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ARTÍCULO KSEEDIRHA 48

Bxhenláchhi Jeobá gonhe lue’ yodarhi bititheze dzatzagalho

Bxhenláchhi Jeobá gonhe lue’ yodarhi bititheze dzatzagalho

«Legaka tzotzo […] lhe’ nhedia zea lhen len, —kan rnhe Jeobá xhan ka ejército—» (AGEO 2:4).

WUÍLA 118 “Danos más fe”

AVANCE a

1, 2. a) Bi tazeedi yatzaga ka judíos katiʼ bechhinkake’ Jerusalén rhatzagarha nan dza. (Byo recuadro « La época de Ageo, Zacarías y Esdras»).

 ¿LE PREOCUPA a veces el futuro? Quizás se haya quedado sin trabajo y se pregunte cómo va a mantener a su familia. O tal vez le preocupe la seguridad de su familia debido a la inestabilidad política, la persecución o la oposición de las autoridades a la predicación. Si está pasando por alguno de estos problemas, lo animará ver cómo Jehová ayudó a los israelitas cuando se enfrentaron a situaciones parecidas.

2 Los judíos que habían pasado toda su vida en Babilonia necesitaron una fe fuerte para dejar atrás la riqueza y las comodidades de Babilonia, y viajar a una tierra desconocida para la mayoría de ellos. Poco después de llegar allí, tuvieron que enfrentarse a una situación económica y política inestable, y a la oposición de sus enemigos. Con tantos problemas, a algunos se les hizo difícil dedicarse de lleno a la reconstrucción del templo de Jehová. Por eso, hacia el año 520 antes de nuestra era, Jehová envió a los profetas Ageo y Zacarías para reavivar el entusiasmo del pueblo (Ageo 1:1; Zac. 1:1). Como veremos, la labor de estos profetas fue todo un éxito. Sin embargo, casi 50 años después, los judíos volvieron a caer en el desánimo. Fue entonces cuando Esdras, un hábil copista de la Ley, regresó de Babilonia a Jerusalén para animarlos y ayudarlos a poner en primer lugar la adoración verdadera (Esd. 7:1, 6).

3. Bi kseedirha lo artículoni. (Proverbios 22:19).

3 Las profecías de Ageo y Zacarías ayudaron a los siervos de Dios del pasado a seguir confiando en Jehová a pesar de la oposición, y también pueden ayudarnos a nosotros a seguir confiando en que Jehová nos ayudará pase lo que pase (lea Proverbios 22:19). En este artículo veremos lo que Dios le dijo a su pueblo mediante Ageo y Zacarías, y analizaremos el ejemplo de Esdras. Esto nos ayudará a contestar las siguientes preguntas: ¿cómo afectaron a los judíos las dificultades que afrontaron después de regresar a su tierra?, ¿por qué debemos poner en primer lugar la voluntad de Dios cuando pasamos por momentos difíciles? y ¿qué nos ayudará a confiar más en Jehová pase lo que pase?

NÁKA’ GOKA KI JUDÍOS KATI’ YATZAGAKE TAZEEDI

4, 5. Kanho bi naakalha bhetilachhi’ ka judíos.

4 Cuando los judíos llegaron a Jerusalén, tenían mucho trabajo que hacer. En poco tiempo reconstruyeron el altar de Jehová y colocaron los cimientos del templo (Esd. 3:1-3, 10). Pero el entusiasmo inicial no tardó en esfumarse. ¿Qué pasó? Aparte de trabajar en las obras del templo, tenían que construir sus propias casas, cultivar los campos y dar de comer a sus familias (Esd. 2:68, 70). Además, sus enemigos no se quedaron de brazos cruzados: tramaron un plan para detener la reconstrucción del templo (Esd. 4:1-5).

5 A los judíos también los afectó la inestabilidad económica y política. En aquel momento, su tierra formaba parte del Imperio persa. Después de la muerte del rey Ciro en el 530 antes de nuestra era, su sucesor, Cambises, emprendió una campaña militar para conquistar Egipto. De camino allí, es posible que sus tropas pasaran por el territorio de Israel y les exigieran a los judíos agua, alimento y refugio, y eso seguro que agravó la situación del pueblo. Cuando el siguiente rey, Darío I, empezó a gobernar, hubo muchas rebeliones e inestabilidad política en el Imperio persa. Todo eso hizo que muchos de los judíos que habían vuelto a Jerusalén se preguntaran cómo iban a mantener a su familia. Debido a todas esas inquietudes, algunos pensaron que no era el momento adecuado para reconstruir el templo de Jehová (Ageo 1:2).

