Lucas 9:1-62
Notas
Notas de estudio
sandalias. Al decir Jesús que no lleven sandalias, parece que tiene que referirse a que no lleven un par extra. En los viajes largos era habitual llevarse un par extra de sandalias, por si se gastaban las suelas o se rompían las correas de las que llevaban puestas. En una ocasión anterior, cuando dio instrucciones parecidas, Jesús les dijo a los discípulos que se “pusieran”, o “ataran”, las sandalias que ya tenían (Mr 6:8, 9). Y, como se indica en Mt 10:9, 10, les dijo que no llevaran (lit. “adquirieran”) otras de repuesto.
No lleven nada para el viaje. Cuando Jesús envió a sus apóstoles en una gira de predicación a proclamar “el Reino de Dios” (Lu 9:2), les explicó cómo realizar esa labor tan importante. Sus instrucciones se encuentran en los tres Evangelios sinópticos (Mt 10:8-10; Mr 6:8, 9; Lu 9:3). Aunque las palabras varían un poco, en los tres relatos se comunica el mensaje de que los apóstoles no debían perder tiempo adquiriendo para el viaje más cosas de las que tenían, porque Jehová les daría lo necesario. En los tres se dice que no debían obtener o llevar “dos prendas de vestir”, o, como dice la nota, “una prenda de más”. Además, en Mr 6:8 se dice que no llevaran nada para el viaje, “excepto un bastón”, porque parece que los hebreos tenían la costumbre de llevar un bastón (Gé 32:10). Por eso, la instrucción que aparece aquí en Lu 9:3 (“No lleven nada para el viaje, ni bastón”) puede que simplemente se refiriera a no obtener otro bastón además del que ya tenían. En otras palabras, Jesús les estaba diciendo a sus discípulos que viajaran livianos de equipaje, que no adquirieran artículos adicionales que les hicieran más pesada la carga, porque Jehová les daría lo necesario. Ver la nota de estudio de Lu 10:4, donde Jesús les da instrucciones parecidas a los 70 discípulos que envió a predicar en otra ocasión.
dinero. Lit. “plata”, es decir, la plata que se usaba como dinero.
quédense allí hasta que se vayan de ese lugar. O “sigan hospedados allí hasta que se vayan de ese lugar”. Jesús les estaba diciendo a sus discípulos que, cuando entraran a una población, se quedaran donde se les mostrara hospitalidad y no estuvieran “cambiándose de una casa a otra” (Lu 10:1-7). Al no buscar un lugar mejor en donde pudieran brindarles más comodidades, entretenimiento o cosas materiales, los discípulos estarían mostrando que estos asuntos eran secundarios en comparación con su misión de predicar.
quédense allí. Ver la nota de estudio de Mr 6:10.
sacúdanse el polvo de los pies. Algunos judíos santurrones que viajaban por tierras gentiles, antes de volver a entrar en su territorio, se sacudían el polvo de las sandalias porque lo consideraban impuro. Sin embargo, parece que Jesús quería decir otra cosa cuando les dio estas instrucciones a sus seguidores. Con este gesto, los discípulos demostrarían que no se harían responsables por lo que les sucediera a esas personas cuando fueran juzgadas por Dios. Se usa una expresión similar en Mt 10:14 y Mr 6:11. Marcos añade la expresión “para que les sirva de testimonio a ellos”, mientras que Lucas dice “para que sirva de testimonio contra ellos”. Pablo y Bernabé siguieron esa instrucción en Antioquía de Pisidia (Hch 13:51). Pablo hizo algo similar en Corinto sacudiéndose la ropa y diciendo: “Ustedes son responsables de su propia muerte. Yo no tengo la culpa” (Hch 18:6).
Herodes. Es decir, Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande. Ver glosario.
gobernante de distrito. Lit. “tetrarca” (que significa ‘gobernante sobre una cuarta parte’ de una provincia). El término se aplicaba a un gobernante de un distrito menor o a un príncipe territorial que gobernaba solamente con la aprobación de las autoridades romanas. La tetrarquía de Herodes Antipas abarcaba Galilea y Perea. Comparar con la nota de estudio de Mr 6:14.
Herodes. Ver la nota de estudio de Mt 14:1.
gobernante de distrito. Ver la nota de estudio de Mt 14:1.
