Primera a los Corintios 12:1-31
Notas
Notas de estudio
Hermanos. Ver la nota de estudio de Ro 1:13.
gente de las naciones. Es decir, no creyentes.
dones. Pablo está hablando aquí de los dones o regalos de carácter espiritual que Dios le concedió a la congregación cristiana del siglo primero (1Co 12:1). Cada uno de los dones que se mencionan en 1Co 12:8-10 (ver las notas de estudio de estos versículos) es una capacidad milagrosa. Para impartir estos dones, Dios utilizó el espíritu santo, su fuerza activa. Dependiendo del objetivo que Jehová quiera alcanzar, su espíritu puede actuar de diferentes maneras en diferentes siervos de Dios. Por eso, no todos recibieron el mismo don o capacidad milagrosa. La palabra griega que se emplea en este versículo es khárisma (lit. “don de gracia”). Aparece 17 veces en las Escrituras Griegas Cristianas y está relacionada con el término kháris, que suele traducirse como “bondad inmerecida”. Ver la nota de estudio de Ro 6:23.
el don de hablar con sabiduría. O “el don de dar un mensaje de sabiduría”. La sabiduría que se menciona en este versículo es superior a la que normalmente podría obtener el cristiano estudiando la Palabra de Dios y viviendo de acuerdo con sus principios. Pablo habla aquí de la capacidad sobrenatural de aplicar el conocimiento de manera eficaz. Esta sabiduría sin duda fue muy útil para solucionar algunos problemas difíciles que surgieron en los comienzos de la congregación cristiana. Es posible que Pablo recibiera este don y lo usara, por ejemplo, para escribir las cartas que formarían parte de la Palabra inspirada de Dios (2Pe 3:15, 16). Además, Jesús había prometido que los cristianos recibirían el don de la sabiduría cuando tuvieran que defender su fe (Lu 21:15; Hch 6:9, 10).
el de hablar con conocimiento. Pablo no se refiere aquí al conocimiento sobre Dios que todos los cristianos necesitan para hacerse discípulos (Jn 17:3; Ro 10:14). Más bien, se refiere a un conocimiento de carácter milagroso que iba mucho más allá del que cualquier cristiano tenía a su alcance y podía aprender. Puede que el apóstol Pedro usara el don de “hablar con conocimiento” en el caso de Ananías. A menos que el espíritu santo se lo revelara, él no tenía forma de saber que Ananías se había quedado en secreto con una cantidad de dinero y que le había mentido a la congregación (Hch 5:1-5).
el de la fe. La fe es un requisito fundamental para todos los cristianos (Ro 10:10; Heb 11:6). Sin embargo, Pablo habla aquí de una fe especial. Al parecer, esta fe permitía que algunos cristianos superaran de forma milagrosa enormes obstáculos, semejantes a montañas, que podían dificultarles su servicio leal a Dios (1Co 13:2).
el de curar. Aquí se habla de la capacidad de curar milagrosamente todo tipo de enfermedades físicas. Los enfermos no tenían que hacer una declaración exaltada de su fe para ser curados (Jn 5:5-9, 13). En realidad, era mucho más importante la fe de la persona que quería realizar la curación (Mt 17:14-16, 18-20). Los milagros que se realizaban gracias a este don eran una poderosa prueba de que el espíritu de Dios estaba bendiciendo a la congregación cristiana recién formada (Hch 5:15, 16; 9:33, 34; 28:8, 9).
el de hacer milagros. O “el de hacer obras poderosas”. Lit. “operaciones de poderes”. Parece que Pablo está hablando aquí de un amplio grupo de obras sobrenaturales. Tal vez incluyera cosas como resucitar muertos, expulsar demonios o incluso dejar ciegos a los enemigos. Estas obras causaban una profunda impresión en las personas que las veían y muchas veces las llevaban a unirse a la congregación cristiana (Hch 9:40, 42; 13:8-12; 19:11, 12, 20).
el de profetizar. En cierto sentido, todos los cristianos profetizaban cuando hablaban del cumplimiento de las profecías de la Palabra de Dios (Hch 2:17, 18; ver las notas de estudio de Hch 2:17; 21:9 y el glosario, profecía y profeta). Sin embargo, las personas que tenían el don milagroso mencionado en este versículo también podían predecir el futuro. Por ejemplo, Ágabo profetizó por inspiración que habría una época de mucha hambre y que Pablo acabaría preso debido a la persecución de los judíos (Hch 11:27, 28; 21:10, 11). Este don contribuyó mucho a fortalecer a las congregaciones (1Co 14:3-5, 24, 25).