6. Bi yito tazeedi yatzaga ka judíos, na nonákaʼ bospanlachhiʼ lheke’ Zacarías. (Zacarías 4:6, 7).

6 (Lea Zacarías 4:6, 7). Además de los problemas económicos y políticos, los judíos sufrieron persecución. En el 522 antes de nuestra era, sus enemigos lograron que se prohibiera la reconstrucción del templo de Jehová. Pero Zacarías les aseguró a los judíos que Jehová usaría su poderoso espíritu para quitar del camino cualquier obstáculo. En el 520, el rey Darío no solo anuló la prohibición, sino que también les dio dinero a los judíos para que continuaran las obras y les ordenó a las autoridades locales que los apoyaran (Esd. 6:1, 6-10).

7. Bi banheza gxhiʼ ka judíos tan bzuake yiajlo ta rheenhe Dios.

 7 Por medio de Ageo y Zacarías, Jehová les prometió a sus siervos que, si le daban prioridad a la reconstrucción del templo, él estaría con ellos (Ageo 1:8, 13, 14; Zac. 1:3, 16). Con el ánimo que les dieron los profetas, los judíos retomaron las obras del templo en el 520 y en menos de 5 años finalizaron la reconstrucción. A pesar de los problemas, pusieron en primer lugar la voluntad de Dios. Por eso Jehová les dio el apoyo material y espiritual que necesitaban. Como resultado, pudieron adorar a Jehová con alegría (Esd. 6:14-16, 22).

BZUA YIAJLO TA RHEENHE DIOS

8. Náka’ rhon rhoo yodarhi Ageo 2:4 na gzuarha yiajlo ta rheenhe Dios. (Byo nota).

8 Sabemos que la gran tribulación está muy cerca. Por eso, es más urgente que nunca que obedezcamos el mandato de predicar las buenas noticias (Mar. 13:10). Pero, claro, si estamos pasando por problemas económicos o las autoridades se oponen a nuestra predicación, puede que nos resulte difícil centrarnos en nuestro ministerio. ¿Qué nos ayudará a poner primero el Reino? Confiar siempre en que “Jehová de los ejércitos” b está a nuestro lado. Él nos apoyará si le damos más importancia al Reino que a nuestros propios asuntos. Así que no hay nada que temer (lea Ageo 2:4).

9, 10. Náka’ bchhin goka ta rnhe Mateo 6:33 ki to matrimonio.

9 Veamos el ejemplo de Oleg e Irina, c un matrimonio de precursores. Después de mudarse para ayudar a una congregación, perdieron su trabajo debido a la mala situación económica del país. Aunque estuvieron sin un empleo estable durante un año, siempre sintieron el apoyo y el cariño de Jehová, y en ocasiones también los ayudaron los hermanos. ¿Cómo lograron salir adelante? Oleg, que al principio se sintió desanimado, dice: “Mantenernos ocupados en la predicación nos ayudó a centrarnos en lo más importante”. Mientras él y su esposa seguían buscando trabajo, se dedicaron de lleno a la predicación.

10 Un día, cuando volvieron a casa después de predicar, se enteraron por un vecino de que un buen amigo había viajado unos 160 kilómetros (100 millas) para llevarles dos bolsas de comida. Oleg cuenta: “Ese día vimos de nuevo lo mucho que se preocupan por nosotros Jehová y la congregación. Estamos convencidos de que Jehová nunca se olvida de sus siervos, aunque parezca que su situación no tiene arreglo” (Mat. 6:33).

11. Che’ rhonthesrha ta rheenhe Jeobá, nobi gonhe kierha.

11 Jehová quiere que nos centremos en hacer discípulos, una obra que salva vidas. Como vimos en el  párrafo 7, Ageo animó a los judíos a que retomaran las obras del templo. Era como si les dijera que volvieran a poner los cimientos y que olvidaran los años en los que no habían hecho nada. Era hacer borrón y cuenta nueva. Jehová les prometió que, si obedecían, les daría su bendición (Ageo 2:18, 19). Nosotros también podemos estar seguros de que Jehová nos bendecirá si le damos prioridad a la obra que nos ha encargado.