Denles de comer ustedes. Este es el único milagro de Jesús que se menciona en todos los Evangelios (Mt 14:15-21; Mr 6:35-44; Lu 9:10-17; Jn 6:1-13).
los partió. Era común preparar panes planos y delgados que se endurecían al hornearlos. Por eso se acostumbraba partirlos para comerlos (Mt 14:19; 15:36; 26:26; Mr 6:41; 8:6).
canastas. Puede que fueran pequeñas canastas de mimbre con una cuerda que servía de asa para que los viajeros las pudieran cargar. Se cree que tenían un volumen de aproximadamente 7,5 L (2 gal). Ver las notas de estudio de Mt 16:9, 10.
canastas. Ver la nota de estudio de Mt 14:20.
Mientras oraba. Lucas le da mucha importancia a la oración en todo su Evangelio. Es el único que menciona algunas de las oraciones de Jesús. Por ejemplo, solo él indica que Jesús estaba orando durante su bautismo. Parece que Pablo registró tiempo después algunas de las palabras más significativas de esta oración (Heb 10:5-9). Otros casos en los que solo Lucas menciona que Jesús oró se encuentran en Lu 5:16; 6:12; 9:18, 28; 11:1; 23:46.
Jesús estaba orando a solas. Esto ocurrió cerca de Cesarea de Filipo (Mt 16:13; Mr 8:27). Lucas es el único que indica que Jesús estaba orando solo. Ver la nota de estudio de Lu 3:21.
Juan. Es el equivalente en español del nombre hebreo Jehohanán o Johanán, que significa ‘Jehová ha mostrado favor’ o ‘Jehová ha sido compasivo’.
el Bautista. O “el Sumergidor”, “el Inmersor”. Por lo visto, se usaba esta expresión como un sobrenombre, lo que indica que Juan era conocido por bautizar a las personas por inmersión en agua. Por ejemplo, el historiador judío Flavio Josefo lo llamó en sus escritos “Juan, de sobrenombre Bautista” (Antigüedades judías [trad. José Vara Donado], libro XVIII, sec. 116).
Elías. Viene del nombre hebreo que significa ‘mi Dios es Jehová’.
Juan el Bautista. Ver la nota de estudio de Mt 3:1.
Elías. Ver la nota de estudio de Mt 11:14.
Jesucristo. Este nombre contiene el título Cristo, que viene del griego Khristós y es equivalente al título Mesías (del hebreo, mashíaj). Las dos palabras significan ‘ungido’ o ‘elegido’. En tiempos bíblicos, a los gobernantes se les ungía ceremonialmente con aceite.
el Cristo. Aquí, en griego se usa el artículo definido antes del título Cristo, posiblemente para resaltar el papel de Jesús como el Mesías.
El Cristo de Dios. Pedro reconoce que Jesús es “el Cristo de Dios” (en griego, ho Khristós tou Theóu). La expresión “el Cristo” es equivalente a “el Mesías” (de la palabra hebrea mashíaj). Cristo y Mesías son títulos que significan ‘ungido’. En griego, aquí Cristo está precedido por el artículo definido. Esta construcción destaca el papel de Jesús como Mesías. Ver las notas de estudio de Mt 1:1; 2:4.
sacerdotes principales. Cuando el término griego está en singular y se refiere al representante principal del pueblo delante de Dios, se traduce como “sumo sacerdote”. En plural, como en este caso, se refiere a los hombres más importantes del sacerdocio, incluidos los sumos sacerdotes anteriores y, posiblemente, los jefes de las 24 divisiones sacerdotales.
escribas. Al principio, este término se refería a los copistas de las Escrituras. Pero, en los tiempos de Jesús, se usaba para referirse a quienes eran grandes conocedores y maestros de la Ley.
ancianos. Lit. “hombres mayores”. Aunque el término griego presbýteros a veces alude a la edad biológica (por ejemplo, en Lu 15:25; Hch 2:17), no se limita a las personas mayores. En la Biblia, este término se refiere principalmente a los que ocupan un puesto de autoridad y responsabilidad en una comunidad o en una nación. En este caso se refiere a los líderes de la nación judía, que con frecuencia se mencionan junto con los sacerdotes principales y los escribas. El Sanedrín estaba compuesto de hombres de estos tres grupos (Lu 20:1; 22:52, 66). Ver glosario, anciano.
