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Guía superior al instinto

Guía superior al instinto

Guía superior al instinto

“Si la moralidad personal se reduce simplemente a un asunto de libre elección, sin que existan principios con que juzgar la cualidad moral de lo que se elige, entonces será inevitable utilizar la ley para llenar el vacío moral resultante.”—DANIEL CALLAHAN.

POR desgracia, los temores del doctor Callahan se han hecho realidad, pues el creciente vacío moral que existe en muchas partes del mundo ha obligado a los gobiernos a dictar numerosas leyes para frenar el delito. Durante la primera Cumbre de Madres Nigerianas, el presidente de Nigeria expresó su gran preocupación por el futuro del país. No pensaba en la política ni la pobreza, sino en “un problema de mayores dimensiones”: la “erosión general de los valores fundamentales en el seno de la familia, el trabajo, la comunidad y la nación”.

Un sondeo realizado en Gran Bretaña entre 1.736 madres señaló que “la familia tradicional está desapareciendo por el desplome de los valores morales y el aumento de madres y padres solteros”. En China, la moralidad también va en picada. La gente inicia su vida sexual a una edad más temprana y con más parejas que nunca, según la revista Time. “Es mi vida, y puedo hacer lo que me venga en gana”, dijo una joven china que presumía de haber tenido más de cien parejas sexuales.

La erosión moral ha afectado asimismo a quienes ostentan el poder. “La gente ya no ve a sus líderes como dechados de moralidad”, escribió Javed Akbar en el periódico canadiense Toronto Star, y añadió que muchos políticos, altos ejecutivos y hasta clérigos “parecen carecer de la debida fibra moral”.

¿A qué obedece el derrumbe?

Son varios los factores que contribuyen al declive. Uno de ellos es el espíritu generalizado de rebelión contra los valores tradicionales. Por ejemplo, en una encuesta hecha en el sur de Estados Unidos, la mayoría de los universitarios dijeron que “el bien y el mal son un asunto de opinión personal”.

El politólogo Zbigniew Brzezinski mencionó otro factor cuando escribió que la sociedad actual “se centra principalmente en la satisfacción inmediata de los deseos individuales en un ambiente en el que el hedonismo individual y colectivo es la fuerza motriz de la conducta”. * Puede que la autonomía moral, la codicia y la gratificación personal tengan su atractivo, pero ¿producen verdadera felicidad, satisfacción y buenas relaciones?

“La sabiduría queda probada justa por sus obras”, afirmó Jesús (Mateo 11:19). ¿Ha generado el desplome de los valores más felicidad y un mayor sentido de seguridad? Piense en las consecuencias que ha traído: más desconfianza, inseguridad, relaciones rotas, hijos criados en hogares monoparentales, una epidemia de enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, drogadicción y violencia. Es obvio que estas realidades no son sinónimo de satisfacción y éxito, sino más bien de dolor y fracaso (Gálatas 6:7, 8).

Al ver problemas similares, Jeremías, un profeta de Dios, hizo la siguiente observación inspirada: “Bien sé yo, oh Jehová, que al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso” (Jeremías 10:23). En efecto, Dios no nos creó para que determináramos lo que es bueno y lo que es malo sin contar con él. Lo que a nuestro juicio puede parecer bueno, tal vez resulte muy nocivo. “Existe un camino que es recto ante el hombre, pero los caminos de la muerte son su fin después”, advierte la Biblia en Proverbios 14:12.

Un enemigo interno

¿Cuál es una razón por la que los humanos precisamos orientación moral? Que nuestro corazón es engañoso. “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo?”, sentencia Jeremías 17:9. ¿Confiaría usted en alguien que actuara traicionera y desesperadamente? ¡Claro que no! Y, sin embargo, nuestro corazón puede manifestar esas mismas características. De ahí que Dios nos advierta con firmeza y amor a la vez: “El que confía en su propio corazón es estúpido, pero el que anda con sabiduría es el que escapará” (Proverbios 28:26).

He ahí la clave: andar conforme a la sabiduría de Dios en vez de confiar en nuestras propias facultades imperfectas nos ahorrará muchas dificultades. Y esta valiosa sabiduría está a disposición de cualquiera que sinceramente la desee. “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara; y le será dada.” (Santiago 1:5.)

Confíe en Dios ‘con todo su corazón’

La Biblia describe al Creador en estos términos: “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él” (Deuteronomio 32:4). Sí, Jehová es como una roca sólida y por ello es digno de nuestra total confianza. Podemos acudir a él como fuente inalterable de guía moral y espiritual, sean cuales sean los cambios que se produzcan a nuestro alrededor. Proverbios 3:5, 6 nos aconseja: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas”.

En verdad, ¿quién podría orientarnos mejor que el Creador, aquel que tiene contados “los mismísimos cabellos de [nuestra] cabeza”? (Mateo 10:30.) Por otro lado, él ha demostrado ser un verdadero amigo, uno que nos ama lo suficiente para decirnos siempre la verdad, aunque a veces nos cueste aceptarla (Salmo 141:5; Proverbios 27:6).

Observemos también que Jehová no nos obliga a seguirlo, sino que nos insta a hacerlo por amor. “Yo, Jehová, soy [...] Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar. ¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar.” (Isaías 48:17, 18.) ¿No se siente usted atraído por un Dios así? Es más, él nos ha comunicado su sabiduría mediante su Palabra inspirada, la Santa Biblia, el libro de mayor difusión en el mundo (2 Timoteo 3:16).