el de reconocer los mensajes inspirados. Esta frase (lit. “discernimientos de espíritus”) se refiere a un don milagroso que daba una comprensión especial de los mensajes inspirados. Este don probablemente permitía distinguir si un mensaje había sido inspirado por Dios o venía de otra fuente. Esta capacidad tuvo que ser muy útil para proteger de los falsos profetas a la congregación (2Co 11:3, 4; 1Jn 4:1). También debió de ayudar a los apóstoles y ancianos de Jerusalén a determinar qué partes de la Ley seguían siendo “cosas necesarias” que los cristianos tenían que obedecer (Hch 15:19, 20, 28, 29). Además, este don ayudaba a los cristianos a reconocer qué cartas y escritos debían circular entre las congregaciones y cuáles formarían parte del canon de la Biblia. Por ejemplo, el apóstol Pedro indicó que algunas de las cartas de Pablo eran parte de las Escrituras inspiradas cuando dijo: “Los ignorantes y los inestables tuercen [las cartas de Pablo], al igual que hacen con el resto de las Escrituras” (2Pe 3:16). Podemos estar seguros de que el espíritu santo guio la selección de los libros que forman parte de la Biblia. Y sin duda lo hizo mediante hermanos que tenían este don (2Ti 3:16). Ver glosario, canon bíblico y espíritu.
el de hablar en diferentes lenguas. Este don divino permitía que el cristiano transmitiera las buenas noticias del Reino de Dios en un idioma que desconocía. Gracias a esta capacidad, se pudieron proclamar “las cosas magníficas de Dios” a muchos extranjeros que estaban de visita en Jerusalén para la Fiesta de Pentecostés, en el año 33 de nuestra era (Hch 2:1-12). Tiempo después, Pablo les recordó a los corintios que debían usar este don de manera ordenada. Tenían que asegurarse de que los que hablaran en lenguas lo hicieran por turnos y que después alguien interpretara lo que decían (1Co 14:4, 5, 9, 27).
lenguas. O “idiomas”. Ver la nota de estudio de Hch 2:4.
el de interpretar lenguas. El cristiano o la cristiana que recibía este don era capaz de interpretar un mensaje pronunciado en un idioma que desconocía. Esta capacidad milagrosa era muy útil cuando alguien hablaba en lenguas en la congregación, ya que sus palabras de ánimo solo beneficiaban a quienes entendían lo que decía. Por eso, Pablo indicó que los que hablaban en lenguas debían quedarse callados si no había nadie que los interpretara. Gracias a los intérpretes, la congregación entera podría entender el mensaje y recibir ánimo (1Co 14:27, 28).
sus miembros tuvieran la misma preocupación unos por otros. O “sus miembros se interesaran unos por otros”. El verbo griego que se usa aquí (merimnáō) también aparece en 1Co 7:32, donde Pablo dice que el cristiano que está soltero “se preocupa por las cosas del Señor” (ver la nota de estudio de 1Co 7:32). Este mismo verbo se emplea en 1Co 7:33 para referirse al interés que tiene el hombre casado por el bienestar de su esposa. Pablo también usó un término relacionado con este verbo al hablar de su propia “preocupación [en griego, mérimna] por todas las congregaciones” (2Co 11:28). Él estaba profundamente interesado en que todos los discípulos del Hijo de Dios permanecieran fieles hasta el fin. Pablo también emplea este verbo para hablar de lo dispuesto que estaba Timoteo a cuidar de los hermanos de Filipos (Flp 2:20). Así que, al usar este verbo en 1Co 12:25, el apóstol está destacando cuánto deben interesarse los cristianos por el bienestar espiritual, físico y material de sus hermanos en la fe (1Co 12:26, 27; Flp 2:4).
hacen milagros. O “hacen obras poderosas”. Ver la nota de estudio de 1Co 12:10.
los que tienen la capacidad para dirigir. Aquí se usa un sustantivo griego (kybérnēsis) que da la idea de ‘capacidad para dirigir, guiar, administrar o gobernar’. Este tipo de dirección u orientación experta era imprescindible para cumplir la comisión que Jesús les dio a sus seguidores cuando dijo: “Hagan discípulos de gente de todas las naciones” (Mt 28:19, 20). Esto incluía dar autoridad a algunos cristianos para formar nuevas congregaciones y dirigir las actividades de todas las congregaciones (Hch 15:1, 2, 27-29; 16:4). Este sustantivo griego está relacionado con un verbo (kybernáō) que significa literalmente ‘llevar el timón de un barco’. En las Escrituras Griegas Cristianas aparece dos veces otro sustantivo relacionado (kybernḗtēs) que se traduce como “piloto” y “capitán de barco” (Hch 27:11; Ap 18:17).
intérpretes. O “traductores”. Ver la nota de estudio de 1Co 14:5.