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TEXTOS BÍBLICOS EXPLICADOS

Jeremías 11:11 | “Yo traigo sobre ellos un mal”

Jeremías 11:11 | “Yo traigo sobre ellos un mal”

“Por lo tanto, esto es lo que dice Jehová: ‘Voy a mandarles una calamidad de la que no podrán escapar. Cuando me supliquen que les ayude, no los escucharé’” (Jeremías 11:11, Traducción del Nuevo Mundo).

“Por tanto, así ha dicho el SEÑOR, he aquí que yo traigo sobre ellos un mal del que no podrán escapar. Clamarán a mí, pero no los escucharé” (Jeremías 11:11, Reina-Valera Actualizada, 2015).

Significado de Jeremías 11:11

 Dios les estaba hablando a los judíos de la época del profeta Jeremías. Como ellos desobedecieron las justas normas de Jehová a y rechazaron los consejos que los profetas les daban por su bien, Dios no los protegería de las terribles consecuencias de su mala conducta (Proverbios 1:24-32).

 “Por lo tanto, esto es lo que dice Jehová”. La expresión “por lo tanto” une los versículos anteriores con lo que sigue. En Jeremías 11:1-10, Jehová le dice a su pueblo que habían roto el pacto o acuerdo que sus antepasados habían hecho con él (Éxodo 24:7). En vez de adorar a su Creador, los judíos cayeron en la apostasía y se pusieron a adorar ídolos. Eso los llevó a hacer cosas horribles, hasta el punto de sacrificar niños (Jeremías 7:31).

 “Voy a mandarles una calamidad”. Muchas veces, la Biblia dice que Dios hace algo cuando en realidad solo lo está permitiendo. Y eso es lo que ocurre en este caso. Los judíos estaban adorando a dioses falsos y desobedeciendo las normas de Jehová, así que fueron ellos mismos los que se provocaron todas sus desgracias. Además, perdieron la protección de Dios. Por eso un enemigo poderoso, el rey de Babilonia, pudo conquistar Jerusalén y llevarse a sus habitantes al destierro sin que los dioses falsos en los que confiaban pudieran salvarlos (Jeremías 11:12; 25:8, 9).

 Dios no fue injusto ni cruel al permitir que a su pueblo le pasaran todas estas desgracias. Santiago 1:13 dice: “Con cosas malas, nadie puede probar a Dios ni él prueba a nadie”. Es cierto que la Reina-Valera Actualizada (2015) dice: “Yo traigo sobre ellos [los judíos] un mal”. Sin embargo, la palabra original b que se traduce como “mal” en Jeremías 11:11 también puede traducirse por “calamidad” o “desastre”. Términos como estos describen con exactitud lo que sufrieron los judíos.

 “Cuando me supliquen que les ayude, no los escucharé”. Jehová no escucha las oraciones de los que tienen las manos “llenas de sangre” ni de los que confían en que los dioses falsos pueden salvarlos (Isaías 1:15; 42:17). Pero sí escucha a los que de verdad se arrepienten de su mala conducta y humildemente vuelven a él (Isaías 1:16-19; 55:6, 7).

Contexto de Jeremías 11:11

 En el año 647 antes de nuestra era, Jehová nombró profeta a Jeremías. Durante 40 años, Jeremías estuvo advirtiéndole al pueblo de Judá que el juicio de Dios iba a venir, pero los judíos no le hicieron caso. Fue en esos años cuando el profeta escribió las palabras que encontramos en Jeremías 11:11. Al final, las profecías se cumplieron cuando en el año 607 los babilonios destruyeron Jerusalén (Jeremías 6:6-8; 39:1, 2, 8, 9).

 El libro de Jeremías también tiene un mensaje de esperanza. Jehová les dijo a los judíos: “Cuando se cumplan 70 años en Babilonia, [...] cumpliré mi promesa trayéndolos de vuelta a este lugar [el lugar de origen de los judíos]” (Jeremías 29:10). Jehová cumplió esa promesa en el año 537. Después de que los medos y los persas conquistaran Babilonia, Jehová permitió que su pueblo, que estaba dispersado por todo el imperio, volviera a su tierra y restaurara la adoración pura (2 Crónicas 36:22, 23; Jeremías 29:14).

 Para tener una visión general de lo que trata el libro de Jeremías, vea este breve video.

a Jehová es la traducción común al español de las cuatro letras hebreas que forman el nombre de Dios. Para saber por qué muchas traducciones de la Biblia usan el título Señor en vez del nombre personal de Dios, vea el artículo “¿Quién es Jehová?”.

b Las Escrituras Hebreas, también conocidas como Antiguo Testamento, se escribieron originalmente en hebreo y arameo.