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Un gobierno que sostendrá los valores divinos

Un gobierno que sostendrá los valores divinos

Un gobierno que sostendrá los valores divinos

IMAGÍNESE un mundo en el que ciudadanos de todas las razas y lenguas vivan bajo un único gobierno que se haya destacado por haber defendido los más elevados valores y por haber erradicado la guerra, el odio, el delito, la pobreza, la contaminación, la enfermedad e incluso la muerte.

“¡Sueños imposibles!”, dirá usted. Pero semejante mundo no solo es posible, sino que es inevitable. Jesucristo prometió que habría una administración así, y de hecho enseñó a sus discípulos a mencionarla en sus oraciones: “Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra[’]” (Mateo 6:9, 10).

Seguramente conoce esta oración, pues millones de personas de todo el planeta la han aprendido o al menos la han escuchado. Pero ¿ha meditado usted en su auténtico significado? Note que se enlaza el Reino de Dios con la realización de Su voluntad en la Tierra. Entonces, ¿qué es este Reino, y cuál es la voluntad divina para nuestro planeta?

Qué es el Reino de Dios

Todo reino implica la existencia de un gobierno encabezado por un monarca. El Reino de Dios es el medio por el que Jehová Dios expresa su soberanía universal. Es una monarquía que tiene por gobernante a su Hijo, Jesucristo. En Salmo 37:10, 11 se expresa lisa y llanamente cuál es la voluntad divina para la Tierra: “Solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será; y ciertamente darás atención a su lugar, y él no será. Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz”.

Por lo tanto, si está perdiendo la esperanza ante la crisis de valores de este mundo, cobre ánimo. La Biblia promete que dentro de poco ocurrirá un cambio drástico en las condiciones y valores mundiales. Sin duda, la garantía de que el Reino de Dios pronto dominará la Tierra y hará valer los principios divinos constituye una sólida razón para tener esperanza.

Nos sentimos mucho más seguros cuando aprendemos a confiar en las promesas del Reino de Dios. Observe algunos valores relacionados con dicho gobierno: “Vengan, contemplen las actividades de Jehová, como ha establecido acontecimientos pasmosos en la tierra. Hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra” (Salmo 46:8, 9). ¡Qué promesa de paz y seguridad tan extraordinaria!

Una profecía sobre el gobernante del Reino de Dios, Jesucristo, dice así: “Librará al pobre que clama por ayuda, también al afligido y a cualquiera que no tiene ayudador. Le tendrá lástima al de condición humilde y al pobre, y las almas de los pobres salvará. De la opresión y de la violencia les redimirá el alma, y la sangre de ellos será preciosa a sus ojos” (Salmo 72:12-14).

Los valores bíblicos

Veamos uno de los valores que promueven las Escrituras: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Y otro más: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas” (Proverbios 3:5, 6).

La Biblia también enseña que todos rendiremos cuentas por los valores por los que decidamos regirnos. Por ejemplo, Eclesiastés 11:9 dice: “Regocíjate, joven, en tu juventud, y hágate bien tu corazón en los días de tu mocedad, y anda en los caminos de tu corazón y en las cosas vistas por tus ojos. Pero sabe que debido a todas estas el Dios verdadero te traerá a juicio”. Y el principio de la responsabilidad por nuestros actos se expone sin rodeos en Proverbios 2:21, 22: “Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, serán arrancados de ella”.

En vista de la alentadora esperanza de un gobierno justo, es sumamente beneficioso que forjemos una estrecha amistad con Dios. Además, si nos relacionamos con quienes comparten nuestro deseo de ser súbditos del Reino, nos será más fácil seguir el camino que nos llevará a disfrutar de tan gloriosa administración y de los maravillosos valores que fomentará.

[Ilustración de la página 10]

Los mansos “poseerán la tierra” y “hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz” (SALMO 37:11).