Deje que la Palabra de Dios alumbre su camino

“Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda”, escribió el salmista con respecto a las Sagradas Escrituras (Salmo 119:105). Una lámpara para nuestro pie alumbra los peligros inmediatos, y una luz para nuestra vereda ilumina el camino que tenemos por delante. Dicho de otro modo, la Palabra de Dios nos puede guiar de manera segura por la senda de la vida al ayudarnos a tomar decisiones morales acertadas en todos los asuntos, sea que influyan en nuestro presente o en nuestro futuro.

Tomemos como ejemplo el Sermón del Monte. En este breve discurso, recogido en los capítulos 5 a 7 de Mateo, Jesucristo habló de la felicidad, el amor, el odio, la misericordia, la moralidad, la oración y la búsqueda de las riquezas, entre muchos otros temas tan relevantes hoy como entonces. Sus dichos eran tan agudos que “las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar” (Mateo 7:28). ¿Por qué no dedica unos minutos a leerlo usted mismo? De seguro también quedará impresionado.

‘Siga pidiendo’ la ayuda de Dios

Es cierto que hacer lo que es bueno a los ojos de Dios no siempre es fácil; de hecho, la Biblia asemeja la lucha interna que libramos con el pecado a una guerra (Romanos 7:21-24). Pero podemos conseguir la victoria con el auxilio de Dios. “Sigan pidiendo —dijo Jesús—, y se les dará; sigan buscando, y hallarán [...]. Porque todo el que pide recibe, y todo el que busca halla.” (Lucas 11:9, 10.) Como vemos, Jehová no le da la espalda a nadie que trate sinceramente de seguir el camino angosto que conduce a la vida eterna (Mateo 7:13, 14).

Así lo ilustra el caso de Frank, quien era un fumador empedernido cuando empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Tras leer 2 Corintios 7:1 y llegar a la conclusión correcta de que su vicio constituía una “contaminación de la carne” a la vista de Dios, se resolvió a abandonarlo. Mas no le fue fácil. En cierta ocasión llegó incluso a gatear por el suelo buscando colillas.

Al verse en una condición tan degradada, Frank se dio cuenta de lo esclavizado que estaba al cigarrillo (Romanos 6:16). Pidiendo con fervor la ayuda de Dios y aprovechando al máximo el sano compañerismo de los testigos de Jehová de su localidad, logró vencer el hábito (Hebreos 10:24, 25).

Satisfaga su necesidad espiritual

La experiencia de Frank es solo una de las tantas que demuestran que la orientación moral y espiritual que ofrece la Biblia, así como el incentivo que da para seguirla, es superior a cualquier otra. Se comprende, por lo tanto, que Jesús dijera: “No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová” (Mateo 4:4).

Cuando aceptamos de corazón las valiosísimas verdades de Dios, nos beneficiamos en todo sentido: mental, emocional, espiritual y físico. Dice Salmo 19:7, 8: “La ley de Jehová es perfecta, hace volver [o vivifica] el alma. [...] Las órdenes de Jehová son rectas, hacen regocijar el corazón; el mandamiento de Jehová es limpio, hace brillar los ojos [con esperanza y con una visión clara del propósito divino]”.

Por medio de su Palabra, Jehová va más allá de ayudarnos a ajustar nuestra brújula moral y a vivir de la mejor manera posible: también arroja luz sobre el futuro (Isaías 42:9). Como mostrarán los siguientes artículos, se trata de un futuro brillante para quienes se dejen guiar por Dios.

[Nota]

^ párr. 8 Hedonismo es la doctrina que considera que el placer es el objetivo principal de la vida.

[Ilustración y recuadro de las páginas 4 y 5]

“Brújula” moral propia

Los seres humanos poseemos un don inestimable: la facultad de la conciencia. Por ello, en cada nación y tribu, así como en cada época, han existido códigos de conducta que tienen muchos elementos en común (Romanos 2:14, 15). Sin embargo, la conciencia no es una guía infalible; puede verse influida por el contacto con doctrinas religiosas falsas, filosofías humanas, prejuicios y malos deseos (Jeremías 17:9; Colosenses 2:8). Así pues, al igual que un piloto debe calibrar sus instrumentos de navegación, nosotros tenemos que comprobar y —cuando sea necesario— corregir nuestra brújula espiritual en conformidad con las justas normas de “nuestro Dador de Estatutos”, Jehová Dios (Isaías 33:22). A diferencia de las normas de conducta humanas, que pueden cambiar de una generación a otra, las normas perfectas de Dios son eternas. “Yo soy Jehová; no he cambiado”, dice él (Malaquías 3:6).

[Recuadro de la página 7]

Guía para el éxito y la felicidad

ALCANZAR LA FELICIDAD

“Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual.” (MATEO 5:3.)

“Hay más felicidad en dar que en recibir.” (HECHOS 20:35.)

“¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!” (LUCAS 11:28.)

ACRECENTAR LA CONFIANZA

“Hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo.” (EFESIOS 4:25.)

“El que hurta, ya no hurte más.” (EFESIOS 4:28.)

“Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación.” (HEBREOS 13:4.)

FORJAR BUENAS RELACIONES

“Todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos.” (MATEO 7:12.)

‘Que el esposo ame a su esposa tal como se ama a sí mismo; la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo.’ (EFESIOS 5:33.)

“Continúen [...] perdonándose liberalmente unos a otros.” (COLOSENSES 3:13.)

EVITAR Y ZANJAR DISCORDIAS

“No devuelvan mal por mal a nadie.” (ROMANOS 12:17.)

“El amor es sufrido y bondadoso. [...] No lleva cuenta del daño.” (1 CORINTIOS 13:4, 5.)

“Que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado.” (EFESIOS 4:26.)