Colosenses 4:1-18
Notas de estudio
los de afuera. Aquí se refiere a los que están afuera de la hermandad espiritual formada por todos los verdaderos discípulos de Cristo (Mt 23:8; comparar con 1Co 5:12). Pablo anima a los cristianos a comportarse con sabiduría, ya que las personas de afuera probablemente miren con lupa a esta familia espiritual. Tal vez quieran ver si sus miembros de verdad viven de acuerdo con las normas que afirman seguir.
aprovechen el tiempo de la mejor manera. Lit. “compren el tiempo fijado”. Pablo usa la misma expresión en Ef 5:16 (ver la nota de estudio). Parece que está transmitiendo una idea similar en los dos casos, ya que escribió Colosenses y Efesios para más o menos la misma fecha (Ef 6:21, 22; Col 4:7-9).
agradables. En griego se usa aquí la palabra kháris, que se emplea normalmente en la Biblia para referirse a la bondad inmerecida de Dios. Pero este término tiene un significado muy amplio. Pablo lo utiliza en este versículo para transmitir la idea de un lenguaje beneficioso, bondadoso, atractivo o incluso encantador (comparar con Ef 4:29, donde kháris aparece en una expresión que se traduce como “para beneficiar”). Este mismo término se traduce en Lu 4:22 como “hermosas” al describir las palabras que utilizó Jesús en Nazaret, el pueblo donde se crio (comparar con Sl 45:2 [44:3, LXX], donde la Septuaginta emplea kháris al hablar de las palabras agradables del Rey mesiánico). Pablo dice que las palabras del cristiano deben ser agradables “siempre”. De este modo, indica que el cristiano no debe reservar el lenguaje beneficioso, bondadoso, atractivo o incluso encantador para determinadas personas o para ocasiones especiales. Esta debe ser su forma habitual de expresarse.
sazonadas con sal. La sal se menciona en las Escrituras Griegas Cristianas varias veces, tanto en sentido literal como en sentido figurado. Todos estos casos ayudan a entender lo que quiere decir Pablo en este versículo (ver las notas de estudio de Mt 5:13; Mr 9:50). Al parecer, él se refiere a la capacidad de la sal para mejorar el gusto de los alimentos, darles más sabor y conservarlos. Así que, cuando les dice a los cristianos que usen palabras “sazonadas”, los está animando a hacer más agradable el mensaje que quieren transmitir, un mensaje que puede conservar vivos a quienes lo escuchen.
Tíquico. Ministro cristiano de la provincia de Asia que prestó servicios muy apreciados por Pablo (Hch 20:2-4). El apóstol le confió la misión de entregar cartas a los colosenses, a Filemón (que pertenecía a la congregación de Colosas) y a los efesios. Pero su misión incluía mucho más que entregar cartas. Tenía que contarles a las congregaciones cómo le iba a Pablo, lo que probablemente incluía darles detalles sobre su cautiverio, su salud y sus necesidades. El apóstol sabía que este “amado hermano” y “fiel ministro” realizaría esta tarea de un modo que consolara el corazón de sus oyentes. Y también estaba seguro de que reafirmaría las importantísimas enseñanzas de sus cartas inspiradas (Col 4:8, 9; ver también Ef 6:21, 22). Después de su liberación, Pablo se planteó enviar a Tíquico a Creta (Tit 3:12). Y, cuando volvió a estar cautivo en Roma por segunda vez, lo envió a Éfeso (2Ti 4:12).
Onésimo. Este Onésimo es el mismo de quien se habla ampliamente en la carta que Pablo le envió a un cristiano de Colosas llamado Filemón. Onésimo era un esclavo fugitivo que había estado al servicio de Filemón. Es posible que le robara a su amo antes de huir a Roma (Flm 18). Cuando ya estaba en Roma, se hizo cristiano y llegó a ser un amado hijo espiritual del apóstol Pablo (Flm 10). Pablo le pidió que regresara a Colosas, a casa de su amo, acompañando a Tíquico, quien entregaría a los efesios y a los colosenses las cartas que Pablo les había escrito (Ef 6:21, 22; Col 4:7, 8). Tal vez fuera el propio Onésimo el que le entregó la carta a Filemón. Puede que él haya hecho el largo viaje a Colosas en compañía de Tíquico para evitar ser atrapado por las autoridades romanas, que andaban en busca de esclavos fugitivos. Pablo le pidió a la congregación que recibiera bien a Onésimo, al que llama “fiel y amado hermano”.
Marcos. Viene del nombre latino Marcus. Marcos era el sobrenombre romano del “Juan” que se menciona en Hch 12:12. Su madre, que fue una de las primeras discípulas, se llamaba María y vivía en Jerusalén. Este Juan Marcos era “el primo de Bernabé” (Col 4:10) y lo acompañó en algunos de sus viajes. También viajó con Pablo y otros de los primeros misioneros cristianos (Hch 12:25; 13:5, 13; 2Ti 4:11). Aunque en ningún lugar de este Evangelio se dice quién lo escribió, algunos escritores de los siglos segundo y tercero se lo atribuyen a Marcos.
