¿Puede el ser humano acabar con las guerras y los conflictos armados?

¿Puede el ser humano acabar con las guerras y los conflictos armados?

La gente lucha por muchas razones. Algunos lo hacen porque quieren cambios políticos, económicos o sociales. Otros desean tener el control de tierras y recursos naturales. Y las diferencias étnicas y religiosas que han perdurado a lo largo de la historia no han hecho más que alimentar muchos de los conflictos. ¿Qué medidas se están tomando para detener los enfrentamientos y lograr la paz? ¿Podemos esperar que estas iniciativas tengan éxito?

Drazen_/​E+ via Getty Images

DESARROLLO ECONÓMICO

Objetivo: Mejorar la calidad de vida de las personas. Así se podría eliminar o reducir la desigualdad económica, uno de los principales motivos de conflicto.

Obstáculo: Al elaborar sus presupuestos, los gobiernos tendrían que cambiar sus prioridades. En el 2022 se gastaron en todo el mundo unos 34.100 millones de dólares en fomentar y consolidar la paz. Pero eso es muy poco, ya que representa un 0,4 % del dinero que se destinó ese año al gasto militar.

“Gastamos mucho más dinero y recursos en gestionar conflictos que en prevenirlos y construir la paz” (António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas).

Lo que dice la Biblia: Los gobiernos y las instituciones del mundo pueden ayudar a los pobres, pero nunca podrán eliminar la pobreza por completo (Deuteronomio 15:11; Mateo 26:11).

DIPLOMACIA

Objetivo: Prevenir o resolver conflictos de forma pacífica a través del diálogo y la negociación. La idea es que ambas partes salgan beneficiadas.

Obstáculo: Es posible que una o varias partes no estén dispuestas a negociar, a comprometerse o a aceptar un acuerdo. Además, los acuerdos de paz se rompen con frecuencia.

“La diplomacia no siempre tiene éxito. Un acuerdo para ponerle fin a la guerra puede ser tan injusto que solo logre preparar el escenario para más conflictos” (Raymond Smith, American Diplomacy).

Lo que dice la Biblia: Todos deberían seguir este consejo: “Busca la paz” (Salmo 34:14). Pero muchos son “desleales” y “traicioneros”, y no están “dispuestos a llegar a ningún acuerdo” (2 Timoteo 3:1-4). Debido a esto, los líderes políticos, aunque tengan buenas intenciones, no pueden resolver los conflictos.

DESARME

Objetivo: Reducir o eliminar las armas, especialmente las nucleares, las químicas y las biológicas.

Obstáculo: Con frecuencia, los países no están dispuestos a desarmarse porque temen perder poder o hacerse vulnerables. Destruir las armas no resuelve los problemas que hay detrás de los conflictos.

“Muchos de los compromisos y promesas de desarme que surgieron cuando terminó la Guerra Fría no se han cumplido. Estos acuerdos incluían pasos prácticos para reducir riesgos, aliviar tensiones internacionales y, a la larga, llevarnos a un mundo más estable y seguro” (Securing Our Common Future: An Agenda for Disarmament [Asegurar nuestro futuro común: una agenda para el desarme]).

Lo que dice la Biblia: La gente debería dejar las armas y, por decirlo así, convertir “sus espadas en arados” (Isaías 2:4). Pero eso no es suficiente porque la violencia nace en el corazón (Mateo 15:19).

SEGURIDAD COLECTIVA

Objetivo: Los gobiernos se ponen de acuerdo para actuar juntos en caso de agresión. En teoría, si muchos países se hacen aliados y unen sus fuerzas, será más difícil que un enemigo se atreva a comenzar una guerra contra ellos.

Obstáculo: Amenazar con tomar represalias no garantiza la paz. Los países no siempre cumplen con sus compromisos ni se ponen de acuerdo sobre cómo o cuándo actuar contra el agresor.

“Si bien la seguridad colectiva [...] desempeñó un importante papel en el Pacto de la Sociedad de Naciones y está integrada en la Carta de las Naciones Unidas, ha fracasado por completo en ambos casos” (Encyclopedia Britannica).

Lo que dice la Biblia: Aunque muchas veces la unión hace la fuerza, ni los gobiernos ni las organizaciones humanas pueden traer paz y seguridad verdaderas (Eclesiastés 4:12). “No pongan su confianza en los poderosos; ellos no son más que simples seres humanos que no tienen poder para salvar. Ellos también morirán, volverán al polvo, y ese mismo día todos sus planes acabarán” (Salmo 146:3, 4, La Palabra de Dios para Todos).

Aunque muchos se esfuerzan por alcanzar una paz estable, las guerras siguen azotando a la humanidad.