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Mi hermano se ha suicidado, ¿qué puedo hacer?

Mi hermano se ha suicidado, ¿qué puedo hacer?

Los jóvenes preguntan

Mi hermano se ha suicidado, ¿qué puedo hacer?

La vida de Karina cambió el día que su padre le dio la noticia. “Se nos fue Lidia”, fue todo lo que pudo decir. Los dos se fundieron en un abrazo, tratando de entender un acto que no tiene explicación lógica: la hermana de Karina se había quitado la vida. *

CUANDO muere un joven, es común que los que vienen a consolar a la familia centren la atención en los padres, y lo hacen con buena intención. “¿Cómo están tu papá y tu mamá?”, preguntan a los hermanos; pero se olvidan de preguntar: “¿Cómo estás tú?”. Con toda razón, a estos niños se les da el nombre de “dolientes olvidados”.

Los estudios revelan que la muerte de un hermano produce un impacto profundo en los niños. “Una pérdida tan grande afecta a la salud, la conducta, el rendimiento escolar, la autoestima y el desarrollo de los niños sobrevivientes”, escribe la psicoterapeuta P. Gill White en su libro Sibling Grief—Healing After the Death of a Sister or Brother (El duelo por un hermano. Cómo sobreponerse a la muerte de un hermano).

Los jóvenes mayores también se ven afectados. Karina, mencionada al principio, tenía 22 años cuando Lidia, su hermana menor, se suicidó. Pese a su edad, hay ocasiones en que siente un dolor insoportable. “No puedo decir que haya sufrido más que mis padres —afirma—, pero sí que me ha costado más sobrellevar la pena.”

¿Has perdido a un hermano, como Karina? En ese caso, probablemente te identifiques con el salmista David, quien escribió: “Me he desconcertado, me he inclinado hasta grado extremo; todo el día he andado triste” (Salmo 38:6). ¿Qué puedes hacer para sobreponerte al dolor?

“Si hubiera...”

El suicidio de un hermano puede provocar en ti un sentimiento de culpa aplastante. “Si hubiera actuado de otra manera, mi hermano aún estaría vivo”, dices. Y quizás parezca haber elementos que confirmen tal idea. Eso le pasó a Cristian, que tenía 21 años cuando su hermano, de 18, se suicidó: “Fui la última persona que habló con él y debí haberme dado cuenta de que algo andaba mal. Si hubiera sido más afectuoso, a lo mejor me habría contado lo que le pasaba”.

El hecho de que Cristian no tuviera una buena relación con su hermano hace más intenso su dolor. Con inmensa pena recuerda: “En la nota que dejó decía que yo podría haber sido un mejor hermano. Aunque sé que él no estaba bien, esas palabras me martillean la cabeza constantemente”. A menudo, el recuerdo de las palabras hirientes que se dijeron antes de la tragedia agudiza el sentimiento de culpa. “Muchos hermanos me han contado que siguen mortificándose por una pelea que tuvo lugar meses o hasta años atrás”, dijo a ¡Despertad! la doctora White, citada antes.

Si te atormenta el sentimiento de culpa por el suicidio de un hermano, pregúntate: “¿Qué ser humano posee el control absoluto sobre las acciones de otro?”. Karina dice: “No estaba en tus manos impedir el sufrimiento que agobiaba a esa persona ni la forma horrible que eligió para escapar de él”.

¿Te resulta imposible olvidar aquellas palabras desconsideradas o bruscas que le dijiste a tu hermano alguna vez? La Biblia puede ayudarte a ver las cosas en su justa medida, pues dice: “Todos tropezamos muchas veces. Si alguno no tropieza en palabra, este es varón perfecto” (Santiago 3:2; Salmo 130:3). En realidad, pensar demasiado en aquellos momentos en que tal vez trataste con dureza a tu hermano sólo aumentará tu angustia. Por dolorosos que te resulten los recuerdos, el hecho es que tú no causaste su muerte. *

Cómo aliviar el dolor

Nadie reacciona igual ante el dolor. Hay quienes derraman lágrimas en público, lo cual no tiene nada de malo. La Biblia dice que tras la muerte de su hijo Amnón, David lloró “con un llanto sumamente grande” (2 Samuel 13:36). El propio Jesús “cedió a las lágrimas” al ver la tristeza tan honda que había causado en la gente la muerte de su amigo Lázaro (Juan 11:33-35).