Marcos. También llamado Juan en Hch 12:12, 25; 13:5, 13 (ver las notas de estudio del título de Marcos; Hch 12:12). Marcos aparece mencionado cuando se habla del enfrentamiento que hubo entre Pablo y Bernabé. Como ellos no se ponían de acuerdo sobre si debían llevarlo en su segundo viaje misionero (c. 49-52 e. c.), se produjo “un fuerte estallido de ira” entre los dos y finalmente cada uno se fue por su lado (Hch 15:37-39). Sin embargo, tiempo después, en 1Co 9:6, Pablo habla de Bernabé en términos positivos. Esto da a entender que, para cuando escribió la carta a los colosenses, ya habían hecho las paces. Por otro lado, se ve que Pablo llegó a apreciar más a Marcos, ya que lo tuvo a su lado durante su primer cautiverio en Roma. De hecho, dijo que para él era “una fuente de gran consuelo” (ver la nota de estudio de Col 4:11). Es posible que, mientras lo visitaba en Roma, Marcos escribiera el Evangelio que lleva su nombre. Ver también “Información sobre Marcos”.
el primo de Bernabé. Aquí Pablo dice que Marcos es “el primo de Bernabé”. Puede que esta relación familiar agravara el desacuerdo que se menciona en Hch 15:37-39 (ver la nota de estudio de Marcos en este versículo). Este es el único lugar de las Escrituras Griegas Cristianas donde se emplea la palabra griega para “primo” (anepsiós). Aunque esta palabra tiene el significado básico de ‘primo hermano’, en sentido amplio puede referirse a cualquier otro tipo de primo.
los circuncisos. Es decir, los cristianos judíos circuncisos. Los hermanos que Pablo está mencionando por nombre habían acudido a ayudarlo (ver la nota de estudio de una fuente de gran consuelo en este versículo). Probablemente no dudaron en relacionarse con cristianos no judíos, y seguro que colaboraron de buena gana con Pablo en la predicación a los no judíos (Ro 11:13; Gál 1:16; 2:11-14).
una fuente de gran consuelo. O “un socorro fortalecedor”. En los versículos anteriores, Pablo menciona a varios hermanos que lo habían ayudado cuando estuvo cautivo en Roma (Col 4:7-11). Es a ellos a los que llama “una fuente de gran consuelo”. Esta expresión es la traducción de un término griego que en la antigüedad se empleaba con frecuencia en la literatura y en las inscripciones, pero que aparece únicamente aquí en todas las Escrituras Griegas Cristianas. Una obra de consulta explica que esta palabra y otras relacionadas se usaban sobre todo en Medicina con el sentido de ‘algo que alivia los síntomas de una enfermedad’. Esta misma obra añade: “Este uso tal vez explique por qué la idea que predomina en esta palabra es la de consuelo”. En el caso de Pablo, parece que los hermanos mencionados antes lo animaron y consolaron con sus palabras y también lo ayudaron de forma práctica en asuntos de primera necesidad (Pr 17:17).
Él siempre ora con fervor por ustedes. La expresión “con fervor” es la traducción del verbo griego agōnízomai. Este verbo está relacionado con el sustantivo agṓn, que se usaba a menudo para hablar de competencias de atletismo (ver las notas de estudio de Lu 13:24; 1Co 9:25). Los atletas de los juegos de la antigüedad se esforzaban al máximo por alcanzar su objetivo, la línea de meta. De igual modo, Epafras oraba con intensidad y fervor por sus hermanos y hermanas de Colosas. Al parecer, Epafras había ayudado a establecer allí la congregación y por eso conocía muy bien las necesidades de los hermanos de la zona (Col 1:7; 4:13). Tanto él como Pablo querían que se mantuvieran “firmes como personas completas” (es decir, como cristianos maduros, adultos en sentido espiritual) y que conservaran fuerte su esperanza (Col 1:5; 2:6-10).
Lucas. En griego Loukás, que viene del nombre latino Lucas. Escribió este Evangelio y Hechos de los Apóstoles. Era médico y fue un fiel compañero del apóstol Pablo (Col 4:14; ver también “Información sobre Lucas”). Debido a su nombre griego y su estilo al escribir, algunos han afirmado que Lucas no era judío. Además, en Col 4:10-14, Pablo habla de “los circuncisos” y poco después menciona a Lucas. Sin embargo, esa afirmación iría en contra de lo que se indica en Ro 3:1, 2, donde dice que “a los judíos se les confiaron las declaraciones sagradas de Dios”. Así que Lucas puede haber sido un judío de habla griega con un nombre griego.
Lucas. A Lucas se lo menciona por nombre tres veces en las Escrituras Griegas Cristianas. Y, en todos los casos, el que lo menciona es Pablo (2Ti 4:11; Flm 24). Lucas probablemente era un judío de habla griega que al parecer se convirtió al cristianismo cierto tiempo después del Pentecostés del año 33 de nuestra era. Escribió el Evangelio que lleva su nombre y luego el libro de Hechos (ver la nota de estudio del título de Lucas). Acompañó a Pablo durante su segundo y tercer viajes misioneros. Y se mantuvo a su lado los dos años que el apóstol estuvo preso en Cesarea. Luego viajó a Roma con Pablo, quien pasaría allí su primer cautiverio. Fue en esa época cuando el apóstol escribió su carta a los colosenses. Y Lucas volvió a estar cerca de él durante su último cautiverio, que al parecer terminó con su muerte como mártir (2Ti 4:11).
el médico amado. Este es el único versículo que menciona directamente la profesión de Lucas. Aunque Pablo era un hombre muy dinámico, no era inmune a las enfermedades (Gál 4:13). Por eso debió ser un alivio para él tener a Lucas de compañero. Los cristianos de Colosas debían estar familiarizados con los médicos profesionales, ya que había varias escuelas de Medicina en la región.
Demas. Demas fue un colaborador de Pablo, quien lo vuelve a mencionar cuando escribe su carta a Filemón (Flm 24). Pero tan solo unos años después, la situación cambió. Cuando el apóstol se encontraba cautivo en Roma por segunda vez, escribió lo siguiente: “Demas [...] me abandonó por amar este sistema”. Demas había regresado a Tesalónica, ciudad donde tal vez se había criado (2Ti 4:10).
a la congregación que se reúne en su casa. Ver la nota de estudio de 1Co 16:19.
lean la que se envió a Laodicea. Aquí Pablo se refiere a una carta que le escribió a la congregación de Laodicea, una carta que no se conserva en la actualidad (comparar con la nota de estudio de 1Co 5:9). Esto indica que Pablo escribió otras cartas además de las que llegaron a formar parte del texto bíblico inspirado. Puede que la carta que se menciona aquí repitiera puntos que ya se habían tratado a fondo en las cartas canónicas. De todos modos, este comentario de Pablo muestra que entre las congregaciones del siglo primero circulaban cartas importantes, como las de Pablo, para ser leídas públicamente (1Te 5:27). Es cierto que existe una carta apócrifa a los laodicenses que dice ser de Pablo. Pero esta carta se escribió probablemente alrededor del siglo cuarto de nuestra era y las congregaciones de la antigüedad nunca la consideraron parte del canon. Ver glosario, canon bíblico.
Arquipo. Parece que es el mismo Arquipo al que Pablo llama “nuestro compañero de armas” en su carta a Filemón. Pablo dirige esa breve carta a “Filemón, [...] Apfia y [...] Arquipo”, así como a la congregación que se reunía en la casa de Filemón (Flm 1, 2). Muchos biblistas creen que estos tres cristianos pertenecían a una misma familia y vivían en la misma casa. Esta conclusión parece razonable, pero no se puede probar. La Biblia no dice mucho acerca de Arquipo, aparte de que había aceptado un ministerio. Aunque Pablo le dijo: “Presta atención al ministerio”, esto no significa necesariamente que lo estuviera reprendiendo. En realidad, Pablo quería que todos los cristianos valoraran y cumplieran su ministerio. Comparar con la nota de estudio de 2Co 4:7.
escribo este saludo con mi propia mano. Pablo escribe el saludo final con su propia mano, al parecer para confirmar que él es el autor de Colosenses. Incluye comentarios de despedida como este al final de algunas otras cartas, lo que probablemente indica que por lo general utilizaba un secretario (1Co 16:21; 2Te 3:17).
Multimedia

En la foto (a la izquierda) se muestran instrumentos que usaban los médicos en tiempos romanos. Algunos empleaban instrumentos de alta calidad como escalpelos (o bisturíes), tijeras y fórceps. También utilizaban remedios a base de plantas, entre ellos sustancias con propiedades antisépticas como el vino y el vinagre (comparar con Lu 10:34). El Estado no regulaba la práctica de la Medicina. Aunque había profesionales bien preparados para tratar enfermedades y realizar operaciones, también había farsantes que se hacían pasar por médicos. Los ingresos y la posición social de los médicos solían depender de quiénes eran sus pacientes. Algunos trabajaban exclusivamente para una persona o una familia adinerada, mientras que otros atendían a todo un pueblo o a toda una ciudad, o prestaban sus servicios en un hospital militar. Algunos recibían a los pacientes en su casa y otros hacían visitas domiciliarias. Lucas, “el médico amado”, acompañó a Pablo en algunos de sus viajes misioneros (Col 4:14).

Durante el tiempo que estuvo preso en Roma por primera vez, el apóstol Pablo recibió permiso para vivir en una casa alquilada vigilado por un guardia (Hch 28:16, 30). Los vigilantes romanos normalmente usaban cadenas con sus presos. La muñeca derecha del preso solía encadenarse a la muñeca izquierda del guardia, que así tenía la mano derecha libre. Pablo menciona sus cadenas y su cautiverio en la mayoría de las cartas inspiradas que escribió durante su arresto domiciliario en Roma (Ef 3:1; 4:1; 6:20; Flp 1:7, 13, 14, 17; Col 4:3, 18; Flm 1, 9, 10, 13).