LOS JÓVENES PREGUNTAN
¿Cómo puedo superar una ruptura?
“Cuando mi novia y yo rompimos, me quedé destrozado —dice Steven—. Nunca en mi vida he sentido tanto dolor”.
¿Has pasado por lo mismo? Si es así, este artículo te ayudará a sentirte mejor.
Tus sentimientos
Una ruptura puede hacer daño a las dos personas.
Si fuiste tú quien decidió romper, seguramente entiendas a Jasmine. Ella dice: “Sabía que le había hecho daño a alguien que me importaba y eso me hacía sentir culpable. Espero no tener que cargar nunca más con un peso así en mi conciencia”.
Si tú no fuiste quien decidió romper, quizás entiendas por qué algunos sienten que una ruptura es casi como perder a un ser querido. Una joven de nombre Janet dice: “La verdad es que pasé por todas las etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y —casi un año después— aceptación”.
Conclusión: Una ruptura puede hacerte sentir desanimado y triste. Como dijo un escritor de la Biblia, “un espíritu que está herido seca los huesos” (Proverbios 17:22).
Lo que puedes hacer
Habla con alguien maduro y confiable. La Biblia dice: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia” (Proverbios 17:17). Desahogarte con uno de tus padres o con un amigo maduro puede ayudarte a ver las cosas con más claridad.
“Estuve meses encerrada en mí misma y no hablaba con nadie de cómo me sentía. Pero los amigos pueden ayudarte a curar las heridas. No me sentí mejor hasta que me abrí con ellos” (Janet).
Aprende de lo que pasó. Otro proverbio de la Biblia dice así: “Adquiere sabiduría, adquiere entendimiento” (Proverbios 4:5). Las malas experiencias te sirven para conocerte mejor y te permiten ver cómo reaccionas ante las decepciones.
“Después de que mi novia y yo cortáramos, un amigo me preguntó: ‘¿Qué has aprendido de la relación? ¿Cómo podrías poner eso en práctica si vuelves a salir con alguien?’” (Steven).
No dejes de orar. La Biblia dice: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará” (Salmo 55:22). La oración te ayudará a superar el dolor y a ver lo que ocurrió desde otro punto de vista.
“Órale mucho a Jehová. Él entiende cómo te sientes y conoce la situación mejor que tú” (Marcia).
Haz cosas por otros. La Biblia da este consejo: “No [estén] vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás” (Filipenses 2:4). Mientras más te esfuerces por ayudar a otros, más rápido verás las cosas con claridad.
“Una ruptura puede parecer el fin del mundo, y el sufrimiento es peor que el del dolor físico. Pero lo cierto es que acabas recuperándote. En mi caso, el tiempo curó las heridas” (Evelyn).