a’. Puede referirse a una parábola, un proverbio o una comparación. Jesús a menudo explicaba una cosa “colocándola al lado” de otra, es decir, comparándola a otra parecida (Mr 4:30). Sus comparaciones eran breves y por lo general eran relatos ficticios de los que se podía sacar una enseñanza espiritual o moral.
esta comparación. O “esta parábola”, “esta ilustración”. Ver la nota de estudio de Mt 13:3.
terreno rocoso. No se refiere a un terreno con rocas, sino a un lecho de roca con poca tierra encima. De hecho, el relato paralelo de Lu 8:6 dice que algunas semillas cayeron “sobre roca”. Este tipo de terrenos no permite que las raíces se hundan lo suficiente para obtener agua.
sobre roca. Ver la nota de estudio de Mt 13:5.
entre espinos. Es obvio que Jesús no se refería a arbustos de espinos ya crecidos, sino a malas hierbas que todavía no se habían arrancado del terreno arado. Estas crecían y ahogaban las semillas recién plantadas.
entre espinos. Ver la nota de estudio de Mt 13:7.
secretos sagrados. La palabra griega mystḗrion se traduce como “secreto sagrado” 25 veces en la Traducción del Nuevo Mundo. Esta expresión, que aquí aparece en plural, se refiere a aspectos del propósito de Dios que él no revela hasta que decide hacerlo. Cuando lo hace, los revela por completo, pero solo a quienes él elige (Col 1:25, 26). A partir de ese momento, los secretos sagrados de Dios se dan a conocer al mayor número de personas posible. Por eso la Biblia usa la expresión “el secreto sagrado” junto con términos como declarar, dar a conocer, predicar, anunciar, revelar o revelación (1Co 2:1; Ef 1:9; 3:3; Col 1:25, 26; 4:3). El principal aspecto del “secreto sagrado de Dios” es identificar a Jesús como la “descendencia” prometida, es decir, el Mesías o Cristo (Col 2:2; Gé 3:15). Sin embargo, este secreto sagrado tiene muchas facetas, entre ellas el papel que se le asignó a Jesús en el propósito de Dios (Col 4:3). Como Jesús mostró en esta ocasión, “los secretos sagrados” están relacionados con el Reino de los cielos, o el “Reino de Dios”, un gobierno celestial en el que Jesús es el Rey (Mr 4:11; Lu 8:10; ver la nota de estudio de Mt 3:2). Las Escrituras Griegas Cristianas usan el término mystḗrion de forma diferente a como lo hacían las antiguas religiones mistéricas. Estas religiones a menudo se basaban en ritos de fertilidad muy comunes en el siglo primero de nuestra era. Prometían que mediante ritos místicos sus fieles recibirían inmortalidad y revelaciones directas, y se comunicarían con los dioses. Estas enseñanzas y ritos obviamente no se basaban en la verdad. Los iniciados juraban mantenerlos en secreto y así los envolvían en un velo de misterio. Esto está en claro contraste con la proclamación a los cuatro vientos de los secretos sagrados del cristianismo. En la Traducción del Nuevo Mundo, cuando este término se usa relacionado con la religión falsa, se traduce como “misterio”. Para saber más sobre los casos en los que este término se traduce como “misterio”, ver las notas de estudio de 2Te 2:7; Ap 17:5, 7.
secretos sagrados. Ver la nota de estudio de Mt 13:11.
una lámpara. En tiempos bíblicos, la típica lámpara que se usaba en las casas era un pequeño recipiente de barro que se llenaba de aceite de oliva.
una lámpara. Ver la nota de estudio de Mt 5:15.
hermanos. O sea, los medio hermanos de Jesús. Sus nombres se enumeran en Mt 13:55 y Mr 6:3. Ver la nota de estudio de Mt 13:55 relacionada con el término “hermanos”.
hermanos. Ver la nota de estudio de Mt 12:46.
Mi madre y mis hermanos. Aquí Jesús hizo una distinción entre sus hermanos carnales, algunos de los cuales aparentemente no tenían fe en él (Jn 7:5), y sus hermanos espirituales, es decir, sus discípulos. Así mostró que, por mucho que valorara la relación con sus familiares, su relación con los que oían la palabra de Dios y la ponían en práctica era aún más valiosa.
la otra orilla. Es decir, la orilla oriental del mar de Galilea.
una fuerte tempestad de viento. Esta expresión equivale a tres palabras griegas que podrían traducirse literalmente como “un gran huracán de viento” (ver la nota de estudio de Mt 8:24). Marcos no estaba presente, así que su viva descripción de la tempestad y otros detalles que menciona en su relato quizá indiquen que obtuvo la información de Pedro. Para saber más sobre la influencia que tuvo Pedro en la redacción del Evangelio de Marcos, ver “Información sobre Marcos”.
