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Milán y Turín, encantadores destinos turísticos

Milán y Turín, encantadores destinos turísticos

Milán y Turín, encantadores destinos turísticos

De nuestro corresponsal en Italia

UN VIAJE a Italia puede ser muy placentero, pues la comida, el vino, el paisaje, la historia, la cultura, la música y el idioma se aúnan para hacer de ella un país inolvidable. Este verano tiene una buena oportunidad de visitarla, sobre todo si ha recibido la invitación a una de las asambleas de los testigos de Jehová que tendrán lugar en esta nación. Por lo tanto, acompáñenos, lector, en un breve recorrido por dos ciudades italianas destacadas y sus contornos.

¿Es Milán la verdadera capital de Italia?

Suele considerarse a Milán la capital económica de la república. En comparación con otras poblaciones italianas, esta metrópoli no es tan famosa por el arte y los tesoros históricos, y de hecho, se diría que lo moderno predomina sobre lo antiguo. No obstante, alberga magníficas obras arquitectónicas y artísticas que dan testimonio de su secular historia.

Unos seiscientos años antes de Cristo llegaron los galos, pueblo celta procedente de lo que hoy se conoce como Francia, y habitaron la región. Más tarde, en el año 222 antes de nuestra era, los romanos conquistaron la ciudad y le dieron el nombre latino de Mediolanum, hoy Milán. A lo largo de las centurias, la península italiana ha estado marcada por las divisiones y las conquistas, y no se constituyó en nación independiente sino hasta la segunda mitad del siglo XIX. Así pues, Milán recibió una interminable sucesión de invasores, entre ellos los lombardos (probablemente de Escandinavia), que dieron nombre a la región de Lombardía, cuya capital es Milán.

De paseo por la ciudad

En la historia de Milán, como en la de toda Italia, ocupa un lugar primordial la Iglesia Católica. No nos sorprende, por tanto, que el Duomo, su catedral, sea la tercera iglesia más grande de Europa y uno de los mayores templos góticos del mundo. Mide unos 150 metros de longitud y está recubierto de agujas y de más de tres mil estatuas y gárgolas. Aunque su edificación dio comienzo en 1385, tardó cinco siglos en completarse, por lo que los italianos de hoy día, cuando se refieren a los trabajos que se demoran demasiado, utilizan la expresión “construir la catedral”.

A los lectores de la Biblia les interesará ver el nombre divino, en la forma Jahve, que aparece en un ventanal gótico situado en lo alto de la fachada catedralicia, la cual se halla decorada con numerosas escenas bíblicas.

El Castillo Sforza, uno de los edificios más emblemáticos, fue construido en el siglo XV por la familia Sforza, los amos y señores de Milán. Ahora es sede de varios museos y contiene en una de sus salas más afamadas varios frescos atribuidos al renombrado artista y científico Leonardo da Vinci.

Entre las pinturas más populares de Leonardo se encuentra un fresco del convento renacentista de Santa Maria delle Grazie (siglo XV), que representa la llamada Última Cena, y es considerado una de las mejores muestras de la pintura del Renacimiento. Por su parte, la Pinacoteca Brera posee una de las colecciones pictóricas más extensas de Italia, con artistas de la talla de Bellini, Rafael, Tintoretto y Caravaggio.

Los estudiantes de la Biblia apreciarán la visita a la Pinacoteca Ambrosiana, que contiene grandes tesoros artísticos y bibliográficos, como el Fragmento Muratoriano, catálogo latino de las Escrituras Griegas Cristianas que se remonta a finales del siglo II y corrobora la composición del canon del “Nuevo Testamento”. *

También contiene el códice Ambrosiano O 39 sup., que data de las postrimerías del siglo IX y vierte el nombre divino por el Tetragrámaton escrito en caracteres hebreos cuadrados, tal como señala la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias). * Posee otras antiguas versiones bíblicas, así como el Códice Atlántico, una colección de más de dos mil dibujos y apuntes científicos de Leonardo da Vinci.

Unas palabras de advertencia: dado que muchos museos y bibliotecas se encuentran en hermosos edificios antiguos, que se llenan enseguida con la avalancha de turistas, es posible que en algunos casos tenga que reservarse la visita de antemano y limitar su duración al tiempo que establezca el centro.

Antes de abandonar la ciudad antigua, los amantes de la música probablemente quieran ver el exterior de la Scala, uno de los teatros de ópera más famosos del mundo. Aunque no tengan la oportunidad de asistir a una representación, quizás deseen visitar el museo, que exhibe multitud de recuerdos de famosos músicos y cantantes. *

Al recorrer la Milán moderna, una de las urbes más ricas de Europa, con sus rascacielos y su estadio de fútbol, se hará una idea más completa de la ciudad. Apreciará mejor su variedad, belleza y centenaria historia. A quienes les guste ir de compras y visitar lugares de interés les encantará la enorme Galería Vittorio Emanuele II, con sus bóvedas y cúpula acristaladas, sencillamente soberbias.

No se arrepentirá de haber venido a Milán. Ahora, dirijámonos al oeste, a una localidad muy diferente.

Turín, otra joya italiana

Turín, con 1.000.000 de habitantes, está emplazada en el punto más angosto del valle del Po, al pie de los Alpes occidentales, y a menos de 100 kilómetros de la frontera francesa. La rodea un hermoso “anfiteatro” de montañas alpinas que se extienden hasta donde alcanza la vista. Casi la mitad de la provincia de Turín está constituida por montañas, bosques y valles. En menos de una hora en automóvil desde la capital se llega a los centros turísticos de montaña, y en apenas dos, a las playas de Liguria.

