1. ¿Por qué sufrimos “muchas tribulaciones” los siervos de Dios?

SEGURO que a ninguno nos sorprende la advertencia de Pablo de que si queremos vivir para siempre, sufriremos “muchas tribulaciones”. Tanto si llevamos poco tiempo sirviendo a Dios como si llevamos mucho, todos sufrimos muchos problemas. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque vivimos en el mundo de Satanás (Revelación 12:12).

2. a) Además de los problemas que tiene toda la gente, ¿qué problemas tenemos los cristianos? (Vea la foto del principio del artículo.) b) ¿Quién provoca la persecución de los cristianos? ¿Cómo lo sabemos?

² Todos somos imperfectos, así que todos tenemos problemas. Pero como queremos servir a Dios, los cristianos tenemos más problemas (1 Corintios 10:13). Por ejemplo, a veces nos persiguen por ser leales a Dios. Ya Jesús advirtió que perseguirían a sus discípulos. Él dijo: “Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán” (Juan 15:20). ¿Quién provoca esa persecución? Satanás. Lo sabemos porque la Biblia lo  describe como un león que quiere devorar a los siervos de Dios (1 Pedro 5:8). Él intentará lo que sea para que dejemos de servir a Jehová. Veamos lo que le pasó al apóstol Pablo.

3-5. a) ¿Qué problemas tuvo Pablo en la ciudad de Listra? b) Si Pablo dijo que los cristianos iban a pasar muchos problemas, ¿por qué animó esto a los hermanos?

³ A Pablo lo persiguieron muchas veces por ser leal a Dios (2 Corintios 11:23-27). En la ciudad de Listra, una vez curó a un hombre que había nacido cojo. Cuando la gente vio esto, pensó que él y su compañero Bernabé eran dioses y empezó a adorarlos. Pero Pablo y Bernabé le pidieron a la gente que no lo hiciera. Poco después llegaron unos judíos que empezaron a decir mentiras sobre ellos. Como resultado, la gente empezó a tirarle piedras a Pablo para matarlo (Hechos 14:8-19).

⁴ Pablo y Bernabé se fueron a la ciudad de Derbe. Después regresaron a Listra y a otras ciudades y animaron a los discípulos que había allí. ¿Cómo los animaron? Diciéndoles: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones” (Hechos 14:21, 22). Pero si Pablo les dijo que iban a pasar muchos problemas, ¿por qué animó esto a los hermanos?

⁵ Pablo no les dijo simplemente que tendrían que aguantar muchos problemas. Les dijo que si los aguantaban, entrarían en el Reino de Dios. Pablo les estaba recordando el premio que recibirían los que fueran fieles. Ese premio no era un sueño. Jesús había dicho: “El que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo” (Mateo 10:22).

6. ¿Qué premio recibirán los que aguanten y sean fieles hasta el final?

⁶ Si nosotros aguantamos y somos fieles hasta el final, también recibiremos el premio. ¿Cuál? Los ungidos serán inmortales y gobernarán en el cielo con Jesús. Las “otras ovejas” vivirán para siempre en un mundo en paz (Juan 10:16; 2 Pedro 3:13). Hasta entonces, pasaremos por muchos problemas. Veamos a qué dos clases de problemas podemos enfrentarnos.

7. Dé un ejemplo de un ataque directo contra los cristianos.

⁷ Jesús dijo que los cristianos sufrirían ataques directos de sus enemigos, como la persecución. Dijo que los llevarían a los tribunales y ante líderes religiosos, gobernadores y reyes, y que los golpearían (Marcos 13:9). A veces, esta persecución pueden causarla líderes religiosos o políticos (Hechos 5:27, 28). ¿Debería asustarnos que puedan perseguirnos? No. Recordemos que Pablo tampoco se asustó (lea Hechos 20:22, 23).

8, 9. a) ¿Cómo sabemos que Pablo estaba decidido a aguantar? b) ¿Qué ataques directos sufren en algunos lugares los cristianos de hoy día?