una fuerte tempestad de viento. Esta expresión equivale a dos palabras griegas que podrían traducirse literalmente como “un huracán de viento” (ver la nota de estudio de Mr 4:37). Las tormentas fuertes son comunes en el mar de Galilea. Debido a que la superficie de este lago se encuentra a unos 210 m (690 ft) por debajo del nivel del mar, la temperatura del aire es más cálida allí que en las mesetas y montañas que lo rodean. Esas condiciones producen perturbaciones atmosféricas y vientos fuertes que pueden levantar olas de un momento para otro.
región de los gadarenos. Una región en la otra orilla (la oriental) del mar de Galilea. Quizá era el territorio que se extendía desde Gadara hasta el mar, que estaba a 10 km (6 mi) de esa ciudad. Apoya esta conclusión el hecho de que muchas monedas de Gadara tenían la representación de un barco. Marcos y Lucas llaman a esa zona “la región de los gerasenos” (ver la nota de estudio de Mr 5:1). Es posible que estas regiones diferentes tuvieran una zona en común. Ver apén. A7 (mapa 3B, “Sucesos alrededor del mar de Galilea”) y apén. B10.
gerasenos. En los relatos paralelos (Mt 8:28-34; Mr 5:1-20; Lu 8:26-39), se dan nombres diferentes al lugar donde ocurrió este episodio. Incluso para cada relato hay manuscritos antiguos que usan nombres diferentes. De acuerdo con los manuscritos más confiables, Mateo usó originalmente “gadarenos”, y Marcos y Lucas usaron “gerasenos”. Sin embargo, como se explica en la nota de estudio de la región de los gerasenos en este mismo versículo, los dos nombres se refieren básicamente a la misma región.
gerasenos. En los relatos paralelos (Mt 8:28-34; Mr 5:1-20; Lu 8:26-39), se dan nombres diferentes al lugar donde ocurrió este episodio. Incluso para cada relato hay manuscritos antiguos que usan nombres diferentes. De acuerdo con los manuscritos más confiables, Mateo usó originalmente “gadarenos”, y Marcos y Lucas usaron “gerasenos”. Sin embargo, como se explica en la nota de estudio de la región de los gerasenos en este mismo versículo, los dos nombres se refieren básicamente a la misma región.
región de los gerasenos. Una región en el lado opuesto, es decir, el lado oriental, del mar de Galilea. Hoy día, no se conocen con exactitud los límites de la región, así que no se la puede identificar con total seguridad. Algunos asocian “la región de los gerasenos” con la zona que rodea la ciudad de Kursi, situada cerca de las laderas empinadas de la orilla este del mar. Otros creen que se refiere al amplio distrito que está alrededor de la ciudad de Gerasa (Jarash), situada a 55 km (34 mi) al sursureste del mar de Galilea. Mt 8:28 la llama “la región de los gadarenos” (ver las notas de estudio de Mt 8:28; Mr 5:1). Aunque se emplean nombres diferentes, se refieren básicamente a la misma área de la orilla este del mar de Galilea. Es posible que estas regiones tuvieran una zona en común. En cualquier caso, los relatos no se contradicen. Ver también apén. A7 (mapa 3B, “Sucesos alrededor del mar de Galilea”) y apén. B10.
gerasenos. Ver la nota de estudio de Mr 5:1.
tumbas. O “tumbas conmemorativas” (ver glosario, tumba conmemorativa). Parece que estas tumbas eran cuevas naturales o cámaras labradas en la roca que se ubicaban fuera de la ciudad. Para no volverse impuros ceremonialmente, los judíos evitaban pasar por estos lugares de entierro, que terminaban siendo un refugio ideal para los que habían perdido la razón y los endemoniados.
un hombre [...] que estaba endemoniado. Mateo (8:28) menciona a dos hombres, mientras que Marcos (5:2) y Lucas solo mencionan a uno. Puede que Marcos y Lucas se centraran en solo uno de los endemoniados porque Jesús se dirigió a él o porque su caso era más notable. Es posible que ese hombre fuera más violento o llevara más tiempo poseído. También puede que fuera porque, después de ser sanados, solo uno de ellos quisiera acompañar a Jesús (Lu 8:37-39).
tumbas. Ver la nota de estudio de Mt 8:28.
