Primera a los Corintios 9:1-27
Notas
Notas de estudio
Multimedia

En la antigüedad se usaban sellos por varias razones. Por ejemplo, se utilizaban para indicar autenticidad o acuerdo (ver glosario, sello). En el mundo grecorromano se registraban las transacciones legales o comerciales en tabletas de madera recubiertas de cera. La importante información de estos documentos debía ser autenticada por testigos. Cada testigo tenía su propio sello, que era una marca distintiva a menudo grabada en un anillo. El documento se ataba con una cuerda, se derretía un poco de cera encima y se presionaba el sello en la cera caliente. Cuando la cera se enfriaba, el documento quedaba sellado y se conservaba así hasta que se abriera en público. De este modo, los testigos certificaban que el contenido era auténtico y se impedía que alguien lo alterara. Por esta razón, las expresiones sellar o poner un sello llegaron a usarse con el sentido de certificar, confirmar o autenticar la veracidad de algo. El apóstol Juan escribió que la persona que acepta el testimonio de Jesús está poniendo un sello, por decirlo así, para confirmar que Dios es fiel a la verdad. Ver la nota de estudio de Jn 3:33.

Estas fotos de comienzos del siglo veinte muestran a un agricultor trillando el grano con animales que llevan puesto un bozal. Lo primero que se hacía para separar el trigo de la paja era pasar sobre las espigas cortadas un trillo arrastrado por toros. A los toros solía colocárseles un bozal para que no comieran mientras trillaban. La Ley de Moisés reflejaba el amor de Jehová por los animales prohibiendo el uso de bozal durante esta labor (Dt 25:4). Sería muy cruel poner a trabajar tan duro a un animal hambriento y no dejarle comer algo del grano que tenía delante. Basándose en el principio que hay detrás de este mandato, el apóstol Pablo razonó que a los ministros cristianos que trabajaban duro se les debía permitir que recibieran la debida honra y ayuda material (1Co 9:9-14; 1Ti 5:17, 18).