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Intentan retirar al Vaticano de la ONU

Intentan retirar al Vaticano de la ONU

Intentan retirar al Vaticano de la ONU

LA AGENCIA de noticias Inter Press Service, con base en Roma, informó de que “una coalición internacional de más de setenta organizaciones no gubernamentales (ONG) ha lanzado una campaña para retirar al Vaticano de las Naciones Unidas”. Desde 1964, el Vaticano figura en la ONU como observador permanente o estado no miembro.

¿Por qué pone objeciones a la posición que ocupa el Vaticano en la ONU este grupo de ONG, que para finales de abril del año pasado llegó a estar constituido por 100 organizaciones de todo el mundo? Porque el Vaticano —alegan— es una autoridad religiosa, no un estado político. Frances Kissling, presidenta de Catholics for a Free Choice (Católicos a favor de la libre elección), dijo a la mencionada agencia de noticias que la coalición no se opone al derecho del Vaticano a expresar su opinión, sino que más bien “cuestiona el derecho de una institución no gubernativa a ocupar un puesto que solo corresponde a los estados”.

La directora de los programas internacionales del Centre for Reproductive Law and Policy (Centro para la legislación y política de la planificación familiar), Anika Rahman, piensa lo mismo. Según la agencia, señaló que “si la ONU trata a la Santa Sede como a un estado con privilegios de observador permanente debido a su autoridad religiosa, está sentando un precedente para que otras confesiones exijan lo mismo”. Y añadió: “Para asegurarnos de que las Naciones Unidas no apoyen ninguna religión en particular, no debemos permitir que entidades religiosas como la Iglesia Católica participen en este foro en calidad de estados no miembros”.

Pero ¿y el argumento de que el Vaticano sí es un estado y que, como tal, tiene derecho al puesto que ocupa? Esa afirmación “es ambigua y engañosa —respondió la señora Kissling en una entrevista—. Pensamos que su definición de estado es, en esencia, la del siglo XV y que la Santa Sede es, en realidad, la estructura directiva de una religión”. Dijo, además, que las denominaciones Vaticano y Santa Sede son “sinónimos de Iglesia Católica”.

La oposición de las ONG al lugar que ocupa el Vaticano en la ONU se debe, en gran parte, al punto de vista que este tiene sobre los problemas demográficos. Por ejemplo, el Vaticano ha utilizado las conferencias de las Naciones Unidas, tales como la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, que se celebró en El Cairo en 1994, y la Conferencia Mundial sobre la Mujer, que tuvo lugar en Pekín en 1995, para expresar su firme postura contra la planificación familiar. “Dado que la ONU toma la mayoría de sus decisiones por consenso —observa la agencia Inter Press Service—, algunas voces disconformes como las del Vaticano han frustrado las negociaciones relacionadas con la población, la anticoncepción, los derechos de la mujer y los servicios de salud reproductiva.”

Kissling sostiene que “al Vaticano le corresponde el papel de una ONG, el mismo que al resto de las ONG que representan a los musulmanes, hindúes, budistas, behaíes u otras confesiones religiosas”. La coalición desea que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y, en última instancia, la Asamblea General de la ONU, reconsideren oficialmente el lugar que ocupa el Vaticano en el mayor organismo político del mundo.

[Ilustraciones de la página 31]

Un representante del Vaticano dirige la palabra a la ONU

[Reconocimientos]

UN/DPI Foto de Sophie Paris

UN photo 143-936/J. Isaac