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¿Sufre usted de parestesia nocturna?

¿Sufre usted de parestesia nocturna?

¿Sufre usted de parestesia nocturna?

ES HORA de dormir. Se encuentra a gusto y relajado en la cama, cuando empieza a sentir un hormigueo en las piernas. No puede pasarlo por alto. El único modo de encontrar alivio es levantándose y caminando. Aunque eso le ayuda, la sensación reaparece cuando se tumba de nuevo. Desea dormir, pero no logra conciliar el sueño. Si estos síntomas le resultan familiares, no está solo. Por mencionar un ejemplo, es posible que hasta un 15% de la población estadounidense viva con esta afección.

Muchos facultativos de la actualidad no pueden diagnosticar ni tratar apropiadamente este problema, a pesar de que no es una dolencia nueva. En 1685, un médico escribió acerca de las personas que, después de irse a la cama, sentían “un desasosiego tan grande” en los brazos y las piernas que “les [resultaba] imposible dormirse, como si estuvieran en el peor potro de tormento”.

La dificultad del diagnóstico de este trastorno radica en parte en que no existe ninguna prueba de laboratorio que indique si cierta persona lo padece o no. Se reconoce por los síntomas que ocasiona. Un médico entendido pudiera preguntarle: “¿Siente hormigueo en una pierna o en las dos? ¿Alguna vez tiene esa sensación en los brazos? ¿Desaparecen las molestias cuando se levanta y camina, se baña o se da un masaje en las piernas? ¿Le ha ocurrido alguna vez en que ha permanecido sentado durante mucho tiempo, por ejemplo, en un automóvil o en un avión? ¿Le incomoda más que nada por la noche? ¿Tiene alguien de su familia el mismo problema? ¿Le ha mencionado alguna vez su pareja que sacude las piernas mientras duerme?”. Si responde afirmativamente a algunas de estas preguntas, el médico puede llegar a la conclusión de que sufre de parestesia nocturna.

Quiénes la padecen

Para algunas personas, la parestesia nocturna se reduce a un leve malestar que se presenta de vez en cuando. Para otras, es algo mucho más grave que les ocasiona insomnio crónico y, como consecuencia, una fatiga diurna que afecta considerablemente a su vida diaria. Un hombre que sufría esta afección señaló: “Siento como si unos gusanos me subieran por las piernas o se arrastraran por ellas. Tengo que moverlas para que se me pase”.

Este trastorno afecta a ambos sexos y se da con mayor frecuencia y gravedad en las personas mayores. Suele diagnosticarse a partir de los 50 años, aunque los síntomas a menudo aparecen décadas antes, a veces en la infancia. Sin embargo, en muchas ocasiones dicho trastorno pasa desapercibido en los niños que lo padecen. Dado que estos no pueden permanecer sentados ni estarse quietos, por lo general se les considera “hiperactivos”.

Si bien los expertos reconocen que la parestesia nocturna es un problema neurológico, es difícil establecer con exactitud su causa. Aunque en la mayoría de los casos es de origen desconocido, se ha relacionado esta dolencia con ciertos factores. Por ejemplo, se da repetidamente dentro de una misma familia, pues es una afección congénita que pasa de padres a hijos. Algunas mujeres tienen estas molestias durante los últimos meses de embarazo, aunque por lo general desaparecen tras dar a luz. A veces, ciertos problemas médicos, como la falta de hierro o de determinadas vitaminas, desencadenan este trastorno; también puede ocasionarlo una enfermedad crónica, especialmente la insuficiencia renal, la diabetes, la artritis reumatoidea y la neuropatía periférica (daño en los nervios de las manos y los pies).

En busca de alivio

Lamentablemente, la parestesia nocturna no tiene cura, y los síntomas suelen empeorar con los años. Sin embargo, sí puede tratarse eficazmente, muchas veces sin medicamentos. No existe una solución única; lo que le va bien a una persona quizás no le vaya bien a otra, por lo que quienes la padecen han de descubrir qué costumbres, actividades o medicinas agravan o alivian los síntomas.

El primer paso antes de recibir un tratamiento es determinar si existe alguna otra dolencia curable que esté ocasionando la parestesia nocturna. En el caso de los que tienen carencia de hierro o vitaminas, quizás baste con que complementen su dieta tomando hierro o vitamina B12. Ahora bien, ingerir demasiadas vitaminas y minerales puede ser perjudicial para la salud. De modo que debería ser un médico quien decidiese si una determinada persona debe tomar dichos suplementos alimenticios.

En algunas ocasiones, la cafeína agrava los síntomas. Contienen esta sustancia el café, el té, el chocolate y numerosos refrescos. Reducir o eliminar por completo la ingestión de cafeína puede contribuir a la mejora e incluso a la desaparición de los síntomas. Por otro lado, beber alcohol casi siempre alarga la duración de los síntomas o agrava su intensidad, por lo que algunos han sentido alivio al disminuir o suprimir su consumo.

Cómo sobrellevar la enfermedad

Si sufre de parestesia nocturna, quizás le hagan sentirse mejor algunos cambios en su estilo de vida. Puesto que la fatiga y la somnolencia suelen acentuar el malestar, puede ser de gran ayuda tener siempre la misma rutina al irse a la cama. De ser posible, lo mejor es dormir en un lugar tranquilo, fresco y cómodo, así como acostarse y levantarse siempre a la misma hora.

Un programa regular de ejercicios contribuirá a que duerma bien por la noche. Tenga en cuenta, no obstante, que el deporte enérgico en las seis horas previas a irse a la cama puede producir el efecto contrario, aunque a algunas personas les ha beneficiado practicar ejercicios moderados justo antes de dormir. Pruebe con varios hasta que averigüe cuáles le van mejor.

Si siente la necesidad de moverse, no se resista. Cuando uno se reprime, los síntomas suelen agravarse. A menudo, la mejor solución es levantarse de la cama y andar. Hay gente que encuentra alivio al caminar, estirarse, bañarse con agua caliente o fría, o darse un masaje en las piernas. Si va a permanecer sentado mucho tiempo, por ejemplo durante un viaje, puede ayudarle el mantener la mente ocupada en la lectura.

¿Y la medicación? La Restless Legs Syndrome Foundation (Fundación de la parestesia nocturna), con sede en Raleigh (Carolina del Norte, E.U.A.), dice que “el tratamiento farmacológico puede ser necesario”. Dado que no existe ningún preparado que sea eficaz en todos los casos, su médico deberá encontrar el que mejor le vaya a usted. En algunas ocasiones, el remedio más efectivo consiste en una combinación de medicamentos. A veces, cierto fármaco funciona por algún tiempo, pero después pierde eficacia. Puesto que tomar medicinas, y especialmente combinarlas, entraña riesgos para la salud, es importante que colabore estrechamente con el médico a fin de determinar qué tratamiento es el más adecuado para su caso.