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El reloj más famoso del mundo

El reloj más famoso del mundo

El reloj más famoso del mundo

CUANDO el fuego consumió en 1834 el palacio de Westminster, la sede del Parlamento británico, se abrió un concurso para reconstruirlo. ¿Quién presentaría el mejor proyecto? La propuesta ganadora, presentada por sir Charles Barry, consistió en un palacio de estilo gótico con una imponente torre del reloj de base cuadrada. Para coronarla, el Ministerio de Obras encargó “un majestuoso reloj, el más grande del mundo”.

Con su característica tonada, mundialmente conocida, el reloj se ha convertido en uno de los iconos más famosos de Londres. Aunque en principio solo la campana mayor se llamaba Big Ben, ahora el nombre designa a todo el reloj. Pasemos a conocer esta maravilla de la ingeniería.

¿Un objetivo inalcanzable?

La torre de 96 metros (316 pies) comenzó a levantarse en 1843. Tres años después se emprendió la búsqueda de un relojero que construyera un mecanismo tan fiel que no variara más de un segundo a la hora. Muchos pensaron que era un objetivo inalcanzable. En una torre tan alta y desprotegida, las manecillas del reloj estarían expuestas al viento, la nieve y el hielo, así como a las omnipresentes palomas. Tales factores incidirían en el péndulo del reloj, que debía mantener un ritmo regular para conservar la precisión horaria. Mientras los expertos debatían cómo resolver esta cuestión, uno de ellos, Edmund Beckett Denison, presentó un diseño viable, tras lo cual se encargó la maquinaria a un destacado fabricante de relojes.

A los dos años, el reloj ya estaba listo para dar las horas, pero tuvo que guardar silencio durante cinco años más hasta que terminaran las obras de la torre. La espera permitió a Denison inventar un artefacto que protegiera el péndulo de los factores externos y así asegurara su precisión.

Nace la gran campana

Terminado el mecanismo del reloj, el siguiente paso fue forjar las campanas. Una fundición del noreste de Inglaterra fabricó la de las horas, cuyo tamaño y peso resultaron ser mucho mayores de lo esperado. Con sus 16 toneladas, la campana hundió la cubierta del barco que la transportaba, pero finalmente, arribó al puerto de Londres. Ya en tierra, la llevaron en un carruaje especial tirado por dieciséis caballos blancos y luego la colgaron de un soporte frente al Parlamento para probarla.

A muchas campanas grandes se les da nombre, y a esta se la bautizó Big Ben, aunque nadie sabe a ciencia cierta por qué. Hay quienes dicen que fue en honor de Sir Benjamin Hall, un corpulento hombre de la época que trabajó para el Parlamento. Otros aseguran que se llamó así por Benjamin Caunt, un campeón de boxeo de los pesos pesados. Pero, independientemente de su origen, el nombre Big Ben —utilizado en principio para la campana mayor— ahora hace referencia al reloj e incluso a la torre.

Sonados desastres

Al principio se pensó que el martillo de la campana era demasiado liviano, de modo que se cambió por otro de 660 kilos (1.500 libras) de peso. Tras unos meses de prueba, sucedió lo inimaginable: la campana se partió y no pudo repararse. Así que fue desmantelada y refundida en otra de 13,7 toneladas. Una vez más, las muchedumbres abarrotaron las calles para verla pasar en dirección a la sede del Parlamento.

Unos meses después se completó la torre. Valiéndose de cabrestantes, varios grupos de hombres lograron izar a Big Ben y colocarla en el campanario. La enorme campana se unía así a las cuatro menores que tocarían los cuartos de hora. Luego se instaló el pesado mecanismo. Por fin, el “majestuoso reloj” estaba listo para entrar en funcionamiento... o al menos eso parecía.

En julio de 1859, Big Ben comenzó a marcar las horas, pero la alegría duró poco. A primeros de octubre, la gran campana volvió a rajarse. Como era imposible sacarla de la torre, se la giró un cuarto de circunferencia a fin de que el martillo no golpeara sobre la grieta. Asimismo se instaló uno menos pesado para evitar daños mayores. En menos de tres años, Big Ben se hizo oír de nuevo. No obstante, la grieta permanece, lo que le confiere su sonido característico.

Acontecimientos históricos

En 1924, la famosa emisora de radio inglesa BBC instaló un sistema de micrófonos en la torre del reloj y comenzó a emitir a ciertas horas las campanadas del Big Ben como señal horaria nacional. Ocho años más tarde, la inconfundible melodía llegaba a la audiencia de la Comunidad Británica de Naciones, y en la actualidad resuena por todo el mundo a través de las ondas del servicio internacional de la BBC.

El reloj y las campanas sobrevivieron a los bombardeos de la segunda guerra mundial; sin embargo, en 1976 un fallo mecánico producido por la fatiga del metal en el mecanismo del carillón destrozó gran parte de la cámara del reloj. Afortunadamente, la gran campana salió ilesa y al cabo de unas semanas volvió a tocar las horas. Se tardó nueve meses en volver a poner en marcha el reloj.

El Big Ben fue el reloj más grande del mundo por largo tiempo, y todavía es el reloj mecánico de utilidad pública más exacto. Muchas veces imitada, su peculiar melodía puede escucharse en relojes grandes y pequeños de diferentes países. No sorprende, pues, que el Big Ben se haya convertido en un símbolo de Inglaterra y su capital. La verdad es que se trata de “un majestuoso reloj”.

[Ilustraciones y recuadro de la página 18]

SIEMPRE PUNTUAL

Tres veces a la semana, un técnico sube los 300 peldaños de la escalera de caracol para rebobinar, a mano, el cable del que pende el enorme peso que hace funcionar el mecanismo del reloj; en otras palabras, le da cuerda. Además, se asegura de que no se adelante ni se atrase. El péndulo de 4 metros (13 pies) oscila de un lado al otro cada dos segundos. Sobre este reposan unos antiguos peniques y medios peniques. Si el reloj se atrasa, el técnico le añade una moneda, y se la quita si se adelanta.

[Ilustración]

Los antiguos peniques sirven para ajustar el reloj

[Reconocimientos]

Dándole cuerda al reloj: AP Photo/Lefteris Pitarakis; monedas sobre el péndulo: imágenes reproducidas con el permiso del Parlamento

[Ilustración de la página 19]

Big Ben, la gran campana de 13,7 toneladas, da la hora

[Reconocimiento]

Popperfoto/Getty Images