⁸ ¿Cómo reaccionó Pablo ante los ataques directos de Satanás? Fue valiente y aguantó. Él dijo que no le importaba perder la vida. Lo que más le importaba era hacer lo que Jesús le mandó: predicar el mensaje de Dios (Hechos 20:24). Él no tenía miedo de que lo persiguieran. Al contrario, estaba decidido a aguantar, pasara lo que pasara. Aunque pasó por muchos problemas, siempre se concentró en predicar.

⁹ Hoy día, muchos cristianos copian a Pablo y son fieles cuando los persiguen. En un país, varios Testigos llevan casi 20 años en la cárcel sin haber sido juzgados. Las autoridades no dejan que nadie los visite, y a veces hasta los golpean y los torturan. ¿Por qué razón? Porque no se meten en política.

10. ¿Por qué no debemos tener miedo si Satanás nos ataca de repente?

¹⁰ En otros lugares, los cristianos sufren ataques repentinos e inesperados. Algo así le pasó al personaje bíblico llamado José. De un día para otro lo hicieron esclavo. Pero Jehová lo ayudó (Hechos 7:9, 10). Si nosotros de repente sufrimos un ataque, Jehová también nos ayudará. Recordemos que Jehová sabe ayudar a sus siervos fieles cuando los atacan (2 Pedro 2:9). Así que seamos valientes y aguantemos la persecución. Podemos estar seguros de que Jehová nos ayudará contra los ataques de Satanás y hará que vivamos para siempre (1 Pedro 5:8, 9).

11. ¿En qué se diferencian los ataques directos de los ataques indirectos?

¹¹ Además de ataques directos como la persecución, Satanás puede usar ataques indirectos. ¿En qué se diferencian? Los ataques directos son como los tornados. Estos llegan de forma repentina y derrumban una casa en muy poco tiempo. En cambio, los ataques indirectos son como las termitas. Estas se comen poco a poco la madera de una casa. Y cuando el dueño se da cuenta, ya es tarde  y la casa está a punto de derrumbarse.

12. a) ¿Cuál es uno de los ataques indirectos más eficaces de Satanás? b) ¿Por qué es tan eficaz ese ataque? c) ¿Por qué se desanimaba Pablo?

¹² Satanás quiere que dejemos de ser amigos de Jehová. Para lograrlo, a veces se aprovecha de nuestro desánimo. Este es uno de sus ataques indirectos más eficaces. ¿Por qué? Porque nos va separando de Jehová sin que nos demos cuenta. Hasta Pablo se desanimó algunas veces. Una vez dijo que era desdichado (lea Romanos 7:21-24). Pero Pablo tenía una buena relación con Jehová y parece que era miembro del cuerpo gobernante, o sea, el grupo que dirigía a la congregación cristiana. Entonces, ¿por qué se desanimaba? Porque aunque quería hacer lo que estaba bien, no siempre lo conseguía debido a la imperfección. Si nosotros nos sentimos igual, nos consuela saber que a Pablo le pasó lo mismo.

13, 14. a) ¿Por qué se desaniman muchos hermanos? b) ¿Quién quiere que dejemos de servir a Jehová? ¿Por qué?

¹³ A veces, muchos hermanos y hermanas se desaniman y piensan que no valen nada. Una fiel precursora dice que cada vez que comete un error, no deja de pensar en eso. Y cuando piensa en todas las cosas que ha hecho mal, cree que nadie puede quererla, ni siquiera Jehová.

¹⁴ ¿Por qué se sienten así muchos hermanos fieles? Puede ser por muchas razones. Quizás tengan una mala opinión de ellos mismos o de su vida (Proverbios 15:15). O quizás sufran una enfermedad que afecte sus emociones. Sea cual sea la razón, pensemos en quién se aprovecha de esos sentimientos negativos. ¿Quién quiere que nos desanimemos y dejemos de servir a Jehová? Satanás. Como él va a morir y no tiene ninguna esperanza, quiere que nosotros nos sintamos igual (Revelación 20:10). Por eso Satanás usa ataques directos e indirectos. Así intenta que tengamos miedo y que nos separemos de Jehová. Nunca olvidemos que estamos en guerra y que el enemigo quiere que dejemos de servir a Jehová.