sacerdotes principales. Ver la nota de estudio de Mt 2:4 y el glosario, sacerdote principal.
escribas. Ver la nota de estudio de Mt 2:4 y el glosario, escriba.
que renuncie a sí mismo. O “que se olvide de sí mismo”. Esta frase destaca que una persona está dispuesta a negarse por completo, a dejar de vivir para sí misma, a fin de entregarse a Dios. La expresión griega puede traducirse como “que se niegue a sí mismo”; esta traducción describe bien el sentido, porque implica decir no a los deseos, las ambiciones o la conveniencia personal (2Co 5:14, 15). Mateo usó el mismo verbo griego cuando relató que Pedro negó conocer a Jesús (Mt 26:34, 35, 75).
madero de tormento. O “madero de ejecución”. En el griego clásico, la palabra staurós se refiere principalmente a una estaca o poste vertical. Cuando se usa en sentido simbólico, este término a veces representa el sufrimiento, la vergüenza, la tortura y hasta la muerte que puede experimentar alguien por ser discípulo de Jesús. Ver glosario.
que renuncie a sí mismo. O “que se olvide de sí mismo”. Esta frase destaca que una persona está dispuesta a negarse por completo, a dejar de vivir para sí misma, a fin de entregarse a Dios. La expresión griega puede traducirse como “que se niegue a sí mismo”; esta traducción describe bien el sentido, porque implica decir no a los deseos, las ambiciones o la conveniencia personal (2Co 5:14, 15). Lucas usó el mismo verbo griego y otro relacionado cuando relató que Pedro negó conocer a Jesús (Lu 22:34, 57, 61). Ver la nota de estudio de Mt 16:24.
madero de tormento. Ver la nota de estudio de Mt 16:24.
vida. O “alma”. Ver glosario, alma.
mundo. La palabra griega kósmos aquí se refiere a la humanidad. En este contexto, la expresión “venir al mundo” parece referirse principalmente a cuando Jesús se presentó ante la humanidad en el momento de su bautismo, y no a cuando nació en la tierra. Después de su bautismo, Jesús fue una luz para la humanidad al realizar el ministerio que se le había asignado. Comparar con Jn 3:17, 19; 6:14; 9:39; 10:36; 11:27; 12:46; 1Jn 4:9.
el mundo llegó a existir por medio de él. Aquí el término griego kósmos (traducido como “mundo”) se refiere a la humanidad. Esto se hace evidente al final del versículo cuando se dice que “el mundo no lo conoció”. Las obras no bíblicas a veces usaban este término griego para referirse al universo y a la creación en general. Y puede que el apóstol Pablo lo usara con este sentido cuando habló con un grupo de griegos (Hch 17:24). Sin embargo, en las Escrituras Griegas Cristianas, este término normalmente se refiere a toda la humanidad o a una parte de ella. Es cierto que Jesús participó en hacer todas las cosas, incluidos los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ella. Pero este versículo se centra en su papel en hacer que existieran los seres humanos (Gé 1:26; Jn 1:3; Col 1:15-17).
al mundo. La palabra griega kósmos está muy relacionada con la humanidad en las obras griegas seglares y en particular en la Biblia (ver la nota de estudio de Jn 1:10). En este contexto, kósmos alude a todos los seres humanos redimibles, a quienes en Jn 1:29 se les describe como pecadores por haber heredado el pecado de Adán.
venido al mundo. Aquí Jesús habla del nacimiento de un ser humano para demostrar que el dolor se puede convertir en felicidad (Jn 16:20). Cuando una mujer da a luz, sufre dolores de parto, pero la felicidad de traer al mundo una nueva vida es mayor que su dolor y enseguida lo olvida. En este contexto, el “mundo” (en griego, kósmos) en el que nace el niño se refiere a la sociedad humana organizada, a las circunstancias en las que vive el ser humano. En la Biblia, la palabra “mundo” a veces tiene ese significado (1Co 14:10; 1Ti 6:7). Ver la nota de estudio de Lu 9:25.
