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¿Cómo puedo hacer rendir mi dinero?

¿Cómo puedo hacer rendir mi dinero?

El punto de vista bíblico

¿Cómo puedo hacer rendir mi dinero?

“Gano cada vez menos, pero las facturas aumentan cada vez más. Muchas noches no puedo dormir pensando en cómo voy a mantener a mi familia.” (James)

“Tengo la sensación de que estoy en un callejón sin salida y que los muros se me vienen encima.” (Sheri)

COMENTARIOS de este tipo son muy comunes en épocas de inestabilidad económica. Con relación a la reciente crisis mundial, Juan Somavia, Director General de la Organización Internacional del Trabajo, observó: “No se trata solo de una crisis en la bolsa de Wall Street, sino en los bolsillos de todo el mundo”.

Encontrarse de golpe sin empleo o sin poder cubrir los gastos básicos de la familia genera profunda ansiedad y desesperanza. El escritor bíblico David tuvo que hacer frente a sentimientos de este tipo en un momento de su vida. “Las angustias de mi corazón se han multiplicado —dijo en oración a Dios—; de los apuros en que me hallo, oh, sácame.” (Salmo 25:17.) ¿Menciona algo la Biblia sobre nuestros tiempos? ¿Habrá en sus páginas de sabiduría inspirada consejos que nos transmitan seguridad y paz?

Sabiduría para tiempos difíciles

En la Biblia se predijo que “los últimos días” serían “tiempos críticos, difíciles de manejar”, llenos de “dolores de angustia” (2 Timoteo 3:1; Mateo 24:8). No puede negarse que esas palabras se están cumpliendo. Aun así, hay esperanza. En la Santa Biblia, Dios ha puesto a nuestra disposición la sabiduría que necesitamos para salir adelante en estos tiempos de incertidumbre económica.

Para empezar, nos ayuda a ver el dinero en su justa medida. En Eclesiastés 7:12 leemos: “La sabiduría es para una protección lo mismo que el dinero es para una protección; pero la ventaja del conocimiento es que la sabiduría misma conserva vivos a sus dueños”. En efecto, el dinero da cierta protección, pero solo la sabiduría divina que se encuentra en la Biblia nos garantiza seguridad en cualquier circunstancia. Veamos algunos ejemplos.

Cómo encarar las crisis económicas

Sea trabajador. “El perezoso se muestra deseoso, pero su alma nada tiene. No obstante, la mismísima alma de los diligentes será engordada.” (Proverbios 13:4.) ¿Qué nos enseña este versículo? Que es importante tener fama de ser un trabajador honrado y responsable. Generalmente, los patronos buscan a personas así. De hecho, es muy probable que sean las primeras en ser contratadas y las últimas en ser despedidas (Efesios 4:28).

Saque bien la cuenta antes de comprar. “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla?” (Lucas 14:28.) Con estas palabras, Jesús ilustró la importancia de calcular el costo de convertirse en su discípulo, pero es obvio que también son válidas en sentido literal. Así que el consejo es: hágase un presupuesto y anote las cosas que realmente necesita, y cuánto le costarán.

No derroche su dinero en vicios. Jugar por dinero, fumar, drogarse y beber en exceso son prácticas que Dios condena (Proverbios 23:20, 21; Isaías 65:11; 2 Corintios 7:1).

No le tenga “amor al dinero”. Todo el que le tiene “amor al dinero” acaba tarde o temprano desilusionado e infeliz, “acribillado con muchos dolores” (Hebreos 13:5; 1 Timoteo 6:9, 10). Lo que es más, muchos terminan siendo esclavos de un anhelo insaciable de tener más. Sin importar cuánto tengan, nunca les parece suficiente (Eclesiastés 5:10).

Aprenda a conformarse. “Nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.” (1 Timoteo 6:7, 8.) Quienes se conforman con poco no se sienten demasiado ansiosos cuando la economía entra en crisis. Por eso, aprenda a estar satisfecho con lo que tiene (véase el recuadro de la derecha).

Ninguno de nosotros sabe qué pasará mañana. Como indica Eclesiastés 9:11: “El tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos”. El proceder más sabio para los seres humanos es que “cifren su esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios”, ya que él promete a quienes le son leales: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé” (1 Timoteo 6:17; Hebreos 13:5).

¿SE LO HA PREGUNTADO?

● ¿Qué dice la Biblia acerca de nuestro tiempo? (2 Timoteo 3:1-5.)

● ¿Dónde es posible encontrar consejos confiables? (Salmo 19:7.)

● ¿Cómo puedo asegurarle el futuro a mi familia? (Eclesiastés 7:12.)

[Ilustración y recuadro de la página 19]

FORMAS DE AHORRAR

Al ir de compras. Haga una lista. No compre por impulso. Busque ofertas. Aproveche los cupones y descuentos. Procure comprar los artículos que necesita cuando están rebajados o fuera de temporada. Si le es posible, compre al por mayor.

En los gastos del hogar. Pague las facturas a tiempo para evitar recargos. Prepare las comidas y bebidas en casa. No coma en exceso y beba alcohol con moderación. Apague las luces y aparatos eléctricos cuando no se estén usando. Si es posible, utilice electrodomésticos de bajo consumo. Ponga aislamiento térmico en su casa. Evalúe la posibilidad de mudarse a una vivienda más pequeña.

En el transporte. Si necesita un auto propio, compre uno confiable y que consuma poco. No tiene por qué ser nuevo. Haga varios trámites de una vez. Trate de compartir los viajes con otras personas. Otras opciones son usar el transporte público, caminar o desplazarse en bicicleta. Vaya de vacaciones más cerca de casa y en temporada baja.

En el teléfono y el esparcimiento. ¿Necesita tener un teléfono fijo y además un celular? Si sus hijos tienen celulares, ¿pueden reducir su uso o hasta prescindir de ellos? Si está suscrito a algún servicio de televisión, quizás pueda ahorrar contratando menos canales. Tome prestados libros y películas de la biblioteca en vez de comprarlos. *

[Nota]

^ párr. 26 Encontrará más sugerencias en los artículos “Haga rendir su dinero”, de ¡Despertad! de marzo de 2009 y “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo puedo controlar mis gastos?”, de ¡Despertad! de junio de 2006.