Ir al contenido

Ir al índice

De nuestros lectores

De nuestros lectores

De nuestros lectores

Esterilidad Aunque no he recibido formación en medicina, leí con mucho interés la serie titulada “La esterilidad: tratamientos disponibles, cuestiones implicadas” (22 de septiembre de 2004). Es alentador saber cuánto valora Jehová la vida humana. El análisis objetivo de los aspectos implicados nos ayuda a confiar todavía más en él. Muchas personas de nuestro territorio han aceptado con gusto esta revista.

V. P., Rusia

Casi desde que nos casamos, mi esposo y yo hemos tratado de tener hijos. Ahora, años después, nos enfrentamos con los problemas que aborda esta serie. Es muy animador ver cómo Jehová proporciona el alimento al debido tiempo. Fue un golpe muy duro enterarnos de que no podíamos tener hijos. De hecho, todavía nos duele. Sin embargo, gracias a la investigación que he realizado y a este artículo, comprendo que no somos los únicos, lo cual es bastante consolador. Para nosotros es una auténtica bendición poder dedicar nuestro tiempo a servir a Jehová plenamente.

T. O., Estados Unidos

Vitíligo Muchísimas gracias por el artículo “¿Qué es el vitíligo?” (22 de septiembre de 2004). Aunque hace cinco años que tengo esta enfermedad, he podido sobrellevarla mejor desde que leí el artículo que publicaron. Me alegra pertenecer a una comunidad cristiana que se interesa tanto por cada uno de sus miembros.

C. H., Alemania

Sufrir de vitíligo me resulta agotador mental y emocionalmente. Jehová nos está enseñando a ponernos en el lugar de otros. Espero con anhelo que llegue el día en que recupere mi color natural.

B. W., Estados Unidos

Padezco de vitíligo desde hace veinticinco años y me consuela saber que hay otros que experimentan la misma angustia que yo. Por lo general, las personas tienen una impresión equivocada de la enfermedad, pero gracias al artículo podrán llegar a comprenderla mejor. Les agradezco mucho que trataran este tema.

K. S., Japón

Llevo casi treinta años con este problema. De niña, mis compañeros se burlaban de mí por mi aspecto, pero he aprendido a vivir con la enfermedad. Al igual que hizo Sibongile, me he propuesto animar a otros con la promesa bíblica de que Jehová pronto eliminará los problemas de salud y todo el dolor y ansiedad que provocan.

J. M., República Checa

Mi hija de 19 años padece esta enfermedad. Nadie sabe cuántas lágrimas ha derramado ni cuántas veces ha orado a Dios por ello. Pero ama a Jehová y hace poco comenzó a servir de evangelizadora de tiempo completo. Muchas gracias por publicar este tipo de artículos, pues hacen que percibamos el interés de Jehová por nosotros.

S. S., Japón

Soy evangelizadora de tiempo completo y no puedo explicarles cómo me siento ante las miradas y las dudas de quienes no quieren darme la mano o abrazarme por mi decoloración. Me consoló muchísimo recibir un artículo tan amoroso y con información tan exacta. Gracias por contribuir a que otros sepan que la enfermedad no es contagiosa y por demostrarnos que Jehová se interesa por nosotros.

C. S., Estados Unidos