Las Buenas Noticias según Lucas 3:1-38
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Notas de estudio
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Tiberio nació en el año 42 antes de nuestra era. En el año 14 de nuestra era llegó a ser el segundo emperador de Roma. Murió en marzo del año 37. Era emperador durante el ministerio de Jesús, así que era el César que gobernaba cuando Jesús dijo aquellas palabras relacionadas con la moneda del tributo: “Páguenle a César lo que es de César” (Mt 22:17-21; Mr 12:14-17; Lu 20:22-25).

Estas fotos muestran las dos caras de una moneda de aleación de cobre que se acuñó aproximadamente para el tiempo en que Jesús efectuó su ministerio. La moneda fue un encargo de Herodes Antipas, quien era tetrarca, o gobernante de distrito, de Galilea y Perea. Es probable que Jesús estuviera pasando por el territorio de Herodes en Perea de camino a Jerusalén cuando los fariseos le dijeron que Herodes quería matarlo. Jesús les respondió llamando a Herodes “ese zorro” (ver la nota de estudio de Lu 13:32). En vista de que la mayoría de los súbditos de Herodes eran judíos, las monedas que encargó tenían imágenes que no los ofenderían, como una hoja de palmera (1) y una corona de hojas (2).

Las palabras en los idiomas originales (en hebreo, midhbár, y, en griego, érēmos) traducidas como “desierto” en la Biblia por lo general se refieren a una tierra poco poblada y sin cultivar, o a una estepa con hierbas y arbustos, y hasta pastos. Pero estas palabras también se usan para hablar de regiones sin agua que pueden considerarse verdaderos desiertos. En los Evangelios, cuando se habla del desierto, por lo general se refiere al desierto de Judea. Allí fue donde vivió y predicó Juan, y donde Jesús fue tentado por el Diablo (Mr 1:12).

En tiempos bíblicos, las sandalias se hacían con suelas de cuero, de madera o de otro material fibroso que se ataban al pie con correas de cuero. A veces se usaban como parte de un gesto simbólico en ciertas transacciones o para ejemplificar alguna idea. Así, de acuerdo con la Ley, una viuda debía quitarle una sandalia al hombre que se negara a realizar el matrimonio de cuñado, y la familia de él pasaba a ser llamada con desprecio La Casa de aquel a quien se le Quitó la Sandalia (Dt 25:9, 10). Para legalizar el traspaso de una propiedad o del derecho de recompra, uno tenía que quitarse una sandalia y dársela a la otra persona (Rut 4:7). Llevarle o desatarle las sandalias a alguien se consideraba una tarea humilde que a menudo realizaban los esclavos. Juan el Bautista se refirió a esta costumbre para indicar que era inferior al Cristo.

Las dos réplicas de trillos (1) que se ven en la foto están boca arriba, de modo que se pueden ver las piedras afiladas que iban incrustadas en la parte de abajo (Is 41:15). Como se ve en la segunda foto (2), el agricultor esparcía las gavillas de grano sobre la era, se subía al trillo y hacía que un animal de tiro, como un toro, lo arrastrara sobre el grano. Las pezuñas del animal y las piedras afiladas de la parte de abajo del trillo cortaban y trituraban los tallos para liberar los granos. Luego, el agricultor usaba un aventador (3) para lanzar el grano trillado al aire. El viento se llevaba la paja, y el grano, que era más pesado, caía al suelo. La acción de trillar se usa en la Biblia para describir cómo Jehová pisoteará y triturará a sus enemigos (Jer 51:33; Miq 4:12, 13). Juan el Bautista la usó para ilustrar cómo se separaría a los justos de los malvados.