BI WAKA GONRHA NA KXHENLÁCHHIRHA MÁSRHE JEOBÁ

12. Bixhkie’ Esdras lhen bene’ zeajke lhen le’ bkin gápake yelarheajeyee tzotzo.

12 En el 468 antes de nuestra era, Esdras viajó desde Babilonia a Jerusalén con un segundo grupo de judíos. Hacía falta una gran fe para emprender ese viaje. Tendrían que viajar por caminos peligrosos y, como llevaban una gran donación de oro y plata para el templo, podían ser un blanco fácil para los ladrones (Esd. 7:12-16; 8:31). Por si fuera poco, enseguida vieron que Jerusalén no era un lugar seguro, pues no había muchos habitantes en la ciudad y los muros y las puertas estaban en malas condiciones. ¿Cómo nos enseña el ejemplo de Esdras a confiar más en Jehová?

13. Bi bhen yodarhi Esdras na kxhenláchhie másrhe Jeobá. (Byo nota).

13 Esdras había visto cómo Jehová apoyaba a su pueblo en los momentos difíciles. Años antes, en el 484, cuando el rey Asuero ordenó el exterminio de los judíos que vivían en todo el Imperio persa, es probable que Esdras viviera en Babilonia (Est. 3:7, 13-15). Su vida corría peligro. Al enterarse de esa amenaza, los judíos de “todas las provincias” ayunaron y se pusieron de duelo, y seguramente le suplicaron a Jehová que los rescatara (Est. 4:3). Pensemos en cómo se sintieron Esdras y los demás judíos cuando la situación dio un giro inesperado y los que habían planeado eliminar a los judíos fueron los que acabaron ejecutados (Est. 9:1, 2). Lo que Esdras vivió en esos momentos difíciles tal vez lo preparó para las pruebas futuras, y seguro que fortaleció su confianza en que Jehová puede proteger a su pueblo. d

14. Bi byeedie to nigolha zanrha katiʼ kurha gota chhin kieʼ.

14 Cuando vemos cómo Jehová nos cuida en los momentos difíciles, nuestra confianza en él se hace más fuerte. Fijémonos en el caso de Anastasia, una hermana que vive en Europa del Este. Sus compañeros de trabajo trataban de obligarla a tomar partido en un asunto político, y ella dejó el trabajo para mantener su neutralidad. Anastasia cuenta: “Hasta entonces, nunca había estado sin dinero”. Y añade: “Hablé del tema con Jehová, y vi que él me cuidó con ternura. Si alguna vez me vuelvo a quedar sin trabajo, no tendré miedo. Sé que, si mi Padre celestial cuida de mí hoy, también cuidará de mí mañana”.

15. Bi bhen Esdras na kxhenláchhitheze Jeobá. (Esdras 7:​27, 28).

15 Esdras vio la mano de Jehová en su vida. Meditar en todas las veces en las que Jehová lo había ayudado hizo que siguiera confiando en él. Fijémonos en la expresión “la mano de Jehová mi Dios estaba conmigo”, que aparece en Esdras 7:27, 28 (léalo). En el libro bíblico que lleva su nombre, Esdras usó expresiones parecidas cinco veces más (Esd. 7:6, 9; 8:18, 22, 31).

¿En qué situaciones podemos ver con más claridad la mano de Jehová? (Vea el párrafo 16). e

16. Baata wekiberha Jeobá rhonhe rhoo yodarhi. (Byo ka foto).

16 Jehová puede ayudarnos en situaciones que nos ponen a prueba. Por ejemplo, tal vez tengamos que pedirle a nuestro jefe que nos dé tiempo libre para asistir a una asamblea o que nos permita hacer un cambio en nuestro horario de trabajo para no perdernos ninguna reunión. En situaciones como esas, tenemos la oportunidad de ver la mano de Jehová en nuestra vida. El resultado puede sorprendernos, y nuestra confianza en Jehová se hará más fuerte.

Esdras está en el templo. Allí le ora a Jehová y llora por los pecados del pueblo. La gente que también está en el templo llora. Entonces Secanías lo consuela diciéndole: “Todavía hay esperanza para Israel. [...] Nosotros estamos contigo” (Esd. 10:​2, 4). (Vea el párrafo 17).