el mundo entero. El significado básico del término griego kósmos, que muy a menudo se traduce como “mundo”, es ‘orden’ u ‘organización’. En las obras griegas seglares puede referirse a la humanidad, y a menudo se usa con ese sentido en las Escrituras Griegas Cristianas (ver las notas de estudio de Jn 1:9, 10; 3:16). Sin embargo, el término kósmos no es sencillamente un sinónimo de humanidad. En la Biblia mantiene el sentido original de ‘orden’ y ‘organización’, ya que la humanidad tiene cierta estructura por estar compuesta de varias culturas, tribus, naciones y sistemas económicos (1Jn 3:17; Ap 7:9; 14:6). Ese es el significado de la palabra “mundo” en este contexto y en algunos otros. Con el transcurso de los siglos, la estructura que rodea la vida humana e influye en ella ha aumentado en tamaño y complejidad a medida que ha aumentado la población. Ver la nota de estudio de Jn 16:21.
Unos ocho días después de decir estas palabras. Los relatos de Mateo y Marcos dicen “seis días después” (Mt 17:1; Mr 9:2). Lucas habla del número de días desde una perspectiva diferente a la de Mateo y Marcos, pues parece que incluye el día en el que Jesús hizo la promesa (Lu 9:27) y el día en el que ocurrió la transfiguración. Mateo y Marcos cuentan los seis días completos que hubo entre un suceso y otro. Además, hay que notar que Lucas da una cifra aproximada: “unos ocho días”.
a orar. Solo Lucas da este detalle sobre la oración en relación con la transfiguración de Jesús. El versículo siguiente también dice que Jesús estaba orando (Lu 9:29). Otros casos en los que solo Lucas menciona que Jesús oró se encuentran en Lu 3:21; 5:16; 6:12; 9:18; 11:1; 23:46.
la partida de Jesús. La palabra griega que se emplea aquí (éxodos) también se usa en 2Pe 1:15 (“partida”) y Heb 11:22 (“éxodo”). Todo indica que la partida, o el “éxodo”, de Jesús implicaba tanto su muerte como su posterior resurrección a la vida espiritual.
del cielo salió una voz. Esta es la primera de las tres ocasiones en las que los Evangelios mencionan que seres humanos oyeron la propia voz de Jehová. Ver las notas de estudio de Lu 9:35; Jn 12:28.
una voz. Esta es la tercera de las tres ocasiones en las que los Evangelios mencionan que seres humanos oyeron la propia voz de Jehová. La primera fue durante el bautismo de Jesús, en el año 29 de nuestra era, tal como se relata en Mt 3:16, 17, Mr 1:11 y Lu 3:22. La segunda fue cuando ocurrió la transfiguración de Jesús en el año 32, como se ve en Mt 17:5, Mr 9:7 y Lu 9:35. Y la tercera, que solo se menciona en el Evangelio de Juan, fue en el año 33, poco antes de la última Pascua que celebró Jesús. En esta ocasión, Jehová respondió a la petición que le acababa de hacer su Hijo: “Padre, glorifica tu nombre”.
de la nube salió una voz. Esta es la segunda de las tres ocasiones en las que los Evangelios mencionan que seres humanos oyeron la propia voz de Jehová. Ver las notas de estudio de Lu 3:22; Jn 12:28.
un hijo unigénito. La palabra griega monoguenḗs, traducida tradicionalmente como “unigénito”, tiene el sentido de ‘solo en su clase’ o ‘único’. En la Biblia se usa este término para describir la relación que une a un hijo o una hija con sus padres (ver las notas de estudio de Lu 7:12; 8:42; 9:38). En los escritos del apóstol Juan, este término se usa solo con Jesús (Jn 3:16, 18; 1Jn 4:9), pero nunca para referirse a su nacimiento y vida en la tierra como ser humano. Juan lo usa exclusivamente para hablar de Jesús cuando vivía en el cielo como el Logos, o la Palabra, el que “estaba en el principio con Dios”, incluso “antes de que el mundo existiera” (Jn 1:1, 2; 17:5, 24). Jesús es el “hijo unigénito” porque fue el Primogénito de Jehová y el único creado directamente por él. Aunque es cierto que a otros seres espirituales también se les llama “hijos del Dios verdadero” e “hijos de Dios” (Gé 6:2, 4; Job 1:6; 2:1; 38:4-7), todos fueron creados por Jehová mediante su Hijo primogénito (Col 1:15, 16). En resumen, el término monoguenḗs se aplica a Jesús tanto por ser “el único en su clase”, “único” e “incomparable” como por ser el único hijo creado directa y únicamente por Dios (1Jn 5:18). Ver la nota de estudio de Heb 11:17.
