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Noviazgo honorable con miras al matrimonio

Noviazgo honorable con miras al matrimonio

El punto de vista bíblico

Noviazgo honorable con miras al matrimonio

Julia y Luis eran novios y estaban resueltos a mantenerse limpios en sentido moral. * Pero una tarde en que se quedaron solos, sus impulsos sexuales se intensificaron. Afortunadamente, recobraron el juicio antes de ir demasiado lejos y cometer un mal grave.

LA ADORACIÓN verdadera conlleva mucho más que asistir a un servicio religioso semanal. Es una forma de vida que influye en la conducta y las normas morales de la persona. Jesucristo dijo que solo quienes “hace[n] la voluntad” de Dios cuentan con su aprobación (Mateo 7:21). Para agradar a Dios, nuestra relación con el sexo opuesto tiene que ser honorable, y el objetivo del noviazgo debe ser el matrimonio.

En vista de la enorme presión que se ejerce sobre las parejas para que echen a un lado las restricciones morales, ¿cómo se puede mantener un noviazgo limpio a la vista de Dios? Para lograrlo, primero hay que reconocer que Dios estableció sus normas pensando en lo que era mejor para nosotros. Segundo, es necesario aceptar la verdad sobre la naturaleza humana. Tercero, deben fijarse de antemano los límites de lo que sería conducta apropiada en el noviazgo. Y cuarto, hay que tener presente a Dios en dicha relación. Analicemos estos puntos uno por uno.

Normas pensadas para nuestro beneficio

En Isaías 48:17, 18 leemos: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar. ¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar”.

Sin duda, los mandamientos y principios de la Palabra inspirada de Dios, la Santa Biblia, son para nuestro beneficio (2 Timoteo 3:16, 17). Prueban que a nuestro Creador realmente le importamos y que desea que seamos felices y tengamos éxito en todos los campos de la vida (Salmo 19:7-10). ¿Nos hemos convencido de ello? Si es así, estaremos demostrando verdadera sabiduría.

Aceptemos la verdad sobre la naturaleza humana

Jehová es sincero con nosotros. Al igual que un buen amigo, nos dice cómo somos en realidad. Por ejemplo, su Palabra nos advierte: “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo?” (Jeremías 17:9). La Biblia también nos asegura: “El que confía en su propio corazón es estúpido, pero el que anda con sabiduría es el que escapará” (Proverbios 28:26).

¿Cómo pudiera indicar una pareja de novios que está confiando en su propio corazón? Entre otras cosas, exponiéndose a situaciones en las que se pudieran sentir tentados a tomarse demasiadas libertades, como le sucedió a la pareja mencionada al principio. Otra manera sería haciendo caso omiso de los consejos sensatos de padres que son fieles a Dios. Esos padres saben que los deseos sexuales, sobre todo durante la juventud, pueden ser como un motor potente que ha de controlarse bien.

Por lo tanto, los jóvenes que respetan la sabiduría divina toman en serio la guía de sus padres. Sí, valoran los consejos de padres que los quieren lo suficiente como para decirles cosas que tal vez no deseen oír. Por supuesto, la persona que más nos ama es nuestro Padre celestial, Jehová, quien nos aconseja: “Quita de tu corazón la irritación, y evita a tu carne la calamidad” (Eclesiastés 11:9, 10). ¿Cómo puedes tú, joven, lograr esto? No cediendo ante los deseos inapropiados.

Fijemos claros límites de conducta

“Con los que consultan juntos hay sabiduría.” (Proverbios 13:10.) Al principio de su relación, las parejas prudentes toman en cuenta este y otros principios bíblicos; por eso establecen límites para las expresiones físicas de afecto y se mantienen dentro de dichos límites. Tomarse demasiadas libertades o confiar demasiado en uno mismo es como conducir de forma temeraria. Cuando a uno lo están rescatando tras un accidente, ya es demasiado tarde para decidirse a conducir con precaución.

La Biblia dice: “El que es inteligente ve el peligro y lo evita; el que es tonto sigue adelante y sufre las consecuencias” (Proverbios 22:3, Traducción en lenguaje actual). Una pareja puede evitar muchos problemas si sale en grupo o con un acompañante adecuado. Entre las consecuencias de actuar tontamente durante el noviazgo están una conciencia lastimada, pérdida de respeto a uno mismo y a la otra persona, y vergüenza para todos los implicados, incluidos los familiares. Así que hay que ser inteligentes, resolverse a poner en práctica las normas bíblicas y apegarse a ellas.

Tengamos presente a Jehová en la relación

El matrimonio es como una cuerda triple en la que Dios es el elemento principal. Eclesiastés 4:12 asegura: “Una cuerda triple no puede ser rota en dos pronto”. El mismo principio es aplicable a las parejas de novios: si desean que Dios bendiga su relación, cada uno de ellos debe mantenerse cerca de él. Salmo 1:1-3 dice: “Feliz es el hombre [o la mujer] que no ha andado en el consejo de los inicuos [...]. Antes bien, su deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja. [...] Y todo lo que haga tendrá éxito”.

Sin duda, el verdadero éxito en la vida —lo que incluye el éxito en el noviazgo y el matrimonio— se logra haciendo las cosas a la manera de Jehová. A fin de cuentas, él es nuestro Creador. Tanto la atracción romántica como el matrimonio son regalos muy valiosos que él nos ha hecho, y por ello debemos tenerlos en alta estima (Santiago 1:17).

[Nota]

^ párr. 3 Se han cambiado algunos nombres.

¿SE LO HA PREGUNTADO?

● ¿Cómo sabemos que Dios desea lo mejor para nosotros? (Isaías 48:17, 18.)

● ¿Qué verdad sobre nosotros mismos debemos aceptar? (Jeremías 17:9.)

● ¿Cuál es el secreto del éxito en el noviazgo y luego en el matrimonio? (Salmo 1:1-3.)

[Ilustración de la página 13]

Al principio de su relación, las parejas prudentes toman en cuenta los principios bíblicos, establecen límites para las expresiones físicas de afecto y se mantienen dentro de dichos límites