17. Nákaʼ nesrha Esdras goke to bene’ bzexhajkuinhe kati’ yatzague tazeedi. (Byo dibujo da ga rzolho).

17 Esdras fue humilde y le pidió ayuda a Jehová. Siempre que sentía que sus responsabilidades lo superaban, le oraba humildemente a Jehová (Esd. 8:21-23; 9:3-5). Al ver su confianza en Dios, otros le dieron su apoyo y copiaron su fe (Esd. 10:1-4). Cuando la preocupación por los problemas económicos o por el bienestar de nuestra familia nos robe el sueño, acudamos a Jehová en oración con la confianza de que él nos ayudará.

18. Bi gon rhoo yodarhi na kxhenláchhirha másrhe Jeobá.

18 Nuestra confianza en Jehová se hará más fuerte si somos humildes, le pedimos ayuda y dejamos que nuestros hermanos nos den una mano. Erika, una hermana que tiene tres hijos, no dejó de confiar en Jehová a pesar de los golpes de la vida. En poco tiempo perdió a su hijita, que aún no había nacido, y a su querido esposo. Pensando en todo lo que le pasó, dice: “No sabes cómo te va a ayudar Jehová. A veces te sorprende. En muchas ocasiones he visto que lo que han dicho o hecho mis amigos era la respuesta a mis oraciones. Si les cuento lo que me pasa, les resulta más fácil ayudarme”.

BXHENLÁCHHI JEOBÁ TOLIZI

19, 20. Bi ryeedierha ki Judíos ku gxheke yeyiajkake Jerusalén.

19 También podemos aprender una valiosa lección de los judíos que no pudieron regresar a Jerusalén quizás debido a la edad avanzada, la mala salud o las obligaciones familiares. A pesar de sus limitaciones, apoyaron con gusto a los que volvieron dándoles muchas cosas materiales (Esd. 1:5, 6). Al parecer, unos 19 años después de que el primer grupo de judíos regresara a Jerusalén, los que se quedaron en Babilonia seguían enviando donaciones allí (Zac. 6:10).

20 Aunque no podamos hacer tanto como nos gustaría en nuestro servicio a Jehová, estamos seguros de que nuestro Dios valora todo lo que hacemos por él. ¿Cómo lo sabemos? Por lo que Jehová le dijo al profeta Zacarías. Le encargó que hiciera una corona con el oro y la plata que habían enviado los judíos que se quedaron en Babilonia (Zac. 6:11). Esta “magnífica corona” sería un “recuerdo” de su generosidad (Zac. 6:14, notas). Así que estamos convencidos de que Jehová jamás olvidará el empeño que ponemos al servirle a pesar de las dificultades (Heb. 6:10).

21. Bi gon rhoo yodarhi na ku idzebirha ta zi zaa.

21 Sabemos que en estos últimos días seguiremos sufriendo dificultades y que incluso las cosas se pondrán peor (2 Tim. 3:1, 13). Pero no debemos dejar que la ansiedad nos venza. Recordemos lo que Jehová les dijo a sus siervos en los días de Ageo: “Yo estoy con ustedes [...]. No tengan miedo” (Ageo 2:4, 5). Nosotros también estamos convencidos de que, si nos esforzamos al máximo por hacer su voluntad, Jehová estará con nosotros. Si ponemos en práctica lo que hemos aprendido de las profecías de Ageo y Zacarías y del ejemplo de Esdras, confiaremos en Jehová siempre, pase lo que pase.

WUÍLA 122 ¡Mantengámonos firmes, inmovibles!

a El objetivo de este artículo es ayudarnos a confiar más en Jehová cuando pasamos por problemas económicos, cuando hay inestabilidad política en el lugar donde vivimos o cuando otros se oponen a que prediquemos.

b La expresión “Jehová de los ejércitos” aparece 14 veces en el libro de Ageo. Esta expresión les recordaba a los judíos —y también nos recuerda a nosotros— que el poder de Jehová no tiene límites y que él dirige enormes ejércitos de ángeles (Sal. 103:20, 21).

c Se han cambiado algunos nombres.

d Como Esdras era un hábil copista de la Ley, ya tenía confianza en las profecías de Jehová antes de viajar a Jerusalén (2 Crón. 36:22, 23; Esd. 7:6, 9, 10; Jer. 29:14).

e DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: Un hermano le pide a su jefe que le dé tiempo libre para ir a una asamblea, pero este le dice que no. El hermano le ora a Jehová y le pide que lo ayude para volver a hablar con su jefe. Le muestra a su jefe la invitación a la asamblea y le explica que la Biblia nos ayuda a ser mejores personas. El jefe queda impresionado y le da permiso para ir a la asamblea.