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Cuando la predicación es especialmente memorable

Cuando la predicación es especialmente memorable

Cuando la predicación es especialmente memorable

“El Sol brilla con fuerza. La senda por la montaña parece interminable. Tras superar numerosos obstáculos, llegamos por fin a nuestro destino: el pueblo más remoto. La fatiga se convierte en gozo cuando tocamos a la primera puerta y se nos recibe con hospitalidad. Al final del día hemos distribuido todas las publicaciones que llevábamos y hemos empezado varios estudios bíblicos. La gente está deseosa de aprender, y aunque ahora tenemos que marcharnos, prometemos volver.”

TALES experiencias son comunes para un grupo de ministros precursores de México que están resueltos a cumplir con celo la comisión que Jesucristo dio a sus discípulos: “Serán testigos de mí [...] hasta la parte más distante de la tierra” (Hechos 1:8). En México se organizan campañas especiales de predicación (llamadas rutas de precursores) a fin de llegar a los territorios que no están asignados a ninguna congregación y que, por lo tanto, no reciben con regularidad las buenas nuevas del Reino de Dios. Por lo general, son lugares distantes y de difícil acceso. También se ayuda a las congregaciones aisladas cuyo territorio es extenso.

Para determinar qué zonas del país se abarcarán en las rutas de precursores, la sucursal de los testigos de Jehová examina las necesidades del territorio, y entonces se asignan grupos de precursores especiales para predicar allí. * Se les suministran vehículos adecuados para los caminos accidentados, sin pavimentar. Estos también se emplean para guardar las publicaciones y, cuando es necesario, para dormir.

Responden con prontitud

A partir de octubre de 1996 se ha invitado a otros predicadores de las buenas nuevas a sumarse a los precursores especiales en esta obra. Los publicadores del Reino y los precursores regulares que están dispuestos a servir donde hay mayor necesidad se unen a la campaña en diferentes etapas. Se destina a algunos a congregaciones que están en la ruta para que atiendan el territorio y cultiven el interés de la gente. Muchos publicadores y precursores jóvenes han aceptado estas invitaciones y han sido bendecidos con experiencias muy animadoras.

Por ejemplo, Abimael, un joven cristiano con un empleo bien remunerado en una empresa de teléfonos celulares, decidió tomar parte en la predicación en estos lugares distantes. Cuando sus jefes se enteraron de que iba a abandonar el trabajo, le ofrecieron un ascenso y un aumento de sueldo. Sus compañeros lo presionaron, insistiendo en que era una oportunidad única y que sería insensato que la rechazara. Sin embargo, Abimael estaba resuelto a apoyar la campaña especial de predicación por tres meses. Después de disfrutar de este servicio, decidió permanecer indefinidamente en una congregación aislada con gran necesidad de publicadores del Reino. Ahora tiene un empleo modesto y ha aprendido a simplificar su vida.

Otro caso es el de Julissa, quien tuvo que viajar veintidós horas en autobús hasta su asignación. En la parada final de su viaje perdió el último autobús del día. No obstante, como había una camioneta que transportaba trabajadores, se armó de valor y les preguntó si la podían llevar. Lógicamente, estaba preocupada, pues era la única mujer entre tantos hombres. Cuando se puso a predicar a un joven, se dio cuenta de que era testigo de Jehová. “Además —recuerda ella—, ¡el conductor era un anciano de la congregación a la que me habían enviado!”

Los mayores participan

Ahora bien, esta actividad no es solo para los jóvenes. Adela, una hermana de edad, siempre había querido dedicar más tiempo a la predicación. De modo que cuando la invitaron a colaborar en esta obra especial, supo que era su oportunidad. Ella relata: “Disfruté tanto de mi asignación que pedí a los ancianos de la congregación que me dejaran quedarme allí indefinidamente. Estoy contenta porque aunque soy mayor, todavía puedo serle útil a Jehová”.

