Varias agencias internacionales de noticias han informado que, durante unos registros en la región rusa de Kírov, las autoridades descubrieron “armas” que según afirman pertenecían a testigos de Jehová. Sin embargo, las supuestas “armas” fueron halladas en el hogar de una persona que no es Testigo. De hecho, las “armas” eran tres objetos históricos oxidados e inservibles de la Segunda Guerra Mundial: dos granadas y una mina terrestre. La esposa del propietario de los objetos es testigo de Jehová, pero ella al parecer ni siquiera sabía que su esposo tenía dichos artefactos.

En el pasado, el propietario de las reliquias había sido jefe de un equipo de hombres que buscaban cadáveres de soldados que murieron en la Segunda Guerra Mundial para enterrarlos dignamente. Estos equipos, llamados Póisk, que significa “Búsqueda”, fueron muy famosos en Rusia. En su búsqueda muchas veces hallaban objetos de guerra, entre ellos armas inoperativas.

Las autoridades rusas siguen inventando mentiras para manchar nuestra reputación de personas pacíficas. Esto nos recuerda las palabras de Jesús, que predijo que nuestros enemigos mentirían y dirían “toda suerte de cosa inicua” contra sus discípulos (Mateo 5:11).