Ir al contenido

Ir al índice

¿Debe hablarse de sexo a los hijos?

¿Debe hablarse de sexo a los hijos?

Nuestros lectores quieren saber

¿Debe hablarse de sexo a los hijos?

▪ Muchos padres hacen casi lo imposible con tal de que sus hijos no contraigan ninguna enfermedad. Pues bien, el mismo esfuerzo se requiere para protegerlos de criterios dañinos en cuestiones morales. Y un modo de hacerlo es brindándoles una educación equilibrada en materia sexual (Proverbios 5:3-23). Es esencial que los padres les ofrezcan esa educación y guía moral, pues los niños se ven cada vez más expuestos a contenidos sexuales explícitos a través de la televisión, Internet, libros y cómics.

Según Diane Levin, profesora de Pedagogía, “el problema no es que los niños aprendan de sexo, sino qué es lo que aprenden, a qué edad y quién se lo enseña. La publicidad y las ideas populares los exponen a una clase de educación sexual muy poderosa y dañina”.

Hay que proteger a los hijos de los puntos de vista distorsionados que corroen la sociedad (Proverbios 5:1; Efesios 6:4). Ellos deben saber cómo funciona su cuerpo, cómo cuidarse físicamente y cómo protegerse de individuos inmorales. Antes de la pubertad —la edad en que las señales de madurez sexual comienzan a aparecer⁠—, las niñas deben saber qué cambios experimentará su cuerpo y entender por qué y cómo tiene lugar la menstruación. De igual modo, a los niños hay que hablarles de antemano sobre las emisiones nocturnas, también llamadas sueños húmedos. A temprana edad se les puede empezar a enseñar los nombres correctos de las partes íntimas del cuerpo. Los padres amorosos deben grabar en la mente de sus hijos tres lecciones básicas: 1) que esas partes son privadas, 2) que no deben hablar de ellas irrespetuosamente y 3) que, en general, no deben permitir que nadie las vea ni las toque. Y según vayan creciendo, habrá que decidir cuándo explicarles cómo se queda embarazada una mujer. *

¿Cuándo hay que empezar a hablarles del tema? Antes de lo que muchos piensan. Una niña pudiera comenzar a menstruar a los 10 años, o incluso antes. Y un niño quizá tenga su primera emisión nocturna tan temprano como a los 11 ó 12 años. Estos sucesos trascendentales en su vida pueden perturbarlos muchísimo si no entienden lo que ocurre. Hay que decirles con antelación que son procesos naturales y que no tienen nada de malo. Ese también será el momento de ayudarlos a comprender el valor y la importancia de seguir las normas morales de la Biblia, algo que no enseñan la mayoría de los programas de educación sexual de este mundo (Proverbios 6:27-35).

[Nota]

^ párr. 5 Los padres hallarán información útil sobre estos temas en las siguientes publicaciones editadas por los testigos de Jehová: ¡Despertad! de mayo de 2006, páginas 10 a 13: “Prepare a su hija para la primera menstruación”; el volumen 2 de Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas, capítulo 6: “¿Qué le pasa a mi cuerpo?”, y La Atalaya del 1 de noviembre de 2010, páginas 12 a 14: “Consejos para las familias: Cómo hablar de sexo con los hijos”.