De igual manera, la gratitud a Jehová y el amor al prójimo impulsaron a Martha, de 60 años, a ofrecerse para participar en la campaña. Al observar que las distancias implicadas y el terreno accidentado impedían que su grupo llegara a toda la gente de la zona, compró un automóvil para los precursores. Esta contribución de la hermana hizo posible que se abarcara más territorio y que se llevaran las verdades bíblicas a más personas.

Respuesta conmovedora

El objetivo de quienes toman parte en estas campañas especiales de predicación es ‘hacer discípulos’. Y los resultados a este respecto han sido magníficos. Las personas que viven en lugares distantes han recibido las verdades salvadoras de la Biblia (Mateo 28:19, 20). Se han empezado muchos estudios bíblicos, que son dirigidos por los publicadores locales o por los evangelizadores que se han quedado en el territorio. En algunos casos se han organizado grupos de publicadores, y en otros incluso se han formado congregaciones pequeñas.

Magdaleno y sus compañeros viajaron en transporte público al territorio aislado al que fueron asignados y por el camino aprovecharon la oportunidad para predicar al conductor. “El hombre nos comentó que la semana anterior algunos Testigos habían ido a su casa mientras él estaba fuera. Cuando regresó, su familia le contó lo que ellos habían dicho. Le explicamos que no éramos de la zona, sino que habíamos venido de diversos estados del país a fin de apoyar la campaña especial de predicación, y que todos habíamos sufragado nuestros propios gastos. Admirado, el conductor dijo que empezaría a estudiar la Biblia junto con su familia esa misma semana. Hasta contribuyó para la obra al no cobrarnos el viaje.”

A Magdaleno también le impresionó mucho la respuesta de los habitantes de la sierra de Chiapas. Relata: “Mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de hablar del mensaje del Reino con un grupo de veintiséis jóvenes que asistían a la Iglesia Presbiteriana. Todos escucharon con atención durante media hora. Sacaron sus Biblias, y les dimos un buen testimonio sobre los propósitos de Jehová. La mayoría de la gente tiene su propia Biblia en el idioma tseltal”. El resultado fue que se iniciaron varios estudios progresivos.

Disminuye la oposición

Debido a la oposición de algunos habitantes, hacía más de dos años que no se llevaba el mensaje bíblico a cierta comunidad de Chiapas. Teresa, una evangelizadora de tiempo completo, observó que algunos Testigos temían predicar en ese pueblo. “Para sorpresa de todos —señala—, la gente estaba dispuesta a escuchar. Cuando terminamos de predicar, empezó a llover a cántaros, y para protegernos de la lluvia acudimos al hogar de un señor hospitalario llamado Sebastián, quien nos dejó entrar. Una vez dentro, le pregunté si ya lo habían visitado. Al decir que no, le di testimonio y empecé un estudio bíblico con el libro El conocimiento que lleva a vida eterna. * Cuando terminamos, Sebastián nos rogó con lágrimas que volviéramos para seguir estudiando con él.”

Otro grupo de precursores que visitó Chiapas informa: “Gracias a Jehová, nos fue muy bien. Durante la primera semana empezamos veintisiete estudios; en la segunda, invitamos a las personas a ver la videocinta La Biblia: el poder que ejerce en su vida, y sesenta de ellas asistieron. A todos les encantó. Al concluir, propusimos que se comenzara un estudio bíblico en grupo. Aunque parezca sorprendente, se formaron dos grupos de estudio en ese pueblo.

”Cuando abarcamos todos los territorios que se nos habían asignado, regresamos al pueblo para fortalecer a los interesados y ver cómo les iba a los grupos de estudio de la Biblia que se habían organizado. Los invitamos a una reunión pública y al Estudio de La Atalaya. Sin embargo, no había ningún lugar suficientemente grande para celebrar las reuniones. La misma persona que había ofrecido su hogar para el grupo de estudio señaló al patio detrás de su casa y dijo: ‘Podemos celebrar las reuniones allí’.”

Ese fin de semana, los precursores visitantes y las personas interesadas ayudaron con entusiasmo a preparar el patio para las reuniones. Hubo una concurrencia de 103 en la primera reunión. Actualmente se dirigen 40 estudios bíblicos en ese pueblo.