La historia de Turín se remonta a la época prerromana. En sus orígenes no era más que un asentamiento de un pueblo llamado los taurini, que más tarde se convirtió en colonia romana, de la que se conservan vestigios en la zona histórica. Aunque la Edad Media también dejó su impronta, la mayor parte de la arquitectura de la ciudad data de los siglos XVII y XVIII, con preponderancia del estilo barroco en el centro urbano.

Turín acoge en su Museo Egipcio —uno de los mejores del mundo— una amplia colección de objetos de la antigua civilización del Nilo; tan excepcional que solo la supera la de El Cairo.

Dedique unas horas a admirar el centro histórico y artístico, el Palacio Madama, el Palacio Real y la Mole Antonelliana, de casi 170 metros de altura, que hasta hace poco figuró entre los edificios de ladrillo más altos del Viejo Continente. Dado que es una de las construcciones más conocidas de la ciudad, se dice que es el equivalente turinés de la torre Eiffel de París. También puede ver el parque del Valentino, con su jardín botánico, extensiones de césped, paseos y fuentes, así como un pintoresco burgo medieval que reconstruye con fidelidad un pueblo piamontés del siglo XV.

Este municipio es también otro importante centro manufacturero del país. Allí tiene su sede la empresa automovilística FIAT (Fabbrica Italiana Automobili Torino). Si le interesan los coches de época, el Museo dell’Automobile, a unos tres kilómetros de la ciudad, exhibe 150 modelos antiguos y clásicos de marcas como Bugatti, Maserati y Lancia. Es patente que medio Turín vive de algún modo de la industria del automóvil.

La presencia de los testigos de Jehová en Turín y Milán

Por siglos, los valles de las cercanías de Turín han amparado a buen número de valdenses que descienden de los predicadores evangélicos itinerantes de igual nombre. No es de extrañar que Charles Taze Russell, quien presidía la obra de los Estudiantes de la Biblia (designación que recibían entonces los testigos de Jehová), se encontrara con un pastor valdense de la zona, Daniele Rivoir, durante un viaje que realizó por Europa en 1891. De hecho, le encargó que tradujera al italiano varias publicaciones cristianas. En 1903 se fundó el primer grupo de Estudiantes de la Biblia de la región. Cuando Russell regresó a Italia en 1912, ya había un grupo de 40 personas que celebraban reuniones cristianas periódicas en Pinerolo, cerca de Turín. Asimismo, fue en Pinerolo donde tuvo lugar, en el año 1925, su primera asamblea italiana.

Por consiguiente, la presencia de los Estudiantes de la Biblia en Turín se constata por vez primera en la década de 1920. Los primeros misioneros de los Testigos de Jehová llegaron a Italia en 1946, y contribuyeron a que se pusiera un cimiento más sólido a la obra cristiana. A finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta se formaron las primeras congregaciones de la ciudad. En la actualidad hay ya unos trece mil Testigos en Turín y su provincia. ¿Qué puede decirse de Milán?

Durante poco más de un año, la sucursal de los Testigos de Italia estuvo localizada en Milán, antes de su traslado a Roma en 1948. La primera asamblea de la posguerra se celebró en 1947 en un teatro milanés y registró una asistencia de 700 personas de toda la nación. En 1963 se llevó a cabo la Asamblea Internacional “Buenas Nuevas Eternas” en el Velódromo Vigorelli de Milán, probablemente el más famoso de la Europa del momento.

La predicación moderna de los testigos de Jehová ha cosechado magníficos resultados en esta metrópoli, que cuenta ya con 57 congregaciones, más de cuatro mil evangelizadores activos y un teatro reconvertido en Salón de Asambleas.

Sin duda, vale la pena viajar a Milán y Turín, ciudades que brindan al turista una cordial bienvenida y la oportunidad de disfrutar de una visita inolvidable.

[Notas]

^ párr. 12 Véase el libro “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”, págs. 302-304, editado por los testigos de Jehová.

^ párr. 13 Apéndice 1C, pág. 1561, editada por los testigos de Jehová.

^ párr. 15 Véase ¡Despertad! del 8 de julio de 1994, pág. 24, “Una noche en la ópera”.

[Recuadro de la página 27]

¿Es auténtica la Sábana Santa de Turín?

Lo más famoso de Turín tal vez sea el sudario que, según algunos, envolvió el cuerpo de Cristo. Una guía turística hace este comentario: “La reliquia sagrada más célebre —y más cuestionada— se guarda en la catedral de Turín”. Se exhibe de forma permanente en una de las capillas de la catedral, dentro de una vitrina hermética y a prueba de balas llena de un gas inerte. El libro añade: “Sin embargo, en 1988 se acabó con el mito del lienzo: una medición realizada con radiocarbono indicó que se remonta a lo sumo al siglo XII”. *

[Nota]

^ párr. 36 Véase el artículo “La Sábana Santa de Turín: ¿el sudario de Jesús?” en ¡Despertad! del 22 de diciembre de 1998, pág. 23.

[Mapa de la página 24]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

MILÁN

TURÍN

[Reconocimiento]

Mountain High Maps® Copyright © 1997 Digital Wisdom, Inc.

[Ilustración de la página 24]

Catedral de Milán

[Ilustración de la página 24]

Se diría que en Milán lo moderno predomina sobre lo antiguo

[Ilustraciones de la página 25]

Milán: la Scala (arriba) y la Galería Vittorio Emanuele II (derecha)

[Ilustración de la página 25]

La Última Cena, de Leonardo da Vinci

[Reconocimiento]

Scala/Art Resource, NY

[Ilustración de la página 26]

Puente levadizo del burgo medieval de Turín

[Ilustración de la página 26]

Turín: Mole Antonelliana; su aguja se eleva a casi 170 metros

[Ilustración de la página 26]

El río Po a su paso por Turín