¿Qué tengo que ver contigo [...]? O “¿Qué tengo en común contigo?”. Traducida literalmente, esta pregunta retórica sería “¿Qué para mí y para ti?”. Es una expresión idiomática semítica que se encuentra en las Escrituras Hebreas (Jue 11:12, nota; Jos 22:24; 2Sa 16:10; 19:22; 1Re 17:18; 2Re 3:13; 2Cr 35:21; Os 14:8). En las Escrituras Griegas Cristianas se usa una expresión griega equivalente (Mt 8:29; Mr 1:24; 5:7; Lu 4:34; 8:28; Jn 2:4). Su significado exacto puede variar según el contexto. En este versículo (Mr 5:7), denota hostilidad y rechazo, y algunos han sugerido como posibles traducciones “¡No me molestes!” o “¡Déjame en paz!”. En otros contextos, se usa para expresar una diferencia de punto de vista u opinión, o para indicar que no se quiere participar en una acción determinada, sin ningún tono de desprecio, arrogancia u hostilidad. Ver la nota de estudio de Jn 2:4.
carceleros. El término griego basanistḗs, que se traduce como “carceleros”, tiene el significado básico de ‘torturadores’, probablemente porque los carceleros por lo común sometían a los prisioneros a crueles torturas. Sin embargo, la palabra llegó a aplicarse en sentido general a los carceleros, quizá porque mantener a una persona presa, con o sin tortura, era una forma de atormentarla. Ver la nota de estudio de Mt 8:29.
¿Qué tengo que ver contigo [...]? Ver la nota de estudio de Mr 5:7.
me atormentes. En Mt 18:34 se usa un término griego relacionado para referirse a “los carceleros”. Por lo tanto, en este contexto, el tormento parece referirse al hecho de estar restringido o confinado en el “abismo” que se menciona en Lu 8:31. Ver la nota de estudio de Mt 18:34.
Legión. Es probable que este no fuera el verdadero nombre del endemoniado, pero indica que estaba poseído por muchos demonios. Es posible que el líder de los demonios obligara al hombre a decir que su nombre era Legión. Esto puede dar a entender que estaba implicado un gran número de demonios, porque, en el siglo primero de nuestra era, una legión romana normalmente estaba compuesta por unos 6.000 hombres. Ver la nota de estudio de Mt 26:53.
Legión. Ver la nota de estudio de Mr 5:9.
atormentarnos. En Mt 18:34 se usa un término griego relacionado para referirse a “los carceleros”. Por lo tanto, en este contexto, el tormento parece referirse al hecho de estar restringido o confinado en el “abismo” que se menciona en el relato paralelo de Lu 8:31.
al abismo. O “a la profundidad”. La palabra griega ábyssos significa ‘muy profundo’, ‘sin fondo’ o ‘ilimitado’ y se refiere a un lugar o un estado en el que alguien está restringido o confinado. El término griego aparece nueve veces en las Escrituras Griegas Cristianas: en este versículo, en Ro 10:7 y siete veces en el libro de Apocalipsis. El relato de Ap 20:1-3 habla de cuando en el futuro se arroje a Satanás al abismo y se lo encierre allí por mil años. La legión de demonios quizá tenía presente ese suceso futuro cuando le suplicó a Jesús que “no los mandara al abismo”. En el versículo 28, uno de los demonios le pidió a Jesús que no lo atormentara. En el relato paralelo de Mt 8:29, los demonios le preguntaron a Jesús: “¿Viniste a atormentarnos antes del tiempo fijado?”. Así que parece que el tormento al que le tenían miedo los demonios se refería a ser restringidos o confinados en el “abismo”. Ver el glosario y la nota de estudio de Mt 8:29.
cerdos. Los cerdos eran animales impuros según la Ley (Le 11:7), pero la carne de cerdo tenía gran demanda entre los muchos no judíos que vivían en la Decápolis. Tanto para los griegos como para los romanos era una exquisitez. El relato no dice si “los que cuidaban los cerdos” eran judíos que estaban violando la Ley (Lu 8:34).
cuéntales a todos lo que Dios ha hecho por ti. Jesús normalmente pedía que no se les diera publicidad a sus milagros (Mr 1:44; 3:12; 7:36; Lu 5:14). Pero esta vez le dijo al hombre que les contara a sus parientes lo que había ocurrido. Puede que lo hiciera porque le habían pedido a Jesús que abandonara la región y él no podría darles testimonio en persona. También serviría para contrarrestar los informes negativos que podían circular debido a la pérdida de los cerdos.
por toda la ciudad. El relato paralelo de Mr 5:20 dice “por la Decápolis”. Así que parece que la ciudad que se menciona aquí es una de las poblaciones de la Decápolis. Ver glosario, Decápolis.