Hijo unigénito. La palabra griega monoguenḗs, traducida tradicionalmente como “unigénito”, tiene el sentido de ‘solo en su clase’ o ‘único’. En los escritos del apóstol Juan, este término se usa solo con Jesús (Jn 1:14; 3:18; 1Jn 4:9; ver la nota de estudio de Jn 1:14). Aunque es cierto que también se les llama hijos a otros seres espirituales creados por Dios, Jesús es el único al que se le llama “Hijo unigénito” (Gé 6:2, 4; Job 1:6; 2:1; 38:4-7). Jesús, el Hijo primogénito, es el único creado directamente por su Padre. Por eso se puede decir que es único, diferente a todos los demás hijos de Dios. Los demás fueron creados, o engendrados, por Jehová mediante su Hijo primogénito. Pablo usa el término griego monoguenḗs de forma parecida cuando dice que Isaac era el “hijo unigénito” de Abrahán (Heb 11:17). Aunque Abrahán tuvo a Ismael con Agar y a varios hijos más con Queturá (Gé 16:15; 25:1, 2; 1Cr 1:28, 32), Isaac fue “unigénito” en un sentido especial: fue el único hijo de Abrahán que nació por la promesa de Dios y el único hijo de Sara (Gé 17:16-19).
único. La palabra griega monoguenḗs, traducida tradicionalmente como “unigénito”, tiene el sentido de ‘solo en su clase’, ‘único’ o ‘el único miembro de una familia o género’. El término describe la relación que une a un hijo o una hija con sus padres. En este contexto, alude a un hijo único. Se usa este mismo término con el “único” hijo de la viuda de Naín y la “única” hija de Jairo (Lu 7:12; 8:41, 42). La Septuaginta también lo usa con la hija de Jefté, de quien se dice: “Era su única hija. Aparte de ella, no tenía ni hijo ni hija” (Jue 11:34). El apóstol Juan lo emplea cinco veces en sus escritos hablando de Jesús. Para saber más sobre el significado del término cuando se usa con Jesús, ver las notas de estudio de Jn 1:14; 3:16.
majestuoso poder de Dios. O “grandeza (majestad) de Dios”. Al curar a la gente, Jesús no se dio importancia a sí mismo, sino que atribuyó esos milagros al poder de Dios.
en que él iba a ser llevado arriba. El término griego análēmpsis solo aparece en este versículo en las Escrituras Griegas Cristianas. Por lo común se entiende que se refiere a la ascensión de Jesús al cielo. Se emplea un verbo relacionado en Hch 1:2, 11, 22, donde se traduce como “fue llevado arriba” o “fue llevado al cielo”.
él estaba decidido a ir a. Lit. “su rostro estaba yendo a”, “su rostro estaba dirigido hacia” (comparar con la nota de Lu 9:51). Se emplean expresiones similares en las Escrituras Hebreas con el sentido de fijar la vista en un objetivo, propósito o deseo (1Re 2:15, nota; 2Re 12:17, nota) y da la idea de una fuerte resolución o determinación (2Cr 20:3, nota; Da 11:17, nota).
no tiene dónde recostar la cabeza. O sea, no tenía casa propia.
no tiene dónde recostar la cabeza. Ver la nota de estudio de Mt 8:20.