“Una maravillosa experiencia”

Además de los excelentes resultados en la predicación, quienes han colaborado en esta obra se han beneficiado muchísimo. María, una joven precursora que participó en una de estas campañas, se expresa así: “Fue una maravillosa experiencia por dos razones: aumentó mi gozo en la predicación y se estrechó mi relación con Jehová. Hubo un momento, mientras subíamos una montaña, en que nos sentimos agotados. Pero cuando pedimos la ayuda de Jehová, experimentamos lo que dice Isaías 40:29-31: ‘Los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder’. Así que llegamos a nuestro destino y condujimos estudios con las personas, que nos recibieron muy hospitalariamente”.

Otra joven precursora de 17 años de edad llamada Claudia nos dice: “Me he beneficiado mucho. He aprendido a ser más diestra en el ministerio, lo cual me ha dado mucho gozo, y me ha motivado a fijarme metas espirituales. También he madurado en sentido espiritual. En casa, mamá hacía todo por mí, pero ahora que he adquirido más experiencia, soy más responsable. Por ejemplo, solía ser muy quisquillosa en cuanto a la comida. Pero como he tenido que adaptarme a diferentes circunstancias, ya no me quejo de los alimentos. Este servicio me ha ayudado a cultivar muy buenas amistades. Compartimos todo lo que tenemos y nos ayudamos mutuamente”.

Una cosecha feliz

¿Cuáles fueron los resultados de esta obra especial? A principios de 2002, unos veintiocho mil trescientos precursores habían colaborado en estas rutas de precursores. Habían dirigido más de ciento cuarenta mil estudios bíblicos y habían dedicado más de dos millones de horas a la predicación. Para ayudar a la gente a aprender las verdades bíblicas, habían distribuido casi ciento veintiún mil libros y cerca de setecientas treinta mil revistas. Y no es extraño que actualmente algunos precursores conduzcan veinte estudios bíblicos o más.

Los que reciben estos actos de bondad están profundamente agradecidos por el esfuerzo excepcional que se hace para llevarles el mensaje de la Biblia. A pesar de su pobreza, muchos insisten en que los publicadores acepten sus donaciones. Una señora necesitada de 70 años siempre ofrece algo a los precursores que la visitan. Si rechazan su contribución, se echa a llorar. Una familia pobre dice a los evangelizadores de tiempo completo que las gallinas pusieron algunos huevos especialmente para ellos, y los instan a llevárselos.

Aún más importante, estas personas sinceras muestran verdadero aprecio por los asuntos espirituales. Por ejemplo, una joven camina sola tres horas y media para asistir a las reuniones cristianas, y no falta a ninguna. Una anciana interesada en las Escrituras que tiene problemas con las rodillas viajó dos horas para recibir instrucción bíblica durante la visita del superintendente viajante. Algunos analfabetos querían aprender a leer y escribir a fin de beneficiarse más de la educación bíblica, y sus esfuerzos se han visto ampliamente recompensados.

En el libro de Hechos, Lucas describe una visión que tuvo el apóstol Pablo: “Cierto varón macedonio estaba de pie y le suplicaba y decía: ‘Pasa a Macedonia y ayúdanos’”. Pablo obedeció de buena gana. Hoy, en las zonas aisladas de México, muchos han respondido con el mismo espíritu, ofreciéndose con altruismo para declarar las buenas nuevas “hasta la parte más distante de la tierra” (Hechos 1:8; 16:9, 10).

[Notas]

^ párr. 4 En uno de los últimos años, más del ocho por ciento del territorio nacional no se abarcaba regularmente por congregaciones de los testigos de Jehová. Eso significa que hay más de ocho millones doscientas mil personas que viven en zonas aisladas donde la predicación es limitada.

^ párr. 17 Editado por los testigos de Jehová.

[Ilustración de la página 9]

Muchos Testigos mexicanos han colaborado en la campaña especial de predicación