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Estamos diseñados para vivir eternamente

Estamos diseñados para vivir eternamente

¿A QUIÉN no le gustaría tener una vida larga y feliz? Sería maravilloso vivir para siempre disfrutando de buena salud y felicidad. Podríamos pasar más tiempo con nuestros seres queridos, viajar por todo el mundo, desarrollar nuevas habilidades, ser cada vez más sabios e investigar a fondo cualquier tema que nos interese.

¿Es este un deseo antinatural? En absoluto. La Biblia nos dice que Dios puso ese deseo en nuestro corazón (Eclesiastés 3:11). Y también nos dice que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Teniendo en cuenta eso, ¿sería lógico que Dios nos creara con un deseo que no pudiéramos cumplir?

Nadie quiere morir. De hecho, la Biblia dice que la muerte es un “enemigo” (1 Corintios 15:26). A veces llega pronto, otras veces llega más tarde, pero nunca falta a su cita. A muchas personas no les gusta pensar en la muerte, incluso les da miedo. ¿Lograremos vencer algún día a este enemigo?

RAZONES PARA TENER ESPERANZA

¿Sabía que Dios nunca quiso que los seres humanos murieran? El libro bíblico de Génesis demuestra que Dios quería que viviéramos para siempre en la Tierra. Jehová * preparó nuestro planeta cuidando hasta el más mínimo detalle. Entonces, creó al primer hombre, Adán, y lo puso en un paraíso, un jardín situado en Edén. A continuación, Dios vio “todo lo que había hecho y, ¡mire!, era muy bueno” (Génesis 1:26, 31).

Adán fue creado a la imagen de Dios; era un hombre perfecto (Deuteronomio 32:4). Su esposa, Eva, también era física y mentalmente perfecta. Jehová les dijo: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra” (Génesis 1:28).

Lograr que sus descendientes llenaran la Tierra tomaría tiempo. Para cumplir con el propósito de Dios, Eva tendría que dar a luz hijos, y estos, a su vez, tener más hijos hasta que la Tierra estuviera completamente habitada (Isaías 45:18). Si Adán y Eva no iban a ver realizado el propósito de Dios y solo iban a vivir para ver a sus hijos y tal vez a sus nietos, ¿sería lógico que Jehová les diera ese mandato?

Piense ahora en la tarea de tener a los animales en sujeción. Adán tenía que poner nombre a los animales, y eso le tomaría bastante tiempo (Génesis 2:19). Además, para saber cómo cuidar de todos los seres vivos, tendría que conocerlos bien, lo que seguramente le exigiría mucho más tiempo.

Por lo tanto, los dos mandatos que Dios dio a Adán y Eva —tener en sujeción a los animales y llenar la Tierra— demuestran que los creó para que vivieran mucho tiempo. De hecho, Adán vivió muchos años.

DIOS CREÓ A LOS SERES HUMANOS PARA QUE VIVIERAN PARA SIEMPRE EN UNA TIERRA PARADISÍACA

VIVIERON MUCHOS AÑOS

Adán (930 años)

Matusalén (969 años)

Noé (950 años)

Hoy (70-80 años)

La Biblia dice que, antes del Diluvio, los seres humanos vivían mucho más de lo que vivimos ahora. En Génesis 5:5 leemos: “Todos los días de Adán que él vivió ascendieron a novecientos treinta años”. Y, a continuación, habla de seis hombres que vivieron más de novecientos años: Set, Enós, Quenán, Jared, Matusalén y Noé, que tenía seiscientos años cuando llegó el Diluvio (Génesis 5:6-27; 7:6; 9:29). ¿Por qué vivieron tanto?

Todos ellos nacieron no mucho tiempo después de que Adán y Eva dejaran de ser perfectos. Quizás por eso disfrutaron de vidas más largas. Pero ¿qué relación hay entre la perfección y la longevidad? Y ¿cómo se vencerá a la muerte? Para responder estas preguntas, primero tenemos que saber por qué envejecemos y morimos.

^ párr. 6 La Biblia dice que el nombre de Dios es Jehová.