Señor. Algunos manuscritos no incluyen esta palabra, pero de acuerdo con varios manuscritos antiguos y confiables hay razón para ponerla.
enterrar a mi padre. No es probable que el hombre acabara de perder a su padre y estuviera pidiendo que le permitieran hacer el funeral. Si ese hubiera sido el caso, seguramente no habría estado allí conversando con Jesús. En el antiguo Oriente Medio, cuando alguien moría, la familia organizaba el funeral muy rápido, por lo común el mismo día. De modo que el padre del hombre quizá estaba enfermo o era mayor, pero no acababa de morir. Y Jesús no le habría pedido al hombre que abandonara a su padre enfermo o necesitado, así que debía haber otros miembros de la familia que pudieran atenderlo (Mr 7:9-13). En realidad, el hombre estaba diciendo: “Te seguiré, pero no mientras mi padre viva. Espera a que mi padre muera y lo entierre”. Sin embargo, desde el punto de vista de Jesús, el hombre estaba dejando pasar la oportunidad de poner en primer lugar en su vida los intereses del Reino de Dios (Lu 9:60, 62).
enterrar a mi padre. No es probable que el hombre acabara de perder a su padre y estuviera pidiendo que le permitieran hacer el funeral. Si ese hubiera sido el caso, seguramente no habría estado allí conversando con Jesús. En el antiguo Oriente Medio, cuando alguien moría, la familia organizaba el funeral muy rápido, por lo común el mismo día. De modo que el padre del hombre quizá estaba enfermo o era mayor, pero no acababa de morir. Y Jesús no le habría pedido al hombre que abandonara a su padre enfermo o necesitado, así que debía haber otros miembros de la familia que pudieran atenderlo (Mr 7:9-13). En realidad, el hombre estaba diciendo: “Te seguiré, pero no mientras mi padre viva. Espera a que mi padre muera y lo entierre”. Sin embargo, desde el punto de vista de Jesús, el hombre estaba dejando pasar la oportunidad de poner en primer lugar en su vida los intereses del Reino de Dios (Lu 9:60, 62).
Deja que los muertos entierren a sus muertos. Como se ve en la nota de estudio de Lu 9:59, el padre del hombre que estaba hablando con Jesús probablemente estaba enfermo o era mayor, pero no se había muerto. Por lo visto, Jesús estaba diciendo: “Deja que los que están muertos en sentido espiritual entierren a sus muertos”; en otras palabras, el hombre no debía esperar para tomar la decisión de seguir a Jesús, ya que parece que otros familiares podían cuidar del padre hasta que muriera. Si seguía a Jesús, el hombre estaría entre los que van por el camino que lleva a la vida eterna, no entre los que están muertos en sentido espiritual ante Dios. Con su respuesta, Jesús mostró que poner el Reino de Dios en primer lugar en la vida y proclamarlo a los cuatro vientos es esencial para mantenerse vivo en sentido espiritual.
que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas que deja atrás. Para destacar la importancia de ser un discípulo con toda el alma, Jesús aquí lo compara con el trabajo de arar. El hombre que está hablando con él expresa su deseo de ser su discípulo, pero pone la condición de que primero se le permita despedirse de su familia (Lu 9:61). Ahora bien, si alguien que lleva el arado se distrajera, terminaría haciendo surcos torcidos. Y, si se detuviera para mirar atrás, su trabajo en el campo se atrasaría. De igual modo, si alguien a quien se invita a ser discípulo de Cristo se dejara distraer de sus responsabilidades, no serviría, o no sería apto, para el Reino de Dios.
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Entre los hebreos de la antigüedad, los bastones, las varas y los palos eran de uso común. Servían, entre otras cosas, para apoyarse (Éx 12:11; Zac 8:4; Heb 11:21), para defenderse (2Sa 23:21), para trillar el grano (Is 28:27) o para varear olivos (Dt 24:20; Is 24:13). Las bolsas de provisiones se solían hacer de cuero, y los viajeros, pastores, agricultores y otras personas las llevaban al hombro. Se usaban para guardar alimentos, ropa y otros artículos. Cuando Jesús envió a sus apóstoles a realizar una campaña de predicación, les dio instrucciones sobre diferentes asuntos, entre ellos no llevar bastones ni bolsas de provisiones. Los apóstoles debían ir con lo que tenían puesto, sin perder tiempo en obtener artículos adicionales, ya que Jehová los cuidaría. Ver las notas de estudio de Lu 9:3 y 10:4, donde se explica lo que Jesús quiso decir con esas instrucciones.

