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TEMA DE PORTADA | ¿POR QUÉ LE PASAN COSAS MALAS A LA GENTE BUENA?

¿Qué hará Dios con la maldad?

¿Qué hará Dios con la maldad?

La Biblia dice con claridad lo que Jehová y su Hijo, Jesucristo, harán con el sufrimiento causado por Satanás. “Con este propósito el Hijo de Dios fue manifestado, a saber, para desbaratar las obras del Diablo.” (1 Juan 3:8.) El mundo actual —cuyos fundamentos son la codicia, el odio y la maldad— será eliminado. Además, Jesús promete que “el gobernante de este mundo [Satanás] será echado fuera”, será ejecutado (Juan 12:31). Ya sin la influencia de este ángel malvado, Dios dará inicio a un mundo nuevo y la Tierra se llenará de paz y armonía (2 Pedro 3:13).

Pero ¿qué hay de quienes se niegan tercamente a cambiar su forma de vivir e insisten en hacer el mal? Esta clara promesa de la Biblia nos da la respuesta: “Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella”; entonces añade que los malos “serán cortados de la mismísima tierra; [...] serán arrancados de ella” (Proverbios 2:21, 22). En efecto, desaparecerán las malas influencias y reinará la paz. En estas condiciones ideales, las personas obedientes serán liberadas gradualmente de la imperfección (Romanos 6:17, 18; 8:21).

Dios no eliminará la maldad convirtiéndonos en robots sin libertad de elección, sino enseñándonos sus normas y ayudándonos a dejar atrás los pensamientos y las acciones nocivas.

Dios eliminará toda causa de sufrimiento

¿Y qué hará con los imprevistos, que tanto sufrimiento causan? Él ha prometido que muy pronto su Reino tomará el control de nuestro planeta, y ha nombrado rey de dicho gobierno a Jesucristo, quien tiene el poder de curar a los enfermos (Mateo 14:14). Su Hijo también tiene poder sobre las fuerzas de la naturaleza (Marcos 4:35-41). Él acabará con el daño causado por “el tiempo y el suceso imprevisto” (Eclesiastés 9:11). Bajo su reinado, ninguna calamidad volverá a azotar a la humanidad (Proverbios 1:33).

También hay esperanza para los millones de inocentes que han sufrido una muerte trágica. Poco antes de resucitar a su amigo Lázaro, Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25). Así es, Jesús tiene el poder de resucitar a todas esas personas, de devolverles la vida.

Si quiere vivir en un mundo donde no le sucedan cosas malas a la gente buena, ¿por qué no estudia la Biblia? En ella aprenderá más acerca del Dios verdadero y sus propósitos. Los testigos de Jehová de su localidad lo ayudarán con gusto. Lo invitamos cordialmente a ponerse en contacto con ellos o escribir a los editores de esta revista.