un hijo unigénito. La palabra griega monoguenḗs, traducida tradicionalmente como “unigénito”, tiene el sentido de ‘solo en su clase’ o ‘único’. En la Biblia se usa este término para describir la relación que une a un hijo o una hija con sus padres (ver las notas de estudio de Lu 7:12; 8:42; 9:38). En los escritos del apóstol Juan, este término se usa solo con Jesús (Jn 3:16, 18; 1Jn 4:9), pero nunca para referirse a su nacimiento y vida en la tierra como ser humano. Juan lo usa exclusivamente para hablar de Jesús cuando vivía en el cielo como el Logos, o la Palabra, el que “estaba en el principio con Dios”, incluso “antes de que el mundo existiera” (Jn 1:1, 2; 17:5, 24). Jesús es el “hijo unigénito” porque fue el Primogénito de Jehová y el único creado directamente por él. Aunque es cierto que a otros seres espirituales también se les llama “hijos del Dios verdadero” e “hijos de Dios” (Gé 6:2, 4; Job 1:6; 2:1; 38:4-7), todos fueron creados por Jehová mediante su Hijo primogénito (Col 1:15, 16). En resumen, el término monoguenḗs se aplica a Jesús tanto por ser “el único en su clase”, “único” e “incomparable” como por ser el único hijo creado directa y únicamente por Dios (1Jn 5:18). Ver la nota de estudio de Heb 11:17.
Hijo unigénito. La palabra griega monoguenḗs, traducida tradicionalmente como “unigénito”, tiene el sentido de ‘solo en su clase’ o ‘único’. En los escritos del apóstol Juan, este término se usa solo con Jesús (Jn 1:14; 3:18; 1Jn 4:9; ver la nota de estudio de Jn 1:14). Aunque es cierto que también se les llama hijos a otros seres espirituales creados por Dios, Jesús es el único al que se le llama “Hijo unigénito” (Gé 6:2, 4; Job 1:6; 2:1; 38:4-7). Jesús, el Hijo primogénito, es el único creado directamente por su Padre. Por eso se puede decir que es único, diferente a todos los demás hijos de Dios. Los demás fueron creados, o engendrados, por Jehová mediante su Hijo primogénito. Pablo usa el término griego monoguenḗs de forma parecida cuando dice que Isaac era el “hijo unigénito” de Abrahán (Heb 11:17). Aunque Abrahán tuvo a Ismael con Agar y a varios hijos más con Queturá (Gé 16:15; 25:1, 2; 1Cr 1:28, 32), Isaac fue “unigénito” en un sentido especial: fue el único hijo de Abrahán que nació por la promesa de Dios y el único hijo de Sara (Gé 17:16-19).
única. La palabra griega monoguenḗs, traducida tradicionalmente como “unigénito”, tiene el sentido de ‘solo en su clase’, ‘único’ o ‘el único miembro de una familia o género’. El término describe la relación que une a un hijo o una hija con sus padres. En este contexto, alude a un hijo único. Se usa este mismo término con el “único” hijo de la viuda de Naín y el “único” hijo de un hombre, a quien Jesús curó (Lu 7:12; 9:38). La Septuaginta también lo usa con la hija de Jefté, de quien se dice: “Era su única hija. Aparte de ella, no tenía ni hijo ni hija” (Jue 11:34). El apóstol Juan lo emplea cinco veces en sus escritos hablando de Jesús. Para saber más sobre el significado del término cuando se usa con Jesús, ver las notas de estudio de Jn 1:14; 3:16.
hemorragias. Probablemente tenía un flujo menstrual continuo, y era un problema crónico. Según la Ley mosaica, esta enfermedad la convertía en una mujer ceremonialmente impura y, por lo tanto, no debía tocar a nadie (Le 15:19-27).
hemorragias. Ver la nota de estudio de Mt 9:20.
Hija. Esta es la única ocasión de la que hay registro en la que Jesús se dirige a una mujer llamándola “hija”. Tal vez lo hizo porque la situación era delicada y ella estaba “temblando” (Mr 5:33; Lu 8:47). Jesús usó esta palabra cariñosa no debido a la edad de la mujer, sino para demostrar cuánto se interesaba por ella.
Vete en paz. Esta expresión idiomática se usa a menudo tanto en las Escrituras Hebreas como en las Griegas con el significado de ‘Que te vaya bien’ (Lu 7:50; 8:48; Snt 2:16; comparar con 1Sa 1:17; 20:42; 25:35; 29:7; 2Sa 15:9; 2Re 5:19). La palabra hebrea que suele traducirse como “paz” (shalóhm) tiene un significado amplio. Se refiere a la ausencia de guerras o disturbios (Jue 4:17; 1Sa 7:14; Ec 3:8), pero también puede transmitir la idea de salud, seguridad (1Sa 25:6, nota; 2Cr 15:5, nota; Job 5:24, nota) y bienestar (Est 10:3, nota), así como de amistad (Sl 41:9). En las Escrituras Griegas Cristianas, la palabra griega para “paz” (eirḗnē) tiene un significado amplio como la palabra hebrea y puede expresar las ideas de estar bien, estar a salvo y estar en armonía, además de estar libre de conflictos.