Estas fotos muestran las dos caras de una moneda de aleación de cobre que se acuñó aproximadamente para el tiempo en que Jesús efectuó su ministerio. La moneda fue un encargo de Herodes Antipas, quien era tetrarca, o gobernante de distrito, de Galilea y Perea. Es probable que Jesús estuviera pasando por el territorio de Herodes en Perea de camino a Jerusalén cuando los fariseos le dijeron que Herodes quería matarlo. Jesús les respondió llamando a Herodes “ese zorro” (ver la nota de estudio de Lu 13:32). En vista de que la mayoría de los súbditos de Herodes eran judíos, las monedas que encargó tenían imágenes que no los ofenderían, como una hoja de palmera (1) y una corona de hojas (2).

La Biblia usa palabras diferentes para hablar de distintos tipos de canastas o cestas. Por ejemplo, cuando Jesús alimentó milagrosamente a unos 5.000 hombres y se recogió lo que sobró en 12 recipientes, la palabra griega que se usó parece referirse a canastas de mimbre relativamente pequeñas que se llevaban en las manos. Sin embargo, se utilizó una palabra griega distinta para hablar de las siete canastas en las que se guardaron las sobras después que Jesús alimentó a unos 4.000 hombres (Mr 8:8, 9). Esa palabra se refiere a una canasta grande, y es el mismo término griego que se usó para describir la canasta en la que bajaron a Pablo al suelo por una abertura de la muralla de Damasco (Hch 9:25).

Con una altura de 2.814 m (9.232 ft) y situado cerca de Cesarea de Filipo, el monte Hermón es la montaña más alta en los límites de Israel. Sus cumbres nevadas condensan vapor de agua, lo que produce el abundante rocío que mantiene viva la vegetación durante la larga estación seca (Sl 133:3). La nieve derretida de este monte es la principal fuente de agua del río Jordán. Es posible que la transfiguración de Jesús tuviera lugar en el monte Hermón (Mt 17:2).

Situado en la frontera norte de la Tierra Prometida, el monte Hermón tiene varias cumbres. El pico más alto alcanza los 2.814 m (9.232 ft) sobre el nivel del mar. Sus cumbres forman la parte sur de la cordillera del Antilíbano. Es posible que Jesús fuera transfigurado en el monte Hermón.

Jesús dijo que no tenía casa propia, a diferencia de los zorros, que tienen madrigueras, y las aves, que tienen nidos. El tipo de zorro que se ve en la fotografía (Vulpes vulpes) no solo se encuentra en el Oriente Medio, sino también en África, Asia, Europa y Norteamérica, y hasta ha sido llevado a Australia. Los zorros suelen excavar agujeros en el suelo para hacer sus cuevas, aunque también utilizan grietas naturales, ocupan madrigueras de otros animales o aprovechan una abandonada. El pájaro de la foto —el ruiseñor bastardo (Cettia cetti)— está entre las 470 variedades de aves que se cree que pueden encontrarse en Israel en el transcurso del año. Estas construyen sus nidos en lugares muy variados, como árboles, cavidades de los troncos o acantilados. Utilizan materiales como ramitas, hojas, algas, lana, paja, musgo o plumas. La topografía de la zona, cerca del extremo sureste del mar Mediterráneo, abarca cumbres frescas, valles calurosos, desiertos áridos y llanuras costeras. Esa variedad la convierte en un hábitat ideal para las aves que viven allí o las que están de paso en su migración.

Por lo común se araba la tierra en otoño, después que las lluvias habían ablandado el terreno que había quedado duro y seco tras los cálidos meses del verano (ver apén. B15). Algunos arados eran sencillamente una pieza de madera puntiaguda, quizá con punta de metal, unida a una viga de la que tiraban uno o más animales. Después que se araba la tierra, se sembraba la semilla. En las Escrituras Hebreas, con frecuencia se hacían comparaciones usando el conocido trabajo de arar (Jue 14:18; Is 2:4; Jer 4:3; Miq 4:3). Jesús se refirió con frecuencia a las labores agrícolas para enseñar lecciones importantes. Por ejemplo, habló del trabajo de arar para destacar la importancia de ser un discípulo con toda el alma (Lu 9:62). Si alguien que lleva el arado se distrajera, terminaría haciendo surcos torcidos. De igual modo, si un discípulo de Cristo se distrajera o abandonara sus responsabilidades, no serviría, o no sería apto, para el Reino de Dios.