Las Buenas Noticias según Lucas 13:1-35
Notas
Notas de estudio
la torre de Siloam les cayó encima. Para probar su punto, Jesús aquí se refiere a una tragedia que había ocurrido recientemente o, por lo menos, que todavía estaba viva en el recuerdo del pueblo. La torre de Siloam probablemente estaba cerca del estanque de Siloam, ubicado en el sector sureste de Jerusalén. Ver apén. B12 (mapa “Jerusalén y alrededores”).
una higuera plantada en su viña. Era común plantar higueras y olivos en las viñas. De ese modo, si las viñas no producían lo suficiente, aun así, las higueras y los olivos producirían algún ingreso.
tres años. Los árboles nuevos que crecen de esquejes suelen producir por lo menos unos cuantos higos a los dos o tres años. Jesús ya había efectuado su ministerio por unos tres años cuando usó esta comparación, y esto parece ser un paralelo con los tres años que menciona en su parábola. Durante todo ese tiempo había tratado de ayudar a los judíos a cultivar su fe. Sin embargo, fueron relativamente pocos los que se contaron como el fruto de su labor al hacerse discípulos. Ahora, en el cuarto año de su ministerio, intensifica sus esfuerzos. Su labor de predicar y enseñar en Judea y Perea era como cavar el terreno y ponerle fertilizante a la higuera simbólica, que representaba a la nación judía. Pero solo un reducido número de judíos respondió a sus esfuerzos, y por eso a la nación entera le esperaba la destrucción.
un espíritu de debilidad. O “un espíritu malvado que la había enfermado”. Se ve que el causante de la enfermedad era un demonio. En Lu 13:16, Jesús dice que Satanás la “tuvo atada”.
grano de mostaza. En Israel crecen silvestres varios tipos de plantas de mostaza. La variedad más cultivada es la mostaza negra (Brassica nigra). Aunque la semilla de mostaza es relativamente pequeña —entre 1 y 1,6 mm (0,039 y 0,063 in) de diámetro y 1 mg (0,000035 oz) de peso—, crece hasta parecer un árbol. Algunas variedades pueden alcanzar los 4,5 m (15 ft) de altura. En Mt 13:32 y Mr 4:31, al grano de mostaza se lo llama “la más pequeña de todas las semillas”, y en antiguos escritos judíos se lo usaba para referirse metafóricamente al tamaño más pequeño posible. Aunque hoy se conocen semillas de menor tamaño, parece que en tiempos de Jesús era la más pequeña que recogían y sembraban los agricultores israelitas.
grandes medidas. Ver la nota de estudio de Mt 13:33.
¿son pocos los que se salvan? La cantidad de los que al final se salvarían era un tema que provocaba acalorados debates entre los líderes religiosos judíos de aquella época. Más adelante, incluso llegaron a existir algunas sectas místicas que trataban de determinar la cifra exacta dándole un valor numérico a cada letra de ciertos pasajes de las Escrituras. Aunque esta pregunta sobre el juicio de Dios era amplia y especulativa, la respuesta de Jesús destacó que cada persona es responsable de su propia salvación.
Esfuércense al máximo. O “Sigan luchando”. El consejo de Jesús resalta la necesidad de esforzarse con toda el alma para entrar por la puerta angosta o estrecha. Para este contexto, varias obras de referencia sugieren traducciones como “esforzarse vigorosamente” o “poner todo el empeño”. El verbo griego agōnízomai está relacionado con el sustantivo griego agṓn, que se usaba a menudo para hablar de competiciones de atletismo. En Heb 12:1 se usa este sustantivo en sentido figurado para hablar de la “carrera” cristiana por la vida. También se emplea en sentido más general para referirse a una “lucha” (Flp 1:30; Col 2:1) o un “combate” (1Ti 6:12; 2Ti 4:7). Varias formas del verbo griego que se utiliza en Lu 13:24 se han traducido como “participar en una competencia” (1Co 9:25), “luchar” (Col 1:29), hacer algo “con fervor” (Col 4:12), “esforzarse” (1Ti 4:10) y “pelear” (1Ti 6:12). En vista de que el origen de esta expresión se relaciona con las competiciones de los juegos de atletismo, algunos han planteado que el esfuerzo del que hablaba Jesús puede compararse al de un atleta que lucha al máximo, usando cada fibra de su ser, para ganar el premio.
calles principales. O “calles anchas”. El término griego que se usa aquí se refiere a las vías principales de una ciudad que se hacían más anchas en las zonas del centro y que servían de plazas públicas. Esas “calles principales” eran muy distintas de las calles estrechas y serpenteantes típicas de las ciudades y pueblos del siglo primero.
apretarán los dientes. O “harán rechinar los dientes”. Este gesto puede dar la idea de rabia, desesperación y furia, y quizá ir acompañado de palabras amargas y acciones violentas.
del este y del oeste, del norte y del sur. Al mencionar los cuatro puntos cardinales, Jesús incluye a toda la tierra. En otras palabras, este privilegio estaría disponible para personas de todas las naciones.
se sentarán a la mesa. Ver la nota de estudio de Mt 8:11.