Por otro lado, hay personas que no dan muestras de dolor inmediatamente, sobre todo cuando la muerte es inesperada. “Emocionalmente me quedé helada—relata Karina—. Prácticamente dejé de funcionar por un tiempo.” Esta es una reacción muy común cuando un hermano se quita la vida. “El suicidio es traumático —sostiene la doctora White—, y primero hay que asumir el choque antes de poder expresar el dolor. Algunos terapeutas tratan de hacer que los dolientes lloren sin estar listos, mientras todavía están aturdidos por el golpe.”

Aceptar la muerte de un hermano lleva tiempo, cosa entendible teniendo en cuenta la gravedad del suceso. Cristian comenta: “Nuestra familia es como un jarrón roto que se ha vuelto a pegar. Ahora somos más frágiles y sucumbimos más fácilmente a la presión”. Para ayudarte a aliviar la pena, intenta lo siguiente:

▪ Elabora una lista de pasajes bíblicos consoladores y repásala al menos una vez al día (Salmo 94:19).

▪ Ábrete con alguien de confianza. Desahogarte puede aliviar tu carga (Proverbios 17:17).

▪ Medita en la promesa bíblica de la resurrección (Juan 5:28, 29).

Otra cosa que te puede ayudar a ver el dolor en su justa medida es llevar un diario, al menos por un tiempo. ¿Por qué no utilizas el recuadro de esta página como ejercicio?

Ten la seguridad de que “Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas” (1 Juan 3:20). Él conoce mejor que cualquier humano todos los factores y circunstancias que pudieron haber contribuido al estado de desesperación de tu hermano. Además, él te conoce a ti mejor que tú mismo (Salmo 139:1-3). Por eso, puedes estar seguro de que él entiende lo que te pasa. Cuando te agobie la pena, recuerda las palabras de Salmo 55:22: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo”.

Consuelo para los dolientes

Hallarás información más amplia sobre cómo sobreponerte a la muerte de un ser amado en el folleto Cuando muere un ser querido, editado por los testigos de Jehová.

Encontrarás más artículos de la sección “Los jóvenes preguntan” en www.watchtower.org/yps

[Notas]

^ párr. 3 Se han cambiado los nombres.

^ párr. 12 Lo mismo es cierto cuando la muerte es consecuencia de una enfermedad o un accidente. Por mucho que hayas querido a tu hermano, no puedes controlar “el tiempo y el suceso imprevisto” (Eclesiastés 9:11).

PARA PENSAR

▪ ¿Con quién puedes hablar si te sientes abrumado?

▪ ¿Cómo puedes apoyar a un joven que ha perdido a su hermano?

[Recuadro de la página 20]

Poner por escrito tus pensamientos puede hacer más fácil que te sobrepongas al dolor. Teniendo esto presente, contesta el siguiente cuestionario.

▪ Tres gratos recuerdos que guardo de mi hermano son los siguientes:

1 ․․․․․

2 ․․․․․

3 ․․․․․

❖ Esto es lo que me gustaría haberle dicho a mi hermano mientras vivía:

․․․․․

❖ ¿Qué le dirías a un joven que se siente culpable por la muerte de un hermano mayor?

․․․․․

❖ ¿Cuál de estos textos bíblicos te consuela más, y por qué?

□ “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu.” (Salmo 34:18.)

□ “Porque él ni ha despreciado ni mirado con asco la aflicción del afligido; y no ha ocultado de él su rostro, y cuando este clamó a él por ayuda, oyó.” (Salmo 22:24.)

□ “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [la] voz [de Jesús] y saldrán.” (Juan 5:28, 29.)