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LOS JÓVENES PREGUNTAN

¿Estoy preparado para casarme?

¿Estoy preparado para casarme?

 Para responder esta pregunta, debes conocerte bien. Haz el siguiente test:

Tu relación con los demás

 ¿Cómo tratas a tus padres y hermanos? ¿Pierdes la paciencia y les hablas con dureza o sarcasmo? ¿Qué dirían ellos? Piensa que tal como tratas a tu familia, así tratarás a tu pareja (Efesios 4:31).

Tu actitud

 ¿Eres optimista, o pesimista? ¿Eres razonable, o siempre pretendes salirte con la tuya? ¿Te mantienes calmado cuando estás bajo presión? ¿Tienes paciencia? Las cualidades que conforman el fruto del espíritu de Dios te ayudarán a ser mejor esposo o esposa el día que te cases (Gálatas 5:22, 23).

Tu dinero

 ¿Sabes administrar el dinero, o siempre estás endeudado? ¿Eres capaz de conservar un empleo? Y si no lo eres, ¿a qué se debe: al empleo en sí, al jefe o a algún rasgo de tu personalidad que debes cambiar? Si el dinero no te alcanza ahora, ¿cómo podrás encargarte de los gastos de una casa? (1 Timoteo 5:8.)

Tu relación con Dios

 Si eres testigo de Jehová, ¿qué haces para fortalecer tu relación con Dios? ¿Dedicas tiempo a leer su Palabra y a predicar? ¿Participas en las reuniones de la congregación? La persona con la que te cases merece que tú tengas una buena relación con Dios y que la apoyes espiritualmente (Eclesiastés 4:9, 10).

 Tu cónyuge puede sacar lo mejor o lo peor que pudiera haber en ti. Mientras más te conozcas a ti mismo, mejor preparado estarás para elegir bien.