15. Según dice 2 Corintios 4:16, 17, ¿qué queremos hacer?

¹⁵ No queremos rendirnos en esta guerra. Por eso debemos concentrarnos en el premio. Eso fue lo que les dijo Pablo a los cristianos de Corinto. En 2 Corintios 4:16, 17 les dijo que aunque por fuera se sintieran débiles, no se rindieran, porque por dentro cada día eran más fuertes. Entonces les recordó que los problemas no durarán para siempre, pero que el premio que recibirán por aguantar sí durará para siempre.

16. ¿Por qué debemos prepararnos ya para cuando lleguen los problemas?

¹⁶ Satanás usa muchas trampas contra los cristianos (Efesios 6:11). Por eso debemos seguir el consejo de 1 Pedro 5:9. Allí dice que debemos fortalecer nuestra fe para poder enfrentarnos a Satanás. ¿Y cómo podemos hacerlo? Preparándonos ya para hacer lo que está bien. Somos como soldados que se entrenan para cuando haya una guerra. No sabemos qué batallas tendremos que luchar. Por eso tenemos que prepararnos bien antes de que lleguen los problemas. El apóstol Pablo dice: “Sigan poniéndose a prueba para ver si están en la fe, sigan dando prueba de lo que ustedes mismos son” (2 Corintios 13:5).

17-19. a) Para ver si estamos preparados, ¿qué preguntas podemos hacernos? b) ¿Qué podría ayudar a los jóvenes a defender sus creencias con valor?

¹⁷ Para ver si estamos preparados, podemos hacernos preguntas como: “¿Oro con frecuencia? Cuando me presionan para hacer algo que Dios no quiere, ¿a quién obedezco? ¿Voy a todas las reuniones? ¿Defiendo mis  creencias con valor? ¿Perdono a los demás, como me gustaría que me perdonaran a mí? ¿Obedezco a los ancianos de mi congregación y a los que dirigen al pueblo de Dios en todo el mundo?”.

¹⁸ Se necesita valor para resistir ataques directos. Por ejemplo, a veces nos presionan para que pensemos como la mayoría de la gente. Los jóvenes necesitan valor para defender sus creencias en la escuela. Y muchos lo hacen sin miedo ni vergüenza. ¿De dónde sacan ese valor? Muchos siguen las sugerencias de nuestras revistas. Por ejemplo, en la ¡Despertad! de julio de 2009 se explicó qué hacer si alguien les pregunta: “¿Por qué no crees en la evolución?”. Ellos pueden responder: “¿Por qué debería hacerlo? Ni los científicos se ponen de acuerdo, y eso que se supone que son los expertos”. Los padres también pueden ayudar a sus hijos. ¿Cómo? Deben enseñarles diferentes maneras de defender sus creencias en la escuela.

¹⁹ Claro, no siempre es fácil hacer lo que Jehová quiere. Tal vez nos cueste ir a las reuniones después de trabajar durante todo el día. O quizás nos cueste levantarnos temprano para ir a predicar. Pero si nos acostumbramos a hacer cosas como estas ahora, estaremos preparados cuando lleguen problemas mayores.

20, 21. a) Si estamos desanimados, ¿por qué debemos pensar en el sacrificio que hizo Jesús? b) ¿Qué no debemos olvidar nunca?

²⁰ También podemos prepararnos ahora contra ataques indirectos. Por ejemplo, para enfrentarnos al desánimo, podemos pensar en el sacrificio que hizo Jesús. Eso fue lo que ayudó a Pablo cuando se sentía infeliz. Él sabía que Cristo no había muerto por gente perfecta, sino por pecadores como él. Pero Pablo iba más allá. Estaba convencido de que Cristo había muerto por él. Por eso escribió: “Vivo por la fe que es para con el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Gálatas 2:20).

²¹ A nosotros también nos animará pensar que Cristo murió por cada uno de nosotros. Claro, mientras esperamos a que llegue el Paraíso, puede que a veces volvamos a desanimarnos. Pero si aguantamos y no nos rendimos, recibiremos el premio. Cada día que pasa es un día menos para que el mundo esté en paz y todos seamos perfectos. Nunca olvidemos que si aguantamos los problemas, entraremos en el Reino de Dios.