Configuración de privacidad

Para que usted tenga la mejor experiencia posible, usamos cookies y otras tecnologías similares. Algunas cookies son necesarias para que el sitio web funcione, y no se pueden rechazar. Puede aceptar o rechazar las cookies adicionales, que se usan solamente para mejorar la experiencia del usuario. Estos datos nunca se pondrán a la venta ni se utilizarán con fines comerciales. Si desea saber más, lea nuestra Política global sobre el uso de cookies y otras tecnologías. También puede personalizar en cualquier momento su configuración en la Configuración de privacidad.

Testigos de Jehová predicando a las personas con un exhibidor portátil

Ya tenemos más de 165.000 exhibidores portátiles de publicaciones

Ya tenemos más de 165.000 exhibidores portátiles de publicaciones

A los testigos de Jehová siempre se les ha visto predicando de casa en casa. Sin embargo, ahora también se les ve en los lugares públicos junto a llamativos exhibidores de publicaciones.

Recientemente se ha impulsado esta forma de predicación. Dicho método empezó a utilizarse en noviembre de 2011 en la ciudad de Nueva York. Un grupo de Testigos se valieron de mostradores con publicaciones para dar a conocer a las personas el mensaje de la Biblia. Esta iniciativa tuvo tanto éxito que se decidió hacer lo mismo en otras ciudades.

Para marzo de 2015 ya se habían entregado a las congregaciones de los testigos de Jehová de todo el mundo 165.390 exhibidores portátiles, o carritos. También se han adquirido mesas, quioscos y otros tipos de exhibidores.

La obra de casa en casa sigue siendo el método principal de los Testigos para transmitir las enseñanzas de la Biblia a las personas. No obstante, los exhibidores portátiles han dado muy buenos resultados. Veamos tan solo unos ejemplos.

En Perú, un hombre llamado Raúl se acercó a los Testigos que estaban junto a un exhibidor portátil y les dijo: “¿Dónde han estado? Llevo tres años buscándolos. Cuando vi su carrito, di gracias a Dios”.

Los Testigos ya predicaban en la zona donde vivía Raúl, pero él nunca estaba en casa durante el día ni los fines de semana. Raúl les explicó que había estudiado la Biblia con los testigos de Jehová y que ahora quería reanudar las clases bíblicas. Así que se hicieron planes para ello.

En Bulgaria, una pareja joven se detuvo delante de un exhibidor portátil y se llevó el libro El secreto de la felicidad familiar. Una semana después regresaron y se llevaron Mi libro de historias bíblicas y Aprendamos del Gran Maestro. El Testigo que estaba junto al carrito les preguntó cuántos hijos tenían. La pareja contestó: “Todavía no tenemos ninguno, pero si algún día llegamos a tener, queremos que conozcan a Dios. Y estos libros son justo lo que necesitamos”.

En Ucrania, un hombre vestido con uniforme militar abordó a unas Testigos que estaban junto a un exhibidor portátil y les dijo: “Chicas, díganme cuándo va a venir el Armagedón”. El señor había participado recientemente en la guerra en Ucrania. Los sucesos mundiales lo habían convencido de que el Armagedón vendrá pronto, y se preguntaba por qué Dios no había hecho nada aún. Las Testigos le explicaron con la Biblia que Dios tiene razones válidas para no actuar todavía, pero que pronto acabará con la maldad. El hombre aceptó las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, y el libro ¿Existe un Creador que se interese por nosotros?

En Macedonia, mientras los Testigos predicaban con un carrito, un joven les dijo que ya había leído las revistas y que ahora quería el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia? Cuando se lo dieron, les explicó que iría de inmediato a la biblioteca para empezar a leerlo.

Unas dos horas después, tras haber leído las primeras 79 páginas, el joven regresó y dijo: “Este libro te cambia la vida. Me he dado cuenta de que estaba equivocado en muchas cosas. Todo lo que dice el libro parece muy lógico. Ahora veo la vida de forma muy diferente”.