Hija. Ver la nota de estudio de Mr 5:34.
Vete en paz. Ver la nota de estudio de Mr 5:34.
no ha muerto, está dormida. En la Biblia a menudo se compara estar muerto a estar dormido (Sl 13:3; Jn 11:11-14; Hch 7:60; 1Co 7:39; 15:51; 1Te 4:13). Como Jesús iba a devolverle la vida a la niña, puede que dijera estas palabras para demostrar que, tal como se puede despertar a alguien de un profundo sueño, también se le puede devolver la vida a alguien que ha muerto. Jesús resucitó a la niña con el poder que le dio su Padre, “aquel que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son como si fueran” (Ro 4:17).
no ha muerto, está dormida. Ver la nota de estudio de Mr 5:39.
entregó su espíritu. O “expiró”, “dejó de respirar”. El término espíritu (en griego, pnéuma) puede entenderse aquí como ‘aliento’ o ‘fuerza de vida’. El relato paralelo de Mr 15:37 respalda este sentido. Allí se usa un verbo griego (ekpnéō) que literalmente significa ‘respirar afuera’. En ese versículo se traduce como “murió” o, como dice la nota de estudio, “expiró”, “dio su último suspiro”. Algunos creen que, al usar el verbo griego que se traduce como “entregar”, Mateo indica que Jesús voluntariamente dejó de luchar por su vida cuando vio que ya todo se había cumplido (Jn 19:30). Jesús estuvo dispuesto a derramar su vida hasta la muerte (Is 53:12; Jn 10:11).
espíritu. O “fuerza de vida”, “aliento”. El término griego pnéuma puede entenderse aquí como la fuerza que mantiene vivas a las criaturas terrestres o simplemente como la respiración. Ver la nota de estudio de Mt 27:50.
Multimedia

Este dibujo de un candelero de uso doméstico (1) se basa en objetos del siglo primero que se encontraron en Éfeso e Italia. Es probable que este tipo de candeleros se usaran en las casas de los ricos. En los hogares más pobres, las lámparas se colgaban del techo, se colocaban en un nicho de la pared (2) o se ponían sobre un soporte de barro o de madera.

Este dibujo se basa en los restos de una barca de pesca que se encontró enterrada en el barro cerca de las costas del mar de Galilea y en un mosaico que se descubrió en una casa de la ciudad costera de Migdal. Tanto la barca como la casa eran del siglo primero. Parece que este tipo de barcas tenía un mástil y al menos una vela, así como una tripulación de cinco hombres: cuatro remaban y uno manejaba el timón desde una pequeña cubierta que había en la popa. La barca medía 8,2 m (27 ft) de largo, y en su punto medio tenía 2,3 m (7,5 ft) de ancho y 1,3 m (4,3 ft) de profundidad. Al parecer podía llevar 13 hombres o más.

En los años 1985 y 1986, una sequía hizo bajar el nivel del agua del mar de Galilea. Esto dejó al descubierto parte del casco de una antigua barca enterrada en el barro. Los restos, que actualmente se exponen en un museo de Israel, miden 8,2 m (27 ft) de largo y 2,3 m (7,5 ft) de ancho, y tienen una altura máxima de 1,3 m (4,3 ft). Según los arqueólogos, la barca se construyó entre el siglo primero antes de nuestra era y el siglo primero de nuestra era. Esta animación muestra cómo se vería la barca cuando atravesaba las aguas 2.000 años atrás.

Fue en algún lugar de la orilla oriental del mar de Galilea donde Jesús expulsó a los demonios de dos hombres y les ordenó entrar en una piara de cerdos.

Con miedo y temblando, la mujer levanta la vista hacia Jesús y le confiesa que le ha tocado el manto porque quería ser curada de una enfermedad que había sufrido por 12 años. Jesús no la condena, sino que le dice con bondad: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz” (Lu 8:48). Jesús realizó este milagro cuando iba de camino a curar a la hija de Jairo (Lu 8:41, 42). Estos milagros demuestran que Jesús tiene el poder para curar todo tipo de enfermedades y que, cuando gobierne a la humanidad, ninguno de sus súbditos dirá: “Estoy enfermo” (Is 33:24).