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La clase de padre que los hijos necesitan

La clase de padre que los hijos necesitan

La clase de padre que los hijos necesitan

LOS niños precisan de un padre que los ame, esté a su disposición y haga todo lo posible por ayudarlos a convertirse en adultos responsables y dignos de confianza. Sin embargo, a este asunto no se le ha dado la importancia que merece.

Es cierto que las madres son quienes dan a luz, y nunca se insistirá lo suficiente en el valor de una buena madre. Pero señalando al papel igualmente decisivo del padre, la revista The Wilson Quarterly mencionó: “El deterioro de la paternidad es un factor determinante en la mayoría de los problemas que afligen a la sociedad estadounidense” y, podríamos añadir, también al resto del mundo.

El periódico brasileño Jornal da Tarde informa que según las conclusiones de un estudio, muchos trastornos del comportamiento juvenil, como la agresividad, la rebeldía, el bajo rendimiento escolar y la apatía, a menudo “se deben a la ausencia paterna”. A su vez, Marcello Bernardi, autor del libro Gli imperfetti genitori (Los padres imperfectos), destaca que lo ideal para el buen desarrollo de los niños es contar con ambos progenitores.

La vida familiar se puede mejorar

Aunque la negligencia paterna haya contribuido a los problemas familiares o haya sido en gran parte responsable de ellos, eso no significa que no se pueda arreglar la situación y mejorar la vida familiar. ¿Cómo lograrlo? ¿Qué debe hacer el padre?

Es obvio que los niños necesitan una estructura familiar, la seguridad de que hay alguien a cargo que se interesa en su bienestar. Cuando dicha necesidad no se satisface, como suele ocurrir en nuestros días, la vida de los niños se ve afectada. No obstante, siempre hay un rayo de esperanza, sea que el padre forme parte de la familia o no. En Salmo 68:5, la Biblia dice que “padre de huérfanos de padre [...] es Dios en su santa morada”. *

Cómo obtener ayuda

La ayuda de Dios es fundamental para tener una vida de familia feliz, y es posible lograrlo, como queda patente en la situación descrita por Lidia, la muchacha polaca mencionada en el artículo anterior. ¿Cómo era la vida en su hogar? ¿Cómo pudieron los suyos obtener la ayuda de Dios?

Franciszek, padre de Lidia, admite que descuidó a su familia cuando los niños eran pequeños, tal como lo relató la joven. Él confiesa: “No me preocupaba lo que estuvieran haciendo mis hijos. No les mostraba cariño, y no existía vínculo alguno entre nosotros”. Por eso, no estaba al tanto de que Lidia (entonces de 14 años) y su hermano y hermana menores ya salían de juerga, fumaban, bebían y se metían en peleas.

Finalmente, Franciszek se dio cuenta de los problemas en los que se estaban metiendo sus hijos y se asustó tanto que decidió hacer algo al respecto. “Le pedí a Dios que me ayudara”, cuenta. Curiosamente, los testigos de Jehová visitaron su hogar poco después, y tanto él como su esposa aceptaron un estudio de la Biblia. Con el tiempo comenzaron a poner en práctica en su vida las enseñanzas bíblicas. ¿Qué efecto tuvo aquello en los hijos?

Franciszek explica: “Notaron que había dejado la bebida y me portaba mejor como padre. Quisieron saber más de los testigos de Jehová. Además, comenzaron a estudiar la Biblia y dejaron las malas compañías”. Rafał, el hijo varón, dice de su padre: “Llegué a quererlo como amigo”, y añade: “De repente, la banda callejera dejó de importarme, pues estábamos ocupados en actividades espirituales”.

Franciszek, que es anciano cristiano en una congregación de los testigos de Jehová, sigue mostrando interés por su familia y el progreso espiritual de cada uno de ellos. Su esposa y Lidia son precursoras (evangelizadoras de tiempo completo); Rafał y su hermana menor, Sylwia, estudian las Escrituras, comentan en las reuniones y divulgan su fe al prójimo con entusiasmo.

Puso en práctica lo que enseñaba

Veamos también el caso de Luis, padre de Macarena, la joven española de 21 años mencionada en el artículo anterior. La vida de Luis era un calco de la que había llevado su propio padre alcohólico. Como relató Macarena, él desaparecía con sus amigos durante días. Además, trataba a su esposa más como a una criada que como a una compañera a quien se valora. Su matrimonio estaba a punto de romperse, y Macarena y sus hermanos menores vivían traumatizados.

Sin embargo, posteriormente Luis aceptó un curso bíblico con los testigos de Jehová. Él explica: “Empecé a pasar tiempo con mi esposa e hijos. Hablábamos, comíamos y estudiábamos la Biblia juntos. También nos repartíamos las tareas domésticas y nos divertíamos en familia”. Macarena recuerda: “Comencé a sentir que tenía un padre que se interesaba de verdad por nosotros”.

Algo significativo fue que Luis no solo animó a su familia a servir a Dios sino que puso en práctica lo que enseñaba. Macarena cuenta que él abandonó “una empresa próspera porque exigía demasiado de su tiempo y además quería ocuparse más de los asuntos familiares”. El resultado fue notable. “Su ejemplo me ha enseñado a mantener el ‘ojo sencillo’ y a poner las cosas espirituales en primer lugar”, afirma Macarena. En la actualidad ella es precursora, y su madre y hermanos menores son miembros activos de la congregación cristiana.

La decisión del ejecutivo de una compañía ferroviaria

Es evidente que los niños necesitan un padre que tome decisiones pensando en el bienestar de los suyos. El hijo adolescente de Takeshi Tamura, el ejecutivo japonés mencionado en el artículo anterior, frecuentaba compañías poco recomendables y parecía que iba a tener problemas graves. Corría el año 1986, y fue entonces cuando Takeshi decidió abandonar su puesto de responsabilidad en los Ferrocarriles Nacionales Japoneses. ¿Cómo ve Takeshi su decisión en la actualidad, transcurridos más de dieciocho años?

Recientemente aseguró: “Quizás sea la mejor decisión que haya tomado en mi vida. Pasar más tiempo con mi hijo y hacer cosas juntos, entre ellas estudiar la Biblia, tuvo un efecto extraordinario. Nos hicimos amigos, y renunció a sus malas compañías y cambió su mal comportamiento”.

La esposa de Takeshi se había hecho testigo de Jehová años atrás, y la conducta ejemplar de ella motivó a su esposo a examinar la Biblia e implicarse más en la vida familiar. Con el tiempo, Takeshi, su hijo y su hija también se hicieron Testigos. En la actualidad, él y su hijo son ancianos en sus respectivas congregaciones, mientras que su esposa e hija son precursoras.

Los padres necesitan ayuda

Aunque muchos padres se dan cuenta de que están descuidando a sus hijos, no saben qué hacer por ellos. El periódico español La Vanguardia publicaba este titular: “El 42% de los padres [españoles] confiesa no saber cómo educar a sus hijos en edad adolescente”. Pero igual les pasa a los padres con hijos preadolescentes o incluso preescolares. Al contrario de lo que muchos piensan, los más pequeños también necesitan la presencia y atención de un padre dedicado.

¿Qué más se puede aprender sobre cómo llegar a ser un buen padre? ¿Quiénes son los mejores ejemplos para los padres, y qué se puede aprender de ellos? El artículo de conclusión analizará estas preguntas.

[Nota]

^ párr. 7 Véase el capítulo “Las familias monoparentales pueden tener éxito” en el libro El secreto de la felicidad familiar, editado por los testigos de Jehová.

[Ilustraciones de la página 7]

Padres que les dieron a sus hijos lo que necesitaban

Franciszek y su familia

Luis y los suyos

Takeshi junto a su familia