Las Buenas Noticias según Lucas 20:1-47
Notas
Notas de estudio
Multimedia

Esta animación muestra una reconstrucción basada parcialmente en las ruinas de una sinagoga del siglo primero en Gamala, ciudad situada a unos 10 km (6 mi) al noreste del mar de Galilea. Como no se conservan sinagogas intactas del siglo primero, no se conocen con seguridad sus características. Esta representación incluye algunas de las que probablemente tenían muchas de las sinagogas de ese tiempo.
1. Asientos del frente. Eran los mejores asientos y puede que estuvieran encima o cerca de la plataforma del orador.
2. Plataforma desde donde se leían las Escrituras. Su ubicación exacta podía variar de una sinagoga a otra.
3. Filas de asientos pegadas a la pared. Las ocupaban las personas con mayor estatus en la comunidad. Otros se sentaban sobre esterillas en el suelo. Parece que la sinagoga de Gamala tenía cuatro filas de asientos.
4. Arca, o cofre, para guardar los rollos sagrados. Puede que se colocara en la pared del fondo.
La distribución de los asientos les recordaba a los asistentes que algunas personas eran consideradas más importantes que otras, tema por el que a menudo discutían los discípulos de Jesús (Mt 18:1-4; 20:20, 21; Mr 9:33, 34; Lu 9:46-48).

En el siglo primero lo común era reclinarse a una mesa para comer. La persona apoyaba su codo izquierdo sobre un cojín y comía con la mano derecha. En el mundo grecorromano, el comedor típico tenía tres divanes colocados alrededor de una mesa baja. Los romanos llamaban a este comedor triclinium (término en latín derivado de una palabra griega que significa ‘habitación con tres divanes’). Aunque este sistema permitía acomodar a nueve personas, tres por diván, se popularizó usar divanes más largos para acomodar a más gente. La tradición establecía que cada diván tenía un grado de honor diferente: uno era el de honor más bajo (A), otro era el intermedio (B) y el otro era el de mayor honor (C). El lugar en el diván también tenía su importancia. Se consideraba que cada persona era superior a la que tenía a su derecha pero era inferior a la que tenía a su izquierda. En los banquetes formales, el anfitrión solía sentarse en el primer lugar (1) del diván de menor importancia. Y el lugar de mayor honor (2) era el más próximo al anfitrión, en el diván del medio. No está claro lo extendida que estaba esta costumbre entre los judíos, pero Jesús aludió a ella al hablar a sus discípulos sobre la necesidad de ser humildes.