DIOS ACABARÁ CON LOS GOBIERNOS HUMANOS

Dios destruirá a los gobiernos humanos con una guerra, que la Biblia llama Armagedón (Apocalipsis 16:16). a Cuando llegue ese momento, “los reyes [o gobernantes] de toda la tierra” serán reunidos para “la guerra del gran día de Dios, el Todopoderoso” (Apocalipsis 16:14). Con el Armagedón, Dios acabará con todas las guerras.

Dios reemplazará a los gobiernos humanos con su gobierno: el Reino de Dios. Ese Reino gobernará desde el cielo y nunca será destruido (Daniel 2:44). Dios ha elegido al Rey: es su Hijo, Jesucristo (Isaías 9:6, 7; Mateo 28:18). Este es el Reino b que Jesús mencionó cuando enseñó a sus discípulos a orar (Mateo 6:9, 10). Toda la humanidad estará unida bajo un solo gobierno, y Jesús será el líder.

 A diferencia de los gobernantes humanos, Jesús no usará su poder para su propio beneficio. Como es un Rey justo e imparcial, él no pasará a nadie por alto, y ninguna persona sufrirá por ser de cierta raza, etnia o nacionalidad (Isaías 11:3, 4). Y la gente ya no tendrá que luchar por sus derechos porque Jesús se preocupará por el bienestar de cada persona. “Él rescatará al pobre que grita por ayuda, también al humilde y a todo el que no tiene quien lo ayude [...]. Los rescatará de la opresión y de la violencia” (Salmo 72:12-14).

El Reino de Dios destruirá todas las armas, que tantas muertes causan (Miqueas 4:3). Además, acabará con las personas malas que se niegan a dejar de luchar o que les roban la paz a los demás (Salmo 37:9, 10). Hombres, mujeres y niños se sentirán seguros vayan donde vayan (Ezequiel 34:28).

 Bajo el gobierno de Dios, la vida será perfecta. Desaparecerán los problemas que causan tantos conflictos, por ejemplo, la pobreza, el hambre y la falta de vivienda. Siempre habrá alimentos nutritivos disponibles para todos y en abundancia, y la gente tendrá hogares donde sentirse a gusto (Salmo 72:16; Isaías 65:21-23).

Cuando el Reino de Dios gobierne la Tierra, desaparecerán las trágicas consecuencias de la guerra. Entre ellas, no solo están las heridas físicas, sino también la angustia mental y emocional que provocan las atrocidades de la guerra. Y los que han muerto resucitarán, volverán a la vida en la Tierra (Isaías 25:8; 26:19; 35:5, 6). Las familias volverán a estar juntas, y los desgarradores recuerdos de la guerra serán cosa del pasado (Apocalipsis 21:4).

DIOS ACABARÁ CON EL PECADO

Gracias al Reino de Dios, la humanidad adorará unida al único Dios verdadero, Jehová, c “el Dios de amor y de paz” (2 Corintios 13:11). La gente aprenderá a vivir en paz (Isaías 2:3, 4; 11:9). Quienes pongan en práctica lo que aprendan serán liberados de las consecuencias del pecado (Romanos 8:20, 21).

DIOS ACABARÁ CON SATANÁS Y SUS DEMONIOS

El Reino de Dios eliminará a Satanás y sus demonios, y ya no podrán influir en la gente para provocar guerras (Apocalipsis 20:1-3, 10). Sin ellos “habrá paz en abundancia” (Salmo 72:7).

Puede estar seguro de que Dios cumplirá su promesa de acabar con las guerras y los conflictos armados, porque él puede y además quiere hacerlo.

• Dios tiene el poder para terminar con la guerra y la violencia, y sabe muy bien cómo lograrlo (Job 9:4). Para él, nada es imposible (Job 42:2).

•   Dios detesta ver a la gente sufrir (Isaías 63:9). Y “odia a todo el que ama la violencia” (Salmo 11:5).

• Dios siempre cumple lo que promete, no puede mentir (Isaías 55:10, 11; Tito 1:2).