Herodes. Es decir, Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande. Ver glosario.
ese zorro. Este animal es muy conocido por su astucia, y quizá Jesús aludió a esa característica cuando llamó zorro a Herodes. Algunos especialistas consideran que, al usar este término, Jesús estaba combinando los conceptos de astucia, debilidad e insignificancia. En las obras judías el zorro simbolizaba hombres relativamente débiles (comparar con Ne 4:3) y a la vez maliciosos y oportunistas. En contraste, el poderoso león representaba a gobernantes seguros de sí mismos, con mucho poder y grandeza (comparar con Pr 28:1; Jer 50:17; Eze 32:2). Si esa interpretación es válida, las palabras de Jesús equivalían a decir que Herodes era un gobernante malicioso y presumido que era insignificante a los ojos de Dios. Probablemente Jesús iba de camino a Jerusalén y estaba pasando por Perea, que estaba bajo el dominio de Herodes, cuando los fariseos le dijeron que Herodes quería matarlo. Puede que el propio Herodes divulgara con astucia este rumor, con la esperanza de asustar a Jesús para que huyera de su territorio. Parece que le inquietaban la presencia de Jesús y su ministerio. Anteriormente, se había dejado manipular por su esposa para ejecutar a Juan el Bautista, y tal vez ahora tenía miedo de matar a otro profeta de Dios (Mt 14:1, 2; Mr 6:16).
hoy y mañana [...], y al tercer día terminaré. No hay que entender esta frase de Jesús de forma literal. Más bien, él estaba indicando que le quedaba poco tiempo antes de partir hacia Jerusalén, donde iba a morir. Sus palabras quizá también muestran que el curso de su ministerio mesiánico ya estaba fijado y no podía ser acortado, controlado o alterado por los objetivos políticos de ningún gobernante de este mundo.
no puede ser. O “es impensable”. Aunque ninguna profecía bíblica decía de forma explícita que el Mesías moriría en Jerusalén, se podía deducir esa idea de Da 9:24-26. Además, era de esperar que, si los judíos iban a matar a un profeta, y particularmente al Mesías, lo hicieran en esa ciudad. Los 71 miembros del Sanedrín, el tribunal supremo, se reunían en Jerusalén, así que los acusados de ser falsos profetas serían juzgados allí. Quizá Jesús también tenía presente que Jerusalén era el lugar donde se acostumbraba ofrecer sacrificios a Dios y donde se sacrificaba el cordero de Pascua. Los hechos demuestran que las palabras de Jesús se cumplieron, porque lo llevaron ante el Sanedrín, en Jerusalén, y allí lo condenaron. Y fue en Jerusalén, afuera de las murallas de la ciudad, donde murió como “cordero de Pascua” (1Co 5:7).
Jerusalén, Jerusalén. Según Mt 23:37, Jesús dijo algo parecido el 11 de nisán, durante la última semana de su ministerio terrestre. Pero aquí se hace referencia a una ocasión anterior, cuando él estaba en Perea. Ver apén. A7.
¡Miren! Ver la nota de estudio de Mt 1:20.
casa. Es decir, el templo.
Jehová. Aquí se cita de Sl 118:26. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH. Ver apén. C.
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Estas fotos muestran las dos caras de una moneda de aleación de cobre que se acuñó aproximadamente para el tiempo en que Jesús efectuó su ministerio. La moneda fue un encargo de Herodes Antipas, quien era tetrarca, o gobernante de distrito, de Galilea y Perea. Es probable que Jesús estuviera pasando por el territorio de Herodes en Perea de camino a Jerusalén cuando los fariseos le dijeron que Herodes quería matarlo. Jesús les respondió llamando a Herodes “ese zorro” (ver la nota de estudio de Lu 13:32). En vista de que la mayoría de los súbditos de Herodes eran judíos, las monedas que encargó tenían imágenes que no los ofenderían, como una hoja de palmera (1) y una corona de hojas (2).

Jesús usó un ejemplo muy visual al comparar su preocupación por la gente de Jerusalén al instinto protector de la gallina que reúne a sus pollitos bajo sus alas. Esta comparación y la del hijo que le pide un huevo a su padre (Lu 11:11, 12) indican que la gallina doméstica era común en el Israel del primer siglo. Aunque la palabra griega órnis, que aparece en Mt 23:37 y Lu 13:34, puede aludir a cualquier ave doméstica o salvaje, en este contexto se cree que se refiere a la gallina, la más común